Una mezcla decente distingue a los buenos temas de los mediocres. Ten en cuenta estos trucos creados por Computer Music y te aseguramos que acertarás de pleno.
[1] La clave secreta para crear una gran mezcla es disponer de unos buenos ingredientes. Intenta conseguir las mejores grabaciones en directo o los samples de mayor calidad posibles. También ayuda tener una buena tarjeta de sonido, buenos cables y equipos de grabación. Conviene estar satisfecho con cada elemento de tu tema antes de llegar a la fase de mezclas, ¡no querrás empezar a retocar todo el material en ese momento!
[2] Aunque los mejores productores tienen sus estudios particulares a medida, no siempre es posible disponer de una sala perfecta. Sin embargo, algunos trucos permiten mejorar tu entorno de mezclas. No pongas los altavoces cerca de las paredes y trata de situarlos a la altura de tus oídos, inclinados 30º hacia tu cabeza. Los sofás y las cortinas ayudan a reducir reverberaciones no deseadas y aíslan el sonido. Además, procura limitar el flujo de aire que entra y sale de tu estancia.
[3] A menos que confíes a ciegas en tu capacidad para mezclar, conviene tener a mano un tema bien producido y similar al tuyo para compararlos. Ese tema debe tener la máxima calidad posible (es decir, no sirve un MP3 a 128kbps) para poder escuchar con gran precisión sus cualidades dinámicas y su espectro de frecuencias. Compara este tema con tu mezcla y realiza los cambios necesarios. No desesperes si tu tema sale malparado en la comparación; insiste en este proceso y sonará mucho mejor.
[4] Como imaginas, es más fácil conseguir buenos resultados con altavoces de gama alta. No obstante, si tienes que apañarte con unos monitores baratos o unos altavoces hi-fi, lograrás mejores resultados si los conoces a fondo. Escucha tanta música como puedas con ellos para acostumbrarte a su sonido. Si tu tarjeta de audio está conectada a un ampli casero, desactiva las funciones que coloreen su sonido –como los realces de graves y la compensación de volumen.
[5] Si crees que ver tu mezcla será tan útil como escucharla, utiliza un plug-in como Voxengo SPAN. Es un analizador espectral gratuito que puedes descargar desde http://www.voxengo.com/product/span/
[6] Aparte de conocer a fondo tus altavoces, también es importante comprender los atributos del tipo de música que estás creando. Esto es útil incluso si tratas de romper los moldes de un género, o crear algo que escape a clasificaciones –conviene saber cuáles son las normas para poder romperlas–. Escucha temas muy variados, observando cómo los sonidos ocupan determinadas frecuencias y cómo evoluciona su dinámica.
[7] Si crees que alguna parte de tu tema está dejando sin amplitud al resto, exporta la mezcla cruda y cárgala en un editor de audio. Fíjate en la intensidad del tema después de normalizarlo –si la pista principal tiene un volumen general bajo, presenta picos de nivel, o evidencia disparidades entre secciones que deberían estar al mismo volumen (por ejemplo, dos estrofas diferentes), entonces necesita algo. Vuelve a tu secuenciador, baja el nivel de todas las partes molestas y repite el proceso hasta que consigas una intensidad coherente con la normalización.
[08] Desactiva los efectos de inserción y envío de cada canal –si un efecto no marca diferencias apreciables sobre un sonido, quítalo. Del mismo modo, puede que algunos canales suenen mejor desactivando ciertos efectos, o al menos limitándolos. En general, reducir el número de efectos ayuda a que un tema suene más limpio y claro –y además, limita el consumo de tu CPU.
[9] Comprueba que tienes los efectos de envío al 100% de mezcla –eso permite mezclar con más precisión, sobre todo si utilizas cadenas de efectos de envío, como delay y reverb. Si tu pista suena turbia, baja un poco los envíos de delay y reverb, o reduce sus valores de realimentación/ duración.
[10] La EQ es una herramienta muy útil para manipular la presencia de cada pista en la mezcla, realzando frecuencias altas o bajas muy prominentes puedes hacer que una parte destaque mucho más. Sin embargo, si te pasas con la EQ puedes hacer que un canal suene antinatural. Para compensarlo, reduce las frecuencias no deseadas o las partes demasiado intensas del sonido, distribuyendo y equilibrando el espectro. A menudo, esto es preferible a realzar frecuencias, aunque cada método tiene sus aplicaciones.
¿Quieres más trucos?
No dejes de leer la continuación de esta guía, con otros 12 trucos esenciales para que los pongas en práctica con tus mezclas.