Los subwoofers son un complemento obvio, pero no corras y considera todas las opciones…
Quizá te encuentres en esta situación que pasamos a describir: Tienes tu estudio casero instalado en una sala más bien pequeña, de dimensiones reducidas. Haces mezclas dance sobre todo –o quizá de otro estilo, no importa–, pero en tu caso, consideras importante la escucha fidedigna de sonidos graves de muy baja frecuencia. Dado que además quizá estés usando monitores de audio muy pequeños, te preguntarás si una posible solución viable consistiría en añadir un subwoofer a tu sistema de escucha… Claro, para eso están los subwoofers, y uno de éstos complementaría el nivel mínimo de frecuencias que reproduce tu sistema, cabría pensar con cierta lógica. ¿Te sientes identificado en este contexto?
Bien, empecemos diciendo que por regla general, resulta muy complicado monitorizar la cola de graves como es debido en un entorno acústico reducido. Cada sala presenta varios «modos» resonantes entre las superficies enfrentadas (suelo-techo, entre paredes) que acaban por realzar o atenuar sobremanera ciertas frecuencias, especialmente en las bandas de graves y subgraves. Y cuanto más pequeña sea tu sala, más probable será que esto tenga un impacto negativo sobre tus escuchas y decisiones de mezcla.
Antes de lanzarte a pensar en subwoofers o monitores de mayor tamaño, deberías acometer el acondicionamiento básico de la acústica de tu estudio…
Algunas valoraciones antes de elegir la opción directa de los subwoofers
Sin llegar aún a la inversión de tu presupuesto en nuevos sistemas o equipos, deberías pensar que es posible aplicar una ecualización correctiva para reducir un exceso de graves. Pero ten siempre en cuenta que ningún tipo de procesamiento te ayudará a combatir las frecuencias que cancelan los modos naturales de tu sala. Esto significa que quizá no escuches mejor los graves empleando un subwoofer, ¡pues incluso su empleo podría empeorar las cosas!
Antes de lanzarte a pensar en subwoofers o monitores de mayor tamaño, deberías acometer el acondicionamiento básico de la acústica de tu estudio. De entrada, puedes instalar trampas de graves de alta calidad (los modelos de esquina suelen resultar más efectivos), aunque en principio te parezcan algo caras. De todas formas, incluso después de que acondiciones la sala, es probable que todavía no resulte adecuada para trabajar con frecuencias muy bajas. En ese caso, olvídate de los subwoofers y recurre a otro método –por ejemplo, comprueba tus mezclas con los mejores auriculares que tengas a tu disposición.
En Future Music tenemos publicados muchos contenidos que te ayudarán y darán luz en este sentido, y por descontado, te aconsejamos que los leas (te damos todos los enlaces al final de este post). Y en último término, si aún «quieres bajar» en la reproducción de frecuencias muy graves tras poner a prueba todos esos consejos iniciales de acondicionamiento acústico, ubicación de elementos en tu estudio, e incluso calibración y configuración de monitores, harás bien en plantearte la opción de un subwoofer dedicado a elegir entre los muchos que están en oferta.
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