Cableado y cabreado: Cuando unos malos cables te llevan en directo al fracaso con tu música

Cableado y cabreado: Cuando unos malos cables te llevan en directo al fracaso con tu música
Destierra la expresión "un sencillo cable barato"... Un cableado de calidad es algo vital

En un estudio de grabación, quizá sea el cableado a la par de la acústica los factores más importantes que hemos de considerar –Sergio Castro de Reflexion Arts nos demuestra la importancia de usar buenos cables y conexiones… [Imágenes © Diana Castro]

Cuando no disponemos de una acústica adecuada, resulta complicado sacar el mejor rendimiento a los instrumentos acústicos o electro-acústicos a grabar, y no sabemos con exactitud lo que estamos registrando. Pero algo cierto es que con los años de experiencia, seremos capaces de tomar decisiones que minimicen los efectos negativos de una acústica menos adecuada a la hora de la captación microfónica; nuestro cerebro, además, aprende a descifrar una respuesta monitor/sala un tanto “distorsionada” y nos ofrece referencias. Pero con el cableado debemos tener un enorme cuidado, pues no nos avisa ni salta a la vista.

Podemos tener el mejor convertidor AD/DA, grabar a 32 ó 64bit, usar nuestro adorado micrófono vintage que nos costó un par de años de curro, y todo esto atravesando el previo mas esotérico y completo que hayamos sido capaces de abonar: Pero si las interconexiones entre toda esa cacharrería no están garantizadas por un cableado y conectores de calidad, soldaduras bien hechas y, principalmente, el protocolo adecuado… ¡Apaga y vámonos!

Un cableado de calidad es determinante en tu estudio

Por cualquier extraña razón, tendemos a menospreciar la importancia del cableado. Es como si de pronto, nos comprásemos un coche con la capacidad de tirar de una caravana, además de tener una caravana confortable para irnos de vacaciones, y al final los uniésemos con una cuerda para ahorrarnos la inversión en un enganche fiable. Vaya, eso sería adoptar una decisión arriesgada, ¿no crees? Pues lo mismo ocurre con los «enganches» en el mundo del audio.

Esta historia ya la contamos desde hace años, pero nunca está de más recordarla… Un productor que solía visitarnos en Reflexion Arts, vino un día con un problema que venía detectando hacía meses en su estudio de grabación. Sus monitores de audio, por entonces de reciente instalación, mostraban un comportamiento extraño: Sonaban muy poco convincentes, en resumidas cuentas. Y dado que aún disfrutaba del período de garantía, mantuvimos una conversación con preguntas de primer abordaje para descartar posibles causas sencillas (tipo de salida de su interface, los cables que usaba, y demás). Lo cierto es que ninguna de esas respuestas nos impidió devolver los monitores a fábrica a través de un procedimiento RMA.

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Tienes que saber también que el cableado no es algo perpetuo: Hay que revisarlo, y hay que mantenerlo…

Poco después, el fabricante dio su veredicto –»¡Están perfectos!», nos argumentaron. Y como el problema persistía, incluso meses más tarde, decidimos someter su sistema a un exhaustivo chequeo. Entre las salidas balanceadas (sobre jacks TRS) del módulo de conversión de su tarjeta de audio (de reconocida calidad, por cierto), y las entradas balanceadas (XLR) de los monitores autoamplificados, encontramos entonces unos bellísimos cables de diseño, de marca sofisticada, aunque desconocida para nosotros. Quizá para lograr que fuesen atractivos al máximo grado y engatusar de inmediato a compradores incautos, el fabricante de los cables se sirvió de la palabra ‘PRO’ en tipografía sugerente y un espectacular XLR articulado en el otro extremo. Y sí, ¡la propuesta era impresionante en realidad!

Sin embargo, una observación más detallada del cable y la consecuente medición, nos reveló falta de continuidad en la masa de la señal de audio (anillo a pin ‘3’). Cuando probamos el otro cable del par estéreo, el resultado fue el mismo. Las conclusiones posibles eran que estábamos ante un caso, poco probable, en el que uno de los conductores –el de señal negativa– se había roto en ambos cables… ¿En serio, y tan casual? Bueno, aquella guapísima articulación del XLR hasta 90 grados sugería la hipótesis. ¿O quizá sería que, simplemente, los espectaculares cables que teníamos delante ya «pecaban» por la ausencia del tercer conductor?

Sorpresas casuales que demuestran problemas de cableado

Con la autorización del propietario de aquel sistema, y yo entonces un poco cabreado con los resultados de la prueba –todo hay que decirlo–, cortamos el cable a la altura del jack moldeado, sabiendo que al menos podríamos recuperarlo instalando un nuevo conector. ¡Y así confirmamos que la conexión consistía en un simple cable de un único conductor y pantalla! Se trataba de un cable vulgar para instrumento o línea no simétrica, donde la carencia del conductor para señal negativa dejaba sorprendentemente desconectada la patilla de contacto del anillo del jack con el terminal o pin ‘3’ del XLR.

O dicho de otro modo, que el jack instalado era un TRS con punta y anillo, mientras que el XLR presentaba su tercer terminal tan brillante como los demás. Y por supuesto, lo que no había era conexión entre dicho pin y el anillo del jack.

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Aquel disparate me trajo a la cabeza un artículo técnico de Philip Newell que, a finales de los noventa, publicábamos en nuestro boletín de noticias. Tenía un tono algo depresivo, de alguien muy disgustado con el rumbo de la industria. Pero merece la pena que lo leas, si tienes el tiempo y la paciencia –está aquí.

Incluso aunque uses el mejor cableado, su mantenimiento es obligado

Fijándonos en situaciones como la que te he contado, y por otras muchas razones, desde Reflexion Arts llevamos años ofreciendo un servicio de cableado a medida; tratamos de ayudar lo más posible –si nos dejan– en el diseño de las instalaciones y, por supuesto, ofertamos cables de calidad incuestionable, fabricados por Klotz, Van Damme, Cordial, Gotham, y otras marcas, terminados por conectores de referencia en el mercado, con nombres de oro como Neutrik y Switchcraft, por ejemplo.

Pero has de saber también que el cableado no es algo perpetuo: Hay que revisarlo, y hay que mantenerlo. Los tirones durante su utilización pueden dañar los puntos de soldadura o, incluso, romper conductores a lo largo del propio cable. Si quieres que tus cables de micrófono duren mucho más tiempo y siempre te ofrezcan garantías, lo mejor es que utilices conectores con terminales bañados en oro. Y es así porque los contactos plateados, bajo la influencia de la alimentación Phantom, van creando una cobertura negra, un tipo de carboncillo, que altera por completo la impedancia del cable y deteriora la respuesta ante la señal.

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Así que mi consejo es que no ahorres en esfuerzos al abordar esta cuestión primordial. El cableado defectuoso sólo te conducirá a resultados frustrantes –y eso sí tiene un gran coste, en términos de disfrute, beneficios, y reputación.

Cableado de audio a medida, conectores y accesorios
| Reflexion Arts Spain


Paso a paso: Así construyen un cajetín XLR de manguera multinúcleo en el servicio de cableado a medida de Reflexion Arts