Ocho-cero-ocho son algunas de las sílabas más icónicas de la música electrónica: investiguemos en la historia de la leyenda Roland TR-808, con toda su majestuosidad…
Qué leerás en este reportaje…
- El ancestro
- La adulada irrupción en el mercado
- Secuenciador X0X visionario
- Popularidad, una simple palabra mágica
- Las alternativas de hoy
Roland seguramente sería el primer nombre que te viniese a la mente si te preguntasen por un fabricante de cajas de ritmos clásicas. A lo largo de los años 80, esta compañía japonesa lanzó varias unidades de ritmos innovadoras que cambiaron las reglas del juego. Ayudaron a moldear el sonido de la música electrónica como la conocemos hoy. El primero de sus impactos –y quizá aún el más revolucionario– se llamaba TR-808. En este reportaje veremos sus raíces dentro de la gama de Roland de los 70 y sabrás qué le hizo tan especial.
El ancestro
Si piensas en los inicios de Roland Corporation, verás que su focalización sobre la síntesis de batería es una parte inherente de su carácter. El predecesor de esta compañía, Ace Electronic Industries (también conocida como Ace Tone) tuvo su fundación en 1960 a manos del ingeniero Ikutaro Kakehashi, a quien tristemente dijimos adiós en Abril de 2017.
El primer producto de Kakehashi fue una caja de ritmos muy básica para organistas: Rhythm Ace. Tras su alianza estratégica con Hammond Organ Company en 1967, Ace Tone logró algunos éxitos con su gama de cajas de ritmos. Pero allá por el año 1970, Kakehashi decidió separarse de Ace Tone y Hammond, y tuvo la feliz idea de montar Roland Corporation, cuyos primeros productos fueron, de nuevo, cajas de ritmos: TR-33, TR-55, y TR-77 (las siglas TR equivalen a “Ritmo Transistorizado”, en referencia a la gama TO de Ace de órganos con transistor).
Los primeros modelos diseñados por Roland eran todavía cajas básicas de ritmos orientadas al mercado de los organistas; pero con el lanzamiento de las unidades CR-68 y CR-78 en 1978, la compañía dio un paso hacia adelante.
El modelo CR-78 (el buque insignia) aún tenía el peculiar sonido de las primeras máquinas Roland –claramente artificial y casi todos sus golpes sonaban delgados y débiles. Pero aunque los modelos anteriores estaban basados solamente en presets, CR-78 ofrecía opciones básicas de programación con la ayuda de TS-1 Memory Switch (que permitía grabar patrones a tiempo real), o el menos común WS-1 que dejaba escribir secuencias por pasos.
A pesar de su relativa sencillez y de que hoy muchos la ven como poco más que un paso previo ante la llegada del modelo Roland TR-808, la unidad CR-78 alcanzó popularidad por derecho propio; es así que logró sonar en canciones millonarias como In The Air Tonight de Phil Collins, Heart Of Glass de Blondie, e I Can’t Go For That (No Can Do) de Hall y Oates, entre otros artistas insignes.
La adulada irrupción de Roland TR-808 en el mercado
Lanzada en el año 1980 y puesta a la venta en Europa en 1981 por unos 900€ de la época (¡quien pudiera ver eso hoy!), Roland TR-808 representaba un gran paso adelante en términos de calidad y versatilidad respecto a CR-78: Era del todo programable y sonaba con muchísimo más cuerpo.
Los circuitos generadores de sonido de TR-808 eran todavía de electrónica analógica por completo –la unidad LM-1 de Roger Linn ya había ofrecido al mundo una batería digital basada en muestras o samples; pero el acertado producto de Roland era en su totalidad mucho más avanzado que la previa CR-78.
Como todas las cajas de ritmos analógicas, TR-808 opera sobre unos principios de creación de sonido parecidos a los empleados en los diseños de los sintetizadores analógicos. Y es que cada uno de sus circuitos de batería emplea un circuito electrónico básico de síntesis para generar sus sonidos; pero las restricciones de espacio impuestas por el propio formato físico de una caja de ritmos, obligaron a que la arquitectura del sintetizador fuera más simple que la que cabría hallar en un instrumento normal.
Si te gusta la electrónica, es fácil que te enamores de la placa de circuitos de 808 (o PCB, mira sus esquemas en este recurso). Los diseñadores de Roland crearon circuitos eficientes y hábiles para cada uno de los 16 sonidos de batería, comandados por el experto Hiro Nakamura y bajo la supervisión de Tadao Kikumoto en calidad de Jefe de Proyecto. Piensa en el circuito original para el sonido de bombo en Roland TR-808, por ejemplo, basado en un inusual circuito oscilador electrónico conocido como «Red T» puenteado (u oscilador T doble).
