Roland Jupiter 8, sintetizador polifónico | Retrospectiva
Grandes entre los analógicos, la pasión por Roland Jupiter 8 crece con el paso del tiempo

Roland Jupiter 8, sintetizador polifónico | Retrospectiva

Hasta 1980, Roland sufrió por destacar en un mercado de sintetizadores dominado por los americanos Moog, Oberheim, Sequential Circuits, y otros. Sin embargo, la situación cambió con la aparición del poderoso Roland Jupiter 8 polifónico. Ante vosotros, todo un clásico…


ESPECIFICACIONES
Lanzamiento
1980-1984
Teclado 61 notas
VCO Dos por voz
VCF Paso-bajo de 24/12dB, paso-alto de 6dB
Polifonía Ocho voces
Memorias 64 patches, ocho presets
Peso 21,5kg
Precio original 6.600€


Si investigas en la historia de las compañías más punteras, descubrirás que siempre existió un producto clave que las llevó desde la más absoluta mediocridad hasta el liderazgo del mercado mundial. A Microsoft le pasó con Windows, a Intel con el procesador x86, a Sinclair con C5 (más o menos)… y Roland se lo debe todo al sintetizador polifónico analógico Jupiter 8.

La metamorfosis de un grande

Durante los años 70, Roland se había limitado a lanzar una serie de buenos sintes monofónicos –aunque no extraordinarios–, unos cuantos sintetizadores de cuerdas aburridos y el sinte polifónico Jupiter 4. Con toda justicia, éste último consiguió llamar la atención de su público potencial con un precio razonable de 3.000€ (¡cuidado, que estamos en 1978!). Sin embargo, los famosos modelos Oberheim y Prophet ofrecían más potencia, polifonía y características, así que lograron desplazar a Jupiter 4 hasta el cuarto oscuro, junto a la mayor parte de sintes de oscilador único de la época.

Al cabo de un año, Roland regresó y esta vez sí consiguió dar en el clavo: cogió las mejores características de los líderes del mercado, añadió un toque mágico, y se las apañó para embutir todo en una carcasa muy atractiva. El resultado fue Jupiter 8, uno de los mejores sintetizadores polifónicos de la historia.

Arte exquisito

El resplandeciente Jupiter 8 estaba muy alejado del diseño convencional, con su elegante carcasa negra de metal. Roland sustituyó los laterales rechonchos de madera por unas placas de aluminio cepillado que daban al sinte un aspecto tan futurista y avanzado como clásico. De hecho, ¡parecía que acababa de salir del estudio de diseño de Bang & Olufsen!

La mitad superior del panel de control está cubierta por deslizadores y knobs, que sirven para retorcer todos los parámetros. A su vez, la mitad inferior consta de un impresionante conjunto de pulsadores de colores chillones, encargados de las funciones de memoria y modos del teclado. Una enorme pantalla atornillada con visualizadores LED de segmentos rojos ocupa el centro de la máquina. El panel está muy bien distribuido, es muy simple e intuitivo, y hoy resulta tan chulo como cuando apareció en 1980.

La sala de motores en Jupiter 8

En el corazón de las ocho voces de Jupiter 8 palpitan dos potentes VCO, que ofrecen cuatro formas de onda (o tres ondas más ruido en ‘OSC 2’). El segundo oscilador también puede desafinarse con precisión o incluso trabajar en modo de baja frecuencia para comportarse como otro LFO de modulación. Además, es posible controlar la velocidad previo ajuste del tono del VCO. Los dos osciladores tienen ondas con modulación de la anchura de pulso (PWM), así que con tantas posibilidades de modulación y semejante número de desafinaciones, Jupiter 8 está capacitado para sonar absolutamente bestial, ¡y tanto que lo hace!

Tampoco se queda corto en cuanto a filtros. El VCF ofrece filtrado resonante paso-bajo de 12 y 24dB, y un filtro paso-alto de 6dB. Gracias a su enorme flexibilidad, Jupiter 8 suministra un amplio abanico de sonidos, desde profundos barridos de colchones convencionales hasta bajos sólidos y cañeros, o sucias tajadas paso-banda. Tiene la pega de que el filtro no llega a oscilar de forma automática, aunque también hay que decir que dicho filtro puede resultar tan maravillosamente suave o demostrar tanta mordiente como sea preciso. Para ello, dispone de dos generadores de envolventes ADSR, y se cuenta con la posibilidad de asignarlo a su propia envolvente o a la misma envolvente que el VCA.

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También hay muchas posibilidades para que te pases las horas muertas intentando encontrar el sonido más chiflado del planeta. Las modulaciones se convierten así en un caos absoluto, pues incluye modulación cruzada, sincronismo del oscilador, un LFO principal muy bueno, y un generador de envolvente ADSR asignable e invertible.

Hay una gran diferencia en cuanto a la estabilidad de afinación entre los primeros modelos de Jupiter 8 y la versión 8a, debido al uso de un convertidor D/A de 14bit…

Jugar con los números

Como sabes, los arpegiadores hace tiempo que volvieron a ponerse de actualidad, y Jupiter 8 mantiene el tipo sin ningún problema. Además de los habituales arpegios ascendente/ descendente y ronda a la izquierda/ derecha, también incorpora el legendario modo aleatorio de Roland, magnífico para animar una pista si te quedas sin ideas, ¡o simplemente para imitar a Duran Duran!

