Yamaha y FutureMusic agradecen a todos los participantes su gran interés en este concurso de pruebas sobre los sintes MOXF y pianos de escenario CPstage. Ha sido muy interesante leer vuestros comentarios tras las pruebas que habéis realizado en las tiendas, y esperamos que esta experiencia os haya resultado interesante.
Entre todos los autores de las pruebas escritas, hemos seleccionado como ganador a Juan Manuel Ávila, que desde Sevilla Musical nos envió un banco de pruebas a la altura de un especialista en hardware musical, y con una calidad suficiente para publicarlo en nuestra plataforma.
Juan Manuel se lleva por su prueba ganadora unos fabulosos monitores de referencia MSP5 Studio. Yamaha también contactará esta semana con los finalistas del concurso y les enviará sus camisetas Yamaha DX7 de edición especial 30 Aniversario.
Mano a mano con Yamaha MOXF6, por Juan Manuel Ávila
Tarde desagradable en Sevilla. Me dirijo a la tienda Sevilla Musical. Los dependientes me atienden amablemente y me prestan unos auriculares para disfrutar de una sesión de prueba con Yamaha MOXF6. Con tan sólo 45 minutos por delante, me dispongo a tocar por primera vez este impresionante teclado.
Al encender la unidad, accidentalmente quedó pulsada una tecla y un enorme torrente sonoro empezó a fluir procedente de uno de los programas más marchosos del modo ‘Performance’. La primera impresión no pudo ser mejor. Los auriculares que me facilitaron en la tienda, también de Yamaha, aunque pertenecían a la gama ligera, ofrecían una respuesta muy buena, sonido potente, graves contundentes y medios precisos. No obstante, eché de menos un sonido más cristalino en la sección de altas frecuencias, pero estoy convencido de que unos auriculares de alta gama podrían mostrar toda la riqueza sonora de esta unidad. En pocos segundos se activó mi instinto de tocar algunos acordes, y la sensación de dominio sobre su sonido resultó ser tremendamente positiva.
El acabado de la unidad es excelente a pesar de que su carcasa está construida casi en su totalidad de plástico. Los controles están bien distribuidos y son accesibles. En cuanto a su peso, un punto a favor de este instrumento es que, aunque no es del todo liviano, resulta bastante ligero, lo cual facilitará su maniobrabilidad tanto para realizar las conexiones en el panel trasero como para el transporte en general.
Controles
Yamaha MOXF6 dispone de un buen número de controles que facilitan un manejo intuitivo. Aunque los botones ofrecen cierta resistencia a la presión, aparentan ser muy resistentes y garantizarán muchas horas de uso.
En la parte izquierda se sitúan los controles deslizantes de volumen, con el detalle añadido de un medidor de nivel. A continuación, los controles giratorios de los parámetros de las distintas voces, todo muy bien rotulado y con una disposición bastante lógica.
Toda la información se presenta en una sola pantalla LCD monocroma situada en el centro del aparato. Si bien no resulta tan espectacular –ni por resolución, ni por colorido, ni por tamaño como ocurre en otros workstations modernos–, la pantalla cumple perfectamente su cometido, ofreciéndote sólo la información necesaria y de forma ordenada.
Casi todas las funciones son fácilmente manejables a través de los botones de cursor y una rueda giratoria de selección. Aunque la rueda giratoria permite modificar los valores de los parámetros seleccionados, no resulta ideal a la hora de seleccionar los programas. No obstante, los programas quedan totalmente accesibles mediante los botones de cursor y una buena colección de botones de programa en la parte derecha. Me hubiera gustado que la rueda giratoria de selección hubiera estado situada a la izquierda de la pantalla. Los botones de selección de modo se sitúan cerca de la pantalla y de la rueda de selección.
El teclado es bastante suave y responde a la velocidad. No se trata de una emulación perfecta de un teclado de piano real, al menos en este modelo MOXF6, aunque para la mayoría de los intérpretes, su tacto debería ser más que suficiente. Personalmente, prefiero un teclado suave y ágil como este, en el que no sea necesario aplicar grandes presiones con los dedos.
La unidad dispone de dos ruedas en la parte izquierda, las habituales en este tipo de instrumentos, modulación y pitchbend. Llama la atención su gran tamaño. Para mí, el único aspecto negativo ha sido comprobar que la rueda de pitchbend tarda un poco en recuperar su posición inicial. Para interpretaciones muy rápidas que abusen de este efecto, quizá el tiempo de recuperación de esta rueda sea excesivo.
Por último, pude apreciar varios controles con funciones asignables. Este tipo de controles son un buen complemento a la hora de emplear el teclado como controlador, y lo convierten en una herramienta muy flexible sobre el escenario.
Sonido
Solo tengo un adjetivo para calificar el sonido de este instrumento: espectacular. Desde el primer segundo, Yamaha MOXF6 cautiva por su demoledora calidad sonora.
El catálogo de sonidos está perfectamente organizado en las categorías más representativas (teclados, guitarras, percusión, efectos). La cantidad de programas es inmensa. Durante el tiempo que probé la unidad, me resultó imposible abarcar todos. Estimo que habrá entre unas 30 y 50 variantes para cada categoría. En total, podrían superar fácilmente el millar. El repertorio sonoro excede las necesidades de cualquier músico. Me ha sorprendido gratamente la cantidad y calidad de los instrumentos de orquesta clásica, algunos de ellos con una expresividad suprema.
