Tus opciones para dar un «pequeño gran salto» en la calidad de tu mastering crecerán cuando te decidas a invertir tu presupuesto en unos monitores de calidad que hagan justicia a tu trabajo…
Para masterizar de una forma acertada tienes que contar con una referencia sonora fidedigna, y para ello los monitores particulares que decidas utilizar tendrán un impacto notable. Es por esto que los siguientes consejos podrían ayudarte a definir tu decisión. No obstante, los monitores no dejan de ser una parte más de tu cadena de audio, por lo que el sonido final no sólo dependerá de ellos.
1Monitorización activa VS pasiva: Posiblemente, a no ser que estés pensando en montar un estudio de mastering profesional, te decantarás por unos monitores activos debido a su mayor comodidad de configuración y uso, un mejor aprovechamiento del espacio y generalmente, un precio más reducido en estos tiempos. Pero también deberías tener en cuenta otros factores y alternativas.
Piensa que la adquisición de unos monitores pasivos amplía tu abanico de posibilidades y opciones a la hora de configurar tu propio sonido, ya que el amplificador aportará un “color” determinado. Esto también nos lleva a considerar que, en el caso de los modelos activos, es muy conveniente que conozcas todas las características del sistema bi-amplificado. Por regla general, asegúrate de que el valor de THD (Distorsión Armónica Total) no sea muy elevado.
2Cuestiones de campo: cercano, medio y lejano -Para espacios reducidos de escucha se debería pensar directamente en los monitores de campo cercano. La situación ideal para escuchas comparativas sería un espacio amplio que ofreciese la posibilidad de contrastar los diversos campos, pero es evidente que poca gente tiene a su alcance esas posibilidades.
Se da la circunstancia incluso de que algunos ingenieros de mastering que disponen de amplios espacios, al final se decantan por monitores de campo cercano, pues prefieren un sonido directo, incluso por muy preparada que tengan la acústica de la zona. Tiene su lógica práctica, ya que cuando el sonido interfiere con algún objeto (trampas, suelo, mesa, etc) se generan cambios de energía y, por consiguiente, el balance y la relación de frecuencias experimenta cambios importantes.
3Como las vías del tren: dos… ¿o mejor tres? Atendiendo a la regla general, un entorno “casero” hace preferible la alternativa de un monitor de dos vías -pues se da por supuesto que los modelos de más probabilidad de uso anterior habrían sido de ese mismo tipo. En cuanto a las tres vías, alguien podría pensar que aportarán un sonido más dedicado en cada rango de frecuencias; pero eso no siempre es así, e incluso la integración de un crossover adicional (la circuitería interna de cruce que canaliza las frecuencias) también entraña ciertas dificultades en el caso de algunos fabricantes.
Suele ser habitual que los monitores de tres vías alcancen frecuencias más graves que sus “hermanos” provistos con solo dos vías. Tienes también la alternativa de añadir un subwoofer a un sistema de dos vías si el género musical que desees masterizar incluye contenidos vitales en el rango grave inferior, y por tanto necesitas una escucha fidedigna y sin distorsión de dichas frecuencias. En tal caso, la elección del modelo particular de subwoofer sería crítica, y se debería valorar que las características de éste se complementasen con las de los monitores. En estas situaciones, la mejor pauta es ajustarse a los modelos compatibles que ofrezca el mismo fabricante.
4¡El tamaño sí importa! Otro factor crítico que debes sopesar seriamente es el tamaño físico de tus próximos monitores dedicados al mastering. Un cono de ocho pulgadas, por ejemplo, no implica un mejor control de los graves -lo importante es saber cómo se comportarán unos monitores dados en tu propio entorno de escucha.
Las ondas sonoras de frecuencias graves necesitan más espacio físico para un desarrollo completo, y por ello -además de otros factores- no conviene abusar de las medidas de tus monitores. Sin embargo, el trabajo de mastering requiere una escucha uniforme de toda la banda pasante audible con un mínimo de calidad, y así las cosas, un monitor de tamaño reducido quizá sea insuficiente. Los modelos con woofers entre cinco y ocho pulgadas suelen ofrecer buenos resultados, contemplando incluso la posibilidad de añadir un subwoofer, como antes precisábamos.
El trabajo de mastering requiere una escucha uniforme de toda la banda pasante audible con un mínimo de calidad…
5La importancia de tu escucha: Es el apartado final, pero recuerda siempre que podría ser el más determinante. Una vez que te hayas informado sobre las características de algunos monitores y te centres sobre un conjunto reducido de modelos, lo mejor sería que pudieses escucharlos en tu entorno para tomar una decisión final acertada -pero es evidente que, a no ser que cuentes con algún «enchufe» o contacto privilegiado, tus pruebas de audición y la decisión tendrán lugar en la tienda que visites.
Entre tantas marcas y modelos que podrían funcionar correctamente en tu sala, lo mejor es convencerte con tus propios oídos y dejar a un lado las valoraciones y críticas que leas en foros y otros recursos informativos, siempre subjetivas en este ámbito de la monitorización. Más abajo te ofrecemos enlaces a algunos consejos prácticos que te vendrán bien en la elección de tus escuchas.
Unos monitores adecuados para tu entorno de mastering optimizarán sobremanera la calidad de tus proyectos acabados. Pero si persigues un resultado de categoría profesional, el único recurso definitivo implica que contrates los oídos, decisiones y manos de un ingeniero de mastering: desempeña un oficio selecto y complejo, basado por completo en su experiencia de años.