Gran parte de lo que hace que la música popular sea grandiosa tiene sus raíces en el arte y el poder del bucle… Desmenuzamos cuatro ejemplos en ciclo para buscar los ingredientes
Parece más que obvio que nuestros amigos de la compañía ModeAudio creen en el poder inherente de los bucles en el campo de la creación musical, por lo que están orgullosos de hacer lo mejor que pueden para inspirar nuestra música.
Sin embargo, de vez en cuando, en lugar de detallar una técnica o idea de producción musical, les gusta usar esta sección de nuestro sitio web para darte una idea de su espíritu: Es la «filosofía de ModeAudio», por así decirlo.
Y una gran parte de esta filosofía, quizá incluso la piedra angular, es esta misma creencia en el poder del bucle, por lo que nos gustaría aprovechar esta oportunidad para discutir este asunto contigo.
Un marcado sentido del ciclo
El sentido común nos dice que los bucles o fragmentos en loop deberían ser aburridos: Imagínate tratando de leer un capítulo de un libro que consta de una sola oración, repitiendo una y otra vez de un párrafo a otro. Bastante impensable, ¿verdad?
Por supuesto, esta analogía no es tan clara, ya que un capítulo puede llevarte de diez a 20 minutos para leerlo, mientras que una canción pop puede terminar en menos de tres minutos, cuando es breve.
Sin embargo, el punto sigue siendo el mismo: En otros aspectos de la vida, nos aburrimos rápidamente si nos encontramos con un estímulo repetitivo. Entonces, ¿por qué los bucles de música pueden llegar a dominarnos tanto?
Nos gustaría explorar esta pregunta desde cuatro ángulos diferentes, mediante el examen de una serie de ejemplos cuidadosamente seleccionados de la historia reciente de la música.
Nuestra tesis central aquí es humilde: Encuentra el bucle correcto y la música se escribirá sola. ¿No nos crees? Bueno, ¡veamos si logramos convencerte!
1. La sensación de groove: Madlib – The Payback (Gotta)
Comencemos con un género musical construido por completo en torno al sampling y el bucle: Hip Hop. El corte que hemos elegido, producido por el legendario Madlib, procede de una colección instrumental de beats intitulada Vol. 1-2: Movie Scenes, y lleva el nombre de la muestra principal del ritmo tomada de The Payback del grandísimo James Brown.
Además de un breve arreglo de introducción y salpicado de diferentes muestras de voz y habla, el tema consiste básicamente en un bucle de caja de ritmos de tres compases y un loop de guitarra de tres acordes, que son presentados juntos durante los casi dos minutos que dura el tema.
A veces, cuando las cosas simples se hacen bien, ¡simplemente no necesitas nada más!
El ritmo de la batería es bastante suelto y claramente ejecutado a mano, probablemente sobre los pads de una unidad groovebox estilo Akai MPC. Esto le da al patrón una sensación orgánica y humana, mucho más parecida a un baterista real que a un ritmo estrecho y cuantificado.
Esto también consigue que sea más fácil escucharlo repetidamente, ya que es complicado adivinar exactamente dónde caerá el próximo bombo o golpe de caja. En otras palabras, el beat aquí es la simplicidad en sí, golpeando mientras esos dos bucles centrales entran y salen de sus respectivos ciclos.
El groove resultante hace que ésta sea una combinación absolutamente irresistible y, a veces, cuando las cosas simples se hacen bien, ¡simplemente no necesitas nada más!
2. Hipnotismo: Stardust – Music Sounds Better With You
Aquí tenemos representada otra área de la música contemporánea que simplemente no existiría sin la intervención de los bucles: El dance o sus principales géneros componentes, House y Techno.
Este corte, el único lanzamiento de Stardust, es otro clásico inequívoco del apogeo del French House a finales de los 90 y presenta la producción de Alan Braxe y Thomas Bangalter, la mitad de los héroes house-disco Daft Punk.
La fórmula de este tema va más allá de lo básico: Toma un pequeña sample desde el principio del Fate de Chaka Khan, para después agregar una línea de bajo y un beat de caja de ritmos contundente por debajo.