En mi opinión, el punto fuerte de este teclado son los efectos. No tuve tiempo de manipular todos los parámetros, pero la calidad de los efectos quedó patente en los numerosos programas, con sonidos envolventes que aprovechaban al máximo el campo estéreo. Los filtros son precisos y los efectos de reverberación y phaser son profundos.
No he podido medir el grado de polifonía, pero estoy seguro de que es alto porque en ningún momento quedó una sola nota silenciada al pulsar varias teclas simultáneamente, incluso empleando sonidos con una caída muy prolongada.
El tema demo está muy trabajado y expone claramente las posibilidades reales de este instrumento. Felicito al programador.
Funciones
Por falta de tiempo, me resultó imposible probar la sección de secuenciador y la grabación a tiempo real, pero conociendo los productos Yamaha, estoy seguro de que estará a la altura. De
scubrir una función de Vocoder en esta unidad fue una gran alegría, aunque no pude probarla. Desde el modo ‘Voice’ se accede al amplio repertorio de sonidos individuales.
El modo ‘Performance’ permite acceder de forma inmediata a un amplio catálogo de bases y estilos programados, disponibles tanto para improvisar bocetos como registrar temas completos. No soy amigo de los acompañamientos programados porque pienso que resulta fácil dejarse influir por su sonido y dificultan avanzar en el ejercicio creativo y en el desarrollo de temas originales. Sin embargo, tengo que reconocer que la variedad de acompañamientos de Yamaha MOFX y la calidad de éstos llegan a ser tremendamente inspiradoras. Particularmente, podrían llegar a ser un buen aliado a la hora de captar rápidamente ideas fugaces antes de que desaparezcan para siempre de tu mente. Tanto los acompañamientos como los arpegios han sido programados de una forma muy minuciosa.
No tuve oportunidad de conectar el teclado a un ordenador, pero sí observé que uno de los botones (‘DAW’) está destinado a su uso a través de software externo, y bajo la pantalla hay un par de filas de botones que aparentemente sirven para comunicarse con él. Con toda seguridad, este detalle lo agradecerán los músicos que utilicen el ordenador como núcleo de su estudio.
Facilidad de uso
Solo se tardan unos segundos en empezar a crear música con Yamaha MOXF6, y en pocos minutos cualquier usuario con unos mínimos conocimientos tendrá dominada la mayor parte de las funciones básicas. Dentro de los sistemas workstation, lo considero bastante intuitivo. Casi todas las funciones están a la vista, bien mediante su propio control o disponibles desde la pantalla. No es necesario aprender complejas combinaciones de teclas o navegar por infinidad de opciones. Obviamente, algunas funciones más complejas, como el secuenciador, precisarán la lectura del manual.
Conexiones
Yamaha MOXF6 dispone de todas las conexiones estándares que se pueden exigir a cualquier equipo de su gama, incluyendo salidas de línea, auriculares, pedales, conexiones MIDI y USB. Todas están ubicadas en la parte posterior. Aunque hubiera estropeado la impecable estética, no hubiera sido mala idea añadir los rótulos de cada conexión en la parte superior del panel, puesto que éstos quedan ligeramente inaccesibles bajo el reborde de la parte posterior de la carcasa. Como viene siendo costumbre en los teclados modernos, dispone también de una entrada de audio, entiendo que para incorporar y procesar el sonido de una fuente externa.
Lamentablemente, cometí un fallo garrafal y olvidé preguntar el precio de venta de este instrumento. Pero una rápida búsqueda posterior en los catálogos online me reveló que se trata de un producto realmente asequible. En este caso, la relación calidad/ precio es magnífica.
Por cierto, en la misma tienda pregunté también por Yamaha CP Stage, pero resulta que ese mismo día un profesor de música se llevó la última unidad. Me quedé con las ganas de probarlo, pero sin hacerlo, puedo concluir que debe de tratarse de un teclado excelente.
Conclusiones
Es imposible aburrirse con Yamaha MOXF6. El manejo es realmente intuitivo y la calidad de sonido, excepcional. Tocar este instrumento es una experiencia divertida y sin demasiadas complicaciones. Verdaderamente, se disfruta con su sonido. Y lo mejor de todo es su relación calidad/ precio.
Sobre los nuevos sintes MOXF y los teclados CP Stage
Los sintes Yamaha MOXF6 y MOXF8 combinan el aclamado motor de sonido de MOTIF XF y la expansión de memoria Flash de hasta 1GB, un teclado MIDI que ofrece un control completo sobre secuenciadores DAW e instrumentos VST, además de un interface audio/ MIDI, secuenciador interno y un potente paquete software de producción musical.
Por su parte, CP4 STAGE es, simplemente, “el mejor piano de escenario que Yamaha ha hecho jamás”, declara el propio fabricante. Incluye una selección de voces de los pianos de cola Yamaha Premium fabricados a mano, que cubren los modelos CFX, CFIIIS y S6, además de pianos eléctricos clásicos con efectos VCM. Además, una gran selección de sonidos basados en el sintetizador MOTIF, el buque insignia de Yamaha, ponen la guinda a un teclado de madera de 88 notas con acción Graded Hammer que proporciona un tacto y una respuesta de piano de altísima calidad.