Destacamos buenas opciones para crear beats en movimiento con iPhone, iPad o iPod touch…
Lo vimos bien claro desde el principio de los tiempos en iOS: hay pocas cosas tan adictivas y productivas como hacer música en movimiento con los dispositivos móviles de Apple. Puedes esbozar patrones en una groovebox «facilona» que luego te sirvan para algo más, o sólo pasarte un rato muy divertido con una emulación de una caja de ritmos añeja.
Hay un gran poder de atracción tras esa posibilidad de crear un patrón en tu iPhone mientras esperas a un amigo/a, o ponerte con tu iPad según te desplazas allá donde sea, completando un arreglo sencillo. Y todo cobra una relevancia completa cuando tienes en cuenta las posibilidades para el trabajo creativo conjunto entre diferentes apps, usando los sistemas Audiobus e Inter-App Audio.
Las opciones para transferir esa música a tu DAW completo de PC o Mac, o incluir esos desarrollos en proyectos completos, demuestra de una forma práctica todo el maravilloso potencial de estas herramientas.
Así que nos hemos propuesto reunir aquí algunas de las cajas de ritmos y groovebox más innovadoras y útiles de la Apple App Store para que selecciones algunas herramientas nuevas: desde generadores alternativos de sonidos a emulaciones de máquinas vintage y sistemas rápidos de improvisación… ¡Vamos a por ellos!
Korg nos ofrece con iElectribe un émulo completo y extremadamente funcional de su hardware clásico rojo Electribe-R. A tu disposición, cuatro partes de baterías/ percusión junto a cuatro sintetizadores basados en cuatro ondas muestreadas y unas discretas capacidades para modulación, todo ello programable desde un secuenciador por pasos. El rotatorio central permite seleccionar, además, entre ocho efectos internos.
De sonido más que abundante y poderoso, Korg iElectribe vale cada céntimo que cuesta, y pensamos que es una maravillosa app groovebox que ha contribuido de forma notable a poner el sonido con iOS en el estado donde hoy se encuentra.
En busca de una variación, no dejes de echar un vistazo a The iELECTRIBE Gorillaz Edition, una beatbox dedicada que Korg desarrolló en colaboración con la popular banda virtual, y cuyo enlace destacado también te ofrecemos bajo estas líneas.
Es sólo cuestión de tiempo que todos los grandes diseñadores de librerías acaben llegando con un instrumento app que les genere unos jugosos beneficios adicionales en base a lo que ya tenían: fabulosos sonidos. Este es el caso de BeatHawk, una puerta galáctica en iOS para saltar al selecto universo espectral de UVI Sound Source. Su app pone en tus manos las colecciones EDM y URBAN Factory, que condensan más de 2.000 samples, 290 presets y docenas de loops en unos 780MB de contenido multimuestreado -y es posible cargarle sonidos de usuario en diversos formatos.
Si bien BeatHawk depende bastante de su orientación MPC -con 16 pistas/ 16 pads– aporta también una vista de teclado para melodías, junto a entrada MIDI y un grupo de controles de interpretación (volumen, ‘Repeat’, ‘Mute’ y borrado). Cada almohadilla dispone de parámetros editables como nivel, panorama, tono y envolvente, más opciones de filtrado LP/HP, reverb, delay, timestretching y cuatro grupos de exclusión.
Esperamos que este prometedor instrumento siga progresando en sus opciones de edición gráfica de patrones y automatización de parámetros: en su estado actual es un portento sonoro (ampliable en su librería mediante compras in-app) y un ejemplo de integración con otras aplicaciones, dado su amplio soporte de estándares iOS.
Aunque podría llevarnos a pensar que se trata de la versión para iOS del famoso combo hardware & software de Native Instruments con el mismo nombre -menos la ‘i’-, iMaschine es más bien una app de asistencia para esbozar grooves. Sus 16 almohadillas permiten disparar sonidos de sus 25 kits, capaces de alojar hasta 400 samples. Incluso es posible importar archivos WAV o capturar sonidos a través del micro incorporado en los dispositivos de Apple.
Dispones de un mezclador muy básico con dos procesadores de envío para efectos de chorus, flanger, filtrado y delay. Si bien las capacidades de iMaschine son limitadas, su posibilidad para exportar proyectos a la versión completa de Maschine la convierten en una app de valor para los usuarios.
Convierte tus improvisaciones de batería con tus dedos -o cualquier señal rítmica de audio- en un patrón de percusión usando el micro interno y Beep Street Impaktor.
Es posible apilar hasta seis pistas para crear secciones complejas, y la app incluye una amplia selección de sonidos preconfigurados, aunque su orientación semimodular con diferentes tipos de síntesis y libre de samples, abre un mundo de opciones para el diseño sonora. Soporta Audiobus 2 e Inter-App Audio.
La finalidad vintage de Funkbox se adivina en su diseño gráfico y se constata en su sonido: pretende ofrecerte una emulación de una groovebox rescatada del pasado, con almohadillas a lo MPC más teclas y deslizadores de inspiración Roland. Todo lo cual no consigue contrarrestar cierta carencia de funcionalidades frente a otras aplicaciones de este informe.
En cualquier caso, Funkbox aporta 14 cajas clásicas (TR-808 & 909, CR-78, LM-2, MRK-2, DX, TOM…) y hasta deja que programes tus propios sets de sonidos a medida, importando samples externos si así lo deseas, que luego puedes compartir con amigos. Soporta Audiobus e Inter-App Audio y exporta loops de batería en audio / MIDI a través de e-mail, AudioPaste, e iTunes. Su versión 3.5 hizo realidad la esperada sincronización vía CoreMIDI y la salida MIDI para otros sintes iOS o hardware desde su secuenciador de tipo bassline.