El circuito del bombo de TR808 alcanza la auto-amortiguación tanto en base a su frecuencia como al nivel de su salida. Y tras disparar un sonido, éste es desvanecido a medida que su tono desciende.
Es posible aplicar un factor de realimentación positiva para ampliar el tiempo de decaimiento, y usar un sencillo circuito de filtrado en la salida para ajustar el tono del sonido. El diseño implementa un modo increíble de lograr ese legendario sonido de bombo, ¡sin emplear un solo generador de envolvente o un amplificador controlado por voltaje (VCA)!
Hoy resulta imposible sobreestimar la importancia de Roland TR-808 en el desarrollo de la música electrónica…
Podríamos aplicar los mismos principios al resto de la máquina, y sus peculiares sonidos son generados mediante unos circuitos muy bien diseñados. TR-808 despliega un total de 16 sonidos (aunque había grupos de dos, como los golpes de aro y las claves, o la palmada y las maracas, con los mismos circuitos y por eso sólo puedes usar uno a la vez). Los sonidos de TR-808 –desde el profundo y retumbante bombo a sus cajas tan vigorosas, o esa quebradiza palmada y el golpe atonal del cencerro– son ya iconos a pesar de que pocos sonaban de forma realista.
Aunque siendo críticos, Roland TR-808 ofrece ajustes limitados para cada sonido. Sólo afinas timbales y congas, mientras que los tiempos de relajación de todos ellos (menos bombo, platos, y charles abiertos) son fijos. El ajuste ‘snappy‘ en la caja ofrece un control sobre su “energía”, pero quitando eso, los únicos valores ajustables son los niveles de salida de cada elemento.
Secuenciador X0X visionario
Por si asentar un nuevo estándar para la síntesis analógica de baterías no fuese una hazaña más que suficiente, TR-808 llegó con otro as en la manga. La unión de presets y programación básica a nivel de usuario en CR-78 fue revolucionaria; pero en 1980, el mundo musical había cambiado: Roland TR-808 introdujo el ya legendario secuenciador de 16 pasos, o X0X como solemos llamarlo.
El asunto es que eliges y programas los elementos individuales de la batería por medio de los 16 botones dispuestos en horizontal sobre el panel frontal. Y mientras tanto, hasta 32 ranuras de memoria para patrones te permitían programar partes ‘A’ y ‘B’, además de variantes intro/ relleno.
Pero las cosas en la práctica no resultaban en una gran flexibilidad: La naturaleza limitada de su configuración convertía en difícil o imposible la programación de arreglos complejos. Y la ausencia de swing ajustable hacía que el groove siempre estuviese fijo, escupiendo así ritmos mecánicos.
Con todo, el intuitivo y tan inmediato método de programación convirtió al secuenciador de TR-808 en todo un éxito para la escena musical. Este mismo sistema es usado hoy por muchas cajas de ritmos e instrumentos software.
Como TR-808 salió al mercado antes de la adopción del estándar MIDI, no ofrece soporte MIDI en absoluto. Las modificaciones hardware para el soporte de MIDI llegaron después de la introducción de dicho protocolo en 1983, pero en su forma estándar, TR-808 apenas ofrecía algo más que la conexión propietaria para sincronización de Roland.
Y aunque no resulta ser tan versátil como el protocolo MIDI que pronto la superaría, esta conexión para sincronización permitía a TR-808 esclavizarse al tempo de otras unidades Roland, como el secuenciador MC-4, el arpegiador del sintetizador analógico polifónico Jupiter-8, los secuenciadores CSQ CV/ Gate, y más tarde con las populares unidades TB-303 bassline y MC-202.
En la práctica era posible usar las señales de disparo (trigger) asociadas al cencerro, palmada, y patrones de acentos para controlar el arpegiador de Jupiter-4 (y después el monosinte SH-101), o en unión con un CSQ para controlar sintetizadores analógicos. Los fans de Roland tendrían que esperar a la otra icónica caja de ritmos TR-909 (1989) para usar el soporte MIDI implementado de fábrica.
Dada su popularidad, la carencia de competencia, y la relativa carestía de su mayor oponente, sorprende hoy que la propia Roland pensara que 808 no sería un gran éxito comercial…
Popularidad, una simple palabra mágica
La caja de ritmos Roland TR-808 cogió el testigo de CR-78 y pronto ganó fama entre artistas y productores. El enorme éxito de Marvin Gaye, Sexual Healing (1982), usaba en profusión esta caja de ritmos, pero fue el tema Planet Rock de Afrika Bambaataa (lanzado con anterioridad ese mismo año) el que tendría un mayor impacto a largo plazo –contempla un vídeo memorable de una de sus actuaciones sobre la imagen de apertura de este reportaje.
