Durante mucho tiempo, en Colonia fueron fijados los conceptos básicos del estudio para música electrónica –esta es su increíble historia resumida en unas breves líneas…
La página de búsquedas de Google nos sorprendía en la madrugada del 18 de Octubre de 2017 con un doodle que abordó una temática muy familiar para los lectores de Future Music. Y es que en esa ocasión, celebraban el 66 aniversario del Primer Estudio para Música Electrónica de la historia, inaugurado en 1951 en la ciudad de Colonia (Alemania). Se trataba de una efeméride muy importante, pues este hecho sentó las propias bases creativas de la música electrónica.
La colorista imagen del popular buscador de contenidos en Internet es un trabajo del ilustrador alemán Henning Wagenbreth. Su simbología y mensaje celebran la imaginación y libertad de ideas que permitieron erigir dicho búnker creativo en Colonia. Éste cambiaría a la postre las opciones para hacer música que habían sido empleadas hasta aquel momento.
Los tres impulsores de la idea de un estudio para música electrónica acabarían generando una plataforma alternativa para nuevos métodos de composición e interpretación musical. Y al mismo tiempo darían paso a la propuesta de revolucionarios instrumentos electrónicos, así como técnicas inusitadas para hacer y grabar música.
El estudio para música electrónica no siempre fue tan obvio como hoy lo conocemos
La propuesta de un estudio para música electrónica es una idea original de los compositores Werner Meyer-Eppler, Robert Beyer y Herbert Eimert. Estos tres intrépidos pensadores y prospectores de la tecnología musical, tuvieron que trabajar duro por años para sentar las bases técnicas de su fantasía.
Hoy es considerado como un hecho que el Studio Für Elektronische Musik Des Westdeutschen Rundfunks (WDR) de Colonia, fue el germen de todos los estudios de música y grabación según los conocemos. Y fueron las instalaciones de la Radio de Alemania Occidental el lugar que músicos avanzados y productores experimentales usaron para mezclar toda una revolución de sonidos sintéticos y notas desconocidas en la época.
El primero de nuestros protagonistas (y si no héroes de la historia), Werner Meyer-Eppler, fue un Doctor en Física y Licenciado en Fonética que se tituló en 1942 y 1953, respectivamente. Pero cuando en 1949 impartía clases de Fonética en el Instituto de Bonn, publicó el libro Elektrische Klangerzeugung (Generación De Sonidos Eléctricos), que condensaba los conocimientos de aquellos tiempos sobre instrumentos de música electrónica y técnicas para síntesis de voz. Es justo en esa obra donde se encuentra la primera referencia al término ‘Música Electrónica‘, que todos sabemos terminaría proporcionando el nombre a lo que hoy es nuestra principal forma de expresión musical.
Los tres impulsores de la idea de un estudio para música electrónica acabarían generando una plataforma alternativa para nuevos métodos de composición e interpretación musical…
Por su parte, Robert Beyer publicó toda una diversidad de obras en torno a la música electroacústica, un fenómeno incipiente por entonces. Beyer ofreció sus servicios como técnico de sonido y mezcla, y su nombre figura en los créditos de edición de la WDR a partir del año 1946.
El tercero de nuestros hombres clave, Herbert Eimert, cursó estudios en el Conservatorio y la Universidad de Colonia. También fue autor de bibliografía musical, sobre teoría de música atonal, y llegó a construir algunos instrumentos. Si bien sirvió en la WDR desde 1928 por cinco años, su reincorporación en la Radio de Colonia en 1945 le puso en la senda laboral para acabar dirigiendo la programación musical nocturna desde 1948. Hemos de señalar como nota curiosa que, desde muy joven, Herbert Eimer apostó por formas de componer e interpretar música que escapaban de los estándares clásicos.
Pero el Estudio para Música Electrónica de Colonia se gestó en 1949, tras un encuentro y el posterior intercambio de ideas entre Robert Beyer y Werner Meyer-Eppler, que tuvo lugar por motivo de una conferencia de este último. Meyer-Eppler había disertado en Detmold (Renania del Norte-Westfalia) sobre las opciones de futuro de los mezcladores de sonido, y ambos decidieron ofrecer desde entonces conferencias divulgativas en torno a la temática El Mundo De Los Sonidos De La Música Electrónica.
Su estreno en forma de cursos reglados tuvo lugar en el verano de 1950, y es fácil intuir que el tercer miembro de la ecuación fundacional,tan sólo sumó su nombre por estar en el sitio adecuado y en el momento propicio: Herbert Eimert disfrutó primero de las charlas, para después ser alumno de aquellos cursos veraniegos sobre tecnología musical.
El auténtico sonido sintético llegó en 1951
La siguiente edición de aquellos cursos, en 1951, tuvo a Herbert Eimert disertando sobre Música En La Zona Frontera. Por su parte, Robert Beyer trató la generación de sonidos mediante métodos electrónicos, y abordó el futuro de la música. Los primeros ejemplos de síntesis de sonido fueron introducidos por Meyer-Eppler en ese mismo foro: para ello se sirvió de un magnetófono AEG y un primitivo Melochord monofónico de Harald Bode. Este instrumento incluía un teclado de 37 teclas provisto de un esbozo de envolventes y un precario sistema de transposición de octavas con el fin de alcanzar el rango tonal de un piano.
En la noche del 18 de Octubre de 1951, aquellos conocimientos, experiencias y sonidos alcanzarían una difusión ampliada a través de la Radio Alemana. En aquella sesión, contaban con la presencia de Friedrich Trautwein, inventor del instrumento Trautonio, y el gerente de la emisora, Hanns Hartmann, extendió su visto bueno para la apertura definitiva del Primer Estudio para Música Electrónica de Colonia.
Hoy es posible hablar de la Escuela de Colonia y su enorme impacto en la posterior escena de la música electrónica. Y para nada resulta aventurado referirse a aquella plataforma como la semilla para el establecimiento de cualquier estudio posterior de música y grabación. De una forma paralela, la figura incorporada de Karlheinz Stockhausen contribuyó a que la música electrónica lograse una proyección internacional de gran admiración. Por último, la sopa de cultivo de aquel estudio, sugirió e inspiró ideas a múltiples compositores electroacústicos que después adquirieron nuevas formas alternativas derivadas.
Aquel primer Estudio para Música Electrónica cerraría definitivamente sus puertas en el año 2000, aunque su nombre ha sido mantenido por derecho propio en la historia gracias a su increíble legado para las generaciones creativas posteriores. De alguna forma, todo lo que hoy hacemos con nuestras máquinas y software musical, tuvo un comienzo en la imaginación de aquellos pioneros. Se espera que el edificio que vio nacer a Stockhausen en 1928, sea abierto en algún momento del futuro próximo como un museo privado y albergue una representación del Westdeutschen Rundfunks y sus conceptos.