Sugar Bytes hace tiempo que lanzó un instrumento plugin con este mismo nombre, aunque luego fueron cautivados por las posibilidades comerciales de lanzar Egoist para iPad.
Su módulo ‘Bass/Beat’ aloja una caja de ritmos basada en muestras y un monosinte de un oscilador para bajos; la sección ‘Slicer’ rebana samples elegidos de la estupenda librería de Sugar Bytes u otros que importes desde la librería musical de tu dispositivo o vía iTunes. Por último, dispones de siete módulos de efectos junto a un secuenciador para obtener procesamientos rítmicos.
Egoist entraña cierta complejidad en su curva de aprendizaje, y casi diríamos que es un microDAW en sí misma -pero es productiva, muy divertida y decididamente útil para plasmar tus ideas musicales.
Lejos de ser una completa réplica virtual de Akai MPC, esta app desarrollada por Retronyms aporta una carga masiva que supera los 1.200 samples de alta calidad. Se queda lejos de las opciones avanzadas para edición y efectos de sus hermanas añejas mayores, o de su fabuloso tacto físico -un estándar en la industria. Pero en suma, Akai iMPC es altamente aprovechable, sobre todo por su valiosa carga de contenidos sonoros y su capacidad para capturar audio desde el micrófono integrado o su giradiscos táctil virtual.
Es posible cargar la unidad en Retronyms Tabletop para configurar un entorno creativo basado en compras dentro de la aplicación (in-app), y también está disponible una versión para iPhone, con ambas opciones sujetas a los estándares Inter-app Audio, Korg WIST y AudioCopy/ AudioPaste (aunque no Audiobus). Un instrumento virtual que resulta tan adictivo como provechoso, capaz incluso de exportar pistas al software MPC que aprovechan los controladores hardware Renaissance y Studio.
También en la tendencia de emular cajas de ritmos clásicas, DM1 llega cargada con 28 kits de baterías añejas junto a 71 conjuntos adicionales del Fingerlab Pro Studio. Sus cinco secciones -secuenciador por pasos, matriz de almohadillas, mezclador, dos pads de efectos a lo Korg KAOSS y el compositor de temas- constituyen un acercamiento común que facilita la creación de beats.
Ergonómica y directa, Fingerlab DM1 puede ser tachada de inmediata por los usuarios más ambiciosos, pero los resultados son lo importante -y en este caso, es una app seria y productiva. Puedes esperar un «estado del arte» completo, con soporte de Audiobus e Inter-App Audio, más exportación hacia SoundCloud, DropBox, Facebook, e-mail, iTunes y AudioCopy.
El aspecto de Boom 808! no es innovador: en su mayor parte, esta app se dedica a replicar esa pinta, funcionalidades y sonidos de la mítica caja de ritmos Roland TR-808 -y tenemos que reconocer su trabajo impecable en este sentido. Pero no se queda sólo en la pura imitación, pues añade un secuenciador de patrones y efectos de cierta calidad para compresión dinámica y saturación.
La cuestión es, ¿realmente necesitamos otra enésima emulación de las siglas X0X? Las respuestas serían dispares si todos nos pronunciásemos, pero si tenemos que valorar la calidad de la réplica, la que Boom 808! nos ofrece suena y se ve soberbia.
Su precio de 1,99€ / 1,99$ parece casi un regalo, especialmente cuando tienes en cuenta que soporta CoreMIDI, Audiobus y la típica gama de opciones para exportación. Si quieres una 808 dentro de tu iPad, este es el camino que debes seguir.
La impronta de maestría del percusionista Pete Lockett precede a la llegada de DrumJam, una contrapartida ampliable en cuanto a baterías del respetado instrumento-app ThumbJam de Sonosaurus LLC. Su propuesta, sencilla y cautivadora, te invita a que arrastres instrumentos de percusión hacia su espacio de trabajo, para después interactuar con toda tu pasión multitáctil.
Divertida y accesible hasta decir basta, DrumJam aporta sonidos muy buenos con la firma distinguida de Lockett, y te permite procesarlos con diversos efectos de reverb, filtrados, delay, cambios tonales, baja fidelidad y distorsión. No nos repetiremos en cuanto a los estándares, porque aquí se cumplen todos -pero nos gusta comprobar que DrumJam acepta el disparo externo de sonidos vía MIDI… ¡Eso es jamming!
Con la seria premisa de generar en tiempo real todos sus sonidos, Elastic Drums es una de las apps para creación de beats más alabadas de la App Store. A las copas del éxito también contribuye el hecho de que tus papás sean los iconoclastas Mouse On Mars, aunque sus seis canales con diez tipos de síntesis, el secuenciador por pasos y los cuatro procesadores de efectos aportan todo el valor para ponerse a trabajar muy en serio.
Lo que más nos gusta de Elastic Drums es retorcer sus controles, sin oposición alguna desde su diseño y con 12 parámetros por cada motor sonoro, para extraer desde baterías «mundanas» a tonos desconocidos y, claro, muchas veces originales. La flexibilidad es completa antes sus opciones para exportación y el soporte de estándares, y nos prometen nuevos motores sonoros, funcionalidades extra de secuenciación y una mayor extensión del MIDI en futuras actualizaciones.