La memoria almacena 64 patches y ocho presets. En realidad, los programas son patches dobles o divididos, lo que significa que un patch se asigna a la mitad inferior y el otro queda asignado a la mitad superior del teclado, o bien que los dos se apilan en capas. La memoria se vuelca y carga mediante un interface de almacenamiento sobre cassette situado en la parte posterior. Si vas a comprarte un Jupiter 8, sigue nuestras instrucciones desde el primer momento, porque es una buena medida de seguridad ante el inminente cambio de batería que tendrás que realizar.

Jupiter 8

Interpretación perfecta en Jupiter 8

Por último, es impresionante el panel de interpretación ubicado a la izquierda del teclado de cinco octavas, ya que lleva una serie de funciones asignables a la palanca de bender y al enorme botón de modulación. El teclado en sí es comparable al de la mayoría de los sintetizadores de Roland: muy agradable y rápido para tocar, aunque un poco ligero y endeble cuando llevas un tiempo ante él.

Si consideramos la dotación de Jupiter 8, su paleta sonora llega a ser muy diversa, aunque siempre suena impresionantemente cálido y grandioso. No parece tan robusto y ronco como un OBXa o un MemoryMoog, pero sí lo bastante amplio y suave; de hecho, su especialidad son los colchones muy espaciosos. En cualquier caso, no se limita sólo a eso, ya que se maneja bien a la hora de sacar todo tipo de extraños efectos especiales, trompas punzantes, salvajes bajos burbujeantes, y sintes solistas que se clavan como puñales en tus oídos.

Comunicación musical

De forma desafortunada, Jupiter 8 apareció un poco antes que el estándar MIDI, así que Roland sacó una versión posterior, el modelo 8a, que incorporaba un interface DCB propietario para conectarse a otros productos de la compañía. Además, este modelo incluía algunas pequeñas novedades, como un punto de división variable y una rutina de diagnóstico de errores. Los originales podían actualizarse para incluir DCB (mediante el kit Roland OC-8), y también pululan por ahí convertidores DCB a MIDI, tanto de la propia Roland como de Kenton. Sin embargo, si el MIDI es imprescindible para ti, más te vale que algún especialista añada a tu Jupiter 8 más garantías.

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En este sentido, las posibilidades de instalar un retrofit MIDI son, cada vez, más limitadas. Hasta 2002, Kenton ofrecía un magnífico kit de midificación que, aparte de su alto precio (unos 700€), entrañaba una gran dificultad de instalación. Pero, Kenton abandonó la producción de estos kits y el único recurso actual es otra marca, Encore Electronics, que ofrece el kit JP8MK con sus capacidades MIDI limitadas y volcado de patches a Jupiter 8 por unos 300€.

La estabilidad de afinación en los primeros modelos es aceptable, y en general, Jupiter 8 resulta fiable para tratarse de un sinte analógico (ya sabes, esa tecla ‘AutoTune’ echará humo…). Sin embargo, hay una gran diferencia en este detalle entre los primeros modelos y la versión 8a, debido al uso de un convertidor D/A de 14bit. No obstante, todas las versiones se calientan demasiado y tienen fugas de corriente, así que siempre acabará por ocurrir algo. Por suerte, es posible afrontar las reparaciones sin demasiada dificultad gracias a la disponibilidad de componentes en eBay.

Jupiter 8 tiene prácticamente todo lo que podrías pedirle a un grandioso sintetizador analógico. Es potente, tiene muchas y buenas funciones, es fiable, permanece afinado, y su pinta nos parece estupenda. ¿Qué más quieres? Resumiendo, Jupiter 8 es el perfecto sintetizador polifónico con funcionamiento «todoterreno». FM

Jupiter 8 en todo su esplendor


EXPEDIENTE RETRO 1980: Roland Jupiter 8

Precio y disponibilidad

Roland sólo fabricó unas 2.000 unidades de Jupiter 8 en todo el mundo. Si tienes en cuenta los años que han transcurrido, las posibles desgracias que han podido acaecer a algunos modelos (caídas desde puentes, atropellos de camiones y tratos poco cariñosos por parte de roadies fortachones), el número de unidades en servicio que restan en todo el planeta podría ser muy reducido. Así que, en España, hasta podrías contarlos con los dedos de una mano.

Por alguna extraña razón, parece que casi todos los Jupiter 8 han sufrido un ataque de furia por parte de Mike Tyson o han sido arrollados por una manada de búfalos, ya que cuesta bastante encontrar una unidad bien conservada. Te pedirán unos 9.000€ por un modelo sin retrofit MIDI, y hasta 12.000€ o más por una joya en buen estado de conservación que además incluya capacidades MIDI.

Maestros del pasado

¿Por dónde empezamos? Casi todo el que tiene un nombre en este mundo ha utilizado o emplea un Jupiter 8. Algunos ilustres usuarios son Nick Rhodes (Duran Duran), Heaven 17, Patrick Moraz, Tears For Fears, Jean Michel Jarre, Vince Clarke, Jan Hammer, Azul Y Negro, Depeche Mode, Pet Shop Boys, Simple Minds, Howard Jones, Rod Temperton (en Thriller de Michael Jackson), Swing Out Sister, Tangerine Dream y, cómo no, ¡los poderosos Kajagoogoo!


ESAS PALABRAS

ADSR
Ataque, Decaimiento, Sostenido, y Relajación son los cuatro parámetros que permiten modificar la envolvente básica de un sonido.

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LFO
Oscilador de baja frecuencia. Se trata de un oscilador que genera unas frecuencias tan bajas, que casi no puedes escucharlas. Un LFO suele emplearse para modular parámetros de un sinte, o incluso otros osciladores.

VCA
Son las siglas de Amplificador Controlado por Tensión. Este módulo electrónico determina el volumen final de un sonido.