Hoy el popular inventor es más conocido por no atribuir crédito a los auténticos creadores que por sus contribuciones –el tiempo suele poner a cada uno en su sitio…
Un 11 de Febrero, pero de 1847, Thomas Edison venía al mundo en Milan (Ohio, EUA). Reconocido y aplaudido como un célebre inventor estadounidense, desarrolló varias innovaciones sin las que hoy tendríamos menos comodidades en este mundo.
Sin embargo, a medida que la información fluye con más celeridad y claridad en las redes, se han ido conociendo detalles que nos presentan a un Thomas Alva Edison fraudulento: En consecuencia, ya son varias las investigaciones que demuestran que varias innovaciones atribuidas durante años a su autoría, en realidad nunca nacieron en su cabeza, ni de lejos.
Entre las más de mil patentes registradas por Thomas Edison, se encuentra un grueso procedente de compras y diversas adquisiciones, más o menos legales. Su equipo de asistentes trabajó duramente para hacerse con la firma de creaciones que nunca ideó.
El caso flagrante del gramófono: No Edison, no, tú no lo hiciste
Auténtico precursor del tocadiscos, el gramófono es uno de los grandes inventos atribuidos comúnmente a Edison. Pero en realidad la patente del gramófono es obra del germano-estadounidense Emile Berliner, cuando en realidad sus primeros trabajos sobre el sistema se remontan incluso a 1870. Pero sí es obra de Edison la patente del fonógrafo, el 21 de Noviembre de 1877, ante un Berliner haciendo oficial su gramófono casi una década más tarde, en 1887.
Una maravilla para la época, aquella máquina del diablo por entonces era capaz de reproducir discos que habían sido ‘impregnados’ con sonido, si atendemos a la percepción popular. Quizá la atribución errónea venga porque al ver la tremenda popularidad del gramófono, Thomas Edison efectuó modificaciones de su fonógrafo, que en realidad fue concebido como una máquina de dictado, al objeto de justificar un empleo musical.
Dos fueron los motivos por los que el gramófono triunfó frente al fonógrafo: Uno tuvo que ver con el bajo coste de las grabaciones destinadas al gramófono, mientras que las grabaciones sobre cilindros macizos de cera para el fonógrafo no permitían una producción sencilla en masa. Sin embargo, sí hay que decir que a diferencia del más antiguo fonoautógrafo, el fonógrafo de Edison fue el primer sistema capaz de grabar y reproducir sonidos.
También señalamos un detalle que sacará una sonrisa a nuestros lectores: Durante algún tiempo, el fonógrafo tuvo una gran ventaja competitiva respecto al gramófono, y es que los usuarios del primero podían realizar grabaciones caseras. Fue necesario esperar muchos años más para ver lo mismo con tecnología renovada, primero con los magnetofones de alambre y más tarde a través de los magnetofones de cinta magnética.