El éxito Planet Rock sentó las bases del sonido electro y tuvo una gran influencia en el hip hop, que a su vez originó muchos otros estilos, todo ello debido a la visión del productor Arthur Baker. Desde su salida al mercado, TR808 ha sido el pilar de casi cada género de música electrónica, desde los inicios de la música house y Detroit techno, al dubstep y top 40 R&B.
La popularidad de TR-808 creció en parte rápidamente por carecer de una fuerte competencia. Las cajas de ritmos de Korg, como los modelos KR-33, -55, y -77, estaban más cercanas a CR-78 que a TR-808 (aunque el modelo KPR-77 del año 1982 plantó cara al posterior TR-606).
Por su parte, la unidad LM-1 Drum Computer de Linn Electronics podría haber sido su mayor amenaza, pero con un precio cinco veces más caro que el modelo de Roland, estaba en una obvia desventaja comercial. Oberheim DMX (más barata) era otra alternativa basada en muestras, pero sus únicos ocho sonidos y un secuenciador menos intuitivo le alejaban del atractivo de Roland TR-808.
Dada su popularidad, la carencia de competencia, y la relativa carestía de su mayor oponente, nos sorprende hoy que la propia compañía Roland no pensara que 808 acabaría alcanzando un gran éxito comercial. No fue un fracaso, pero quizá eligieron mal el momento de su lanzamiento.
La caja de ritmos TR-606 era más barata y con mayor atractivo para el público, pero el tiempo iba en contra de esta generación de cajas de ritmos. El formato MIDI y la próxima llegada de máquinas más económicas y basadas en sampling, acortaron los días de gloria de Roland TR-808.
Roland TR-808 hoy: Las alternativas
Muchos opinarán que el diseño original de Roland TR-808 es imbatible, pero si quieres hacerte con una unidad de las originales en buen estado, tendrás que rascarte el bolsillo, y mucho. Sólo en los últimos veinte años, sus precios se han multiplicado por un factor de diez.
Fue allá por Junio de 2017 cuando asistimos atónitos, por primera vez, a la superación de los 5.000€ en unidades 808 y 909 ofertadas en sitios online como eBay. Y hoy, una unidad decente ronda los 6.000€, aunque si buscas un modelo en perfectas condiciones, incluso con embalaje original y manual, esa cifra reventará la impresionante barrera de los 10.000€.
Por suerte, hay muchas alternativas. Casi toda caja moderna de ritmos, plugin, groovebox, y pack de muestras, incluyen sonidos inspirados en TR-808. Además, compañías como MFB, Analogue Solutions, Jomox, y Acidlab lanzaron clones hardware de muy buena calidad.
La historia acabó en los lanzamientos, por parte de la propia Roland, de las unidades AIRA TR-8 y Boutique Series TR-08. Y aunque es cierto que sus precios nada tienen que ver con las excentricidades solicitadas por la máquina genuina, los usuarios tienen que contentarse con sus emulaciones digitales Analog Circuit Behavior, ACB; éstas representan una enorme facilidad de fabricación para la compañía, pero no logran replicar del todo la magia analógica original. No faltan incluso los kits «hazlo-tú-mismo» como E-licktronic YOCTO.
En cuanto a software, la recreación virtual D16 Nepheton Drum Machine ofrece un instrumento realista. Y si no lo ves, te valdrá un pack decente de muestras al estilo de Goldbaby SuperAnalog808 (aunque hay muchos otros).
Siempre tienes, además, la vía de quedarte en las ventajas del software gratuito, y en ese caso, también son muchas las opciones, demasiadas quizá. De las que nosotros hayamos cubierto, destacamos BPB Cassette Drums, que contiene sonidos 808, 909 y 606, mientras que Liveschool Fairchild 808 lleva los mismos sonidos al entorno de Ableton Live, aunque con algo de procesamiento.
En la orilla multitáctil de Apple iOS (iPad, iPhone), destaca la propuesta de MVStudio MV08 que conserva los sonidos, pero cambia su panel gráfico en pro de un método adaptado de trabajo. Y por último, para quienes ni siquiera deseen molestarse en abandonar su navegador web, io808 encarna una digna imitación que permite disfrutar de las baterías y propiedades del secuenciador X0X en una auténtica experiencia online gratuita a través de cualquier dispositivo.
Hoy resulta imposible sobreestimar la importancia de Roland TR-808 en el desarrollo de la música electrónica. Sin este modelo icónico de caja de ritmos, venerado, adulado, deseado y tantas veces imitado, los estilos musicales troncales electro, hip hop, house, y techno serían irreconocibles. O al menos su sonido sería muy diferente del que conocemos.