Por supuesto, tenemos la voz sedosa de Benjamin Diamond, un par de cambios en la línea de bajo, y algunos barridos de filtro para mantener nuestro interés; pero básicamente, estamos escuchando este sample breve, de apenas dos segundos de duración con teclado y lick de guitarra, tomado del tema de Chaka Khan durante más de seis minutos.
La mejor música dance, aquella que contiene el tipo correcto de bucle, evoca un poco de dicho sentimiento incluso cuando estás en casa…
Esta forma de bucle entra en una categoría que nos gusta llamar «hipnotismo»; por supuesto, no nos referimos al tipo de prestidigitadores que coaccionan a miembros de la audiencia desprevenidos para que se quiten sus ropas…
Más bien, tratamos de llegar a ese hecho que no es posible divorciar de ir a un club y escuchar música en una pista de baile, que es el verdadero hogar de toda la música dance. Sentir que tu cuerpo responde a las enormes vibraciones que emite el sistema de sonido de un club es una sensación bastante poderosa, y dado el tipo y el ritmo musical adecuados, puede convertirse en una experiencia fascinante y transportadora.
La mejor música dance, aquella que contiene el tipo correcto de bucle, evoca un poco de dicho sentimiento incluso cuando estás en casa: ¡Este clásico de Stardust logra exactamente eso y se convierte en pura felicidad musical!
3. Ser memorable: Amerie – 1 Thing
La música pop siempre se ha tratado de ejecutar bien una receta muy simple, una que es aparente y obvia para que incluso los oyentes más inexpertos la capten.
Tiene que haber una especie de factor de «atracción instantánea», algo que simplemente te agarre y no te suelte hasta que termine la canción. Por supuesto, este factor se activa de manera diferente para diferentes personas, por lo que es muy complicado elegir un ejemplo con el que todos estén de acuerdo.
Entonces, sólo puedes ir con tu propia intuición y gusto, y para nosotros, el superlativo 1 Thing de Amerie es un ejemplo a hierro fundido del profundo poder y atractivo de los bucles en el campo del pop.
El tema presenta los ganchos vocales pegadizos y las melodías satisfactorias del estribillo que son comunes a muchas canciones pop, pero es el trabajo de producción incomparable de Rich Harrison lo que distingue a esta producción.
Tiene que haber una especie de factor de «atracción instantánea», algo que simplemente te agarre y no te suelte hasta que termine la canción…
Tomando una muestra del break instrumental de Oh Calcutta! de The Meter , Harrison reorganiza hábilmente una serie de pequeños fragmentos en un bucle que resulta seductoramente funky –éste es presentado, al igual que todos los ejemplos de este post, sin interrumpir la totalidad del tema.
Esta canción nos da un ejemplo de oro macizo de aquello que podríamos llamar como «gusano en la oreja» al traducir la expresión inglesa ear-worm; nos referimos así a una pieza musical que cautiva tu atención y no te dejará que gires tu cabeza durante días o incluso semanas después de haberla escuchado.
Resulta manifiesto que los ganchos vocales configuran una gran parte de ese logro, pero es la sensación edificante y la propia atmósfera de fiesta del beat lo que realmente hunde esta pista bajo nuestra piel, cada vez que la escuchamos.
4. Meditación: Burial – Dog Shelter
Por último, queríamos presentar un género que también le da mucha importancia al poder de la repetición y el bucle: La música ambiental.
Si eres un lector habitual de Future Music o visitas el catálogo de samples, loops y presets de ModeAudio, sabrás que el sonido ambiental está en nuestro ADN; también es algo sobre lo que en dicha compañía de contenidos depositan un interés especial.
Quizá puede que ya estés familiarizado con nuestro respeto por la música del artista británico Burial: Este tema, Dog Shelter, pertenece a su álbum debut y presenta un sample del magistral An Ending (Ascent) de Brian Eno como base.
Una mezcla sin esfuerzo sobre acordes de colchón de sintetizador, voces inquietantes, empapadas de reverberación y la estática característica de vinilo… Como es el caso de toda la gran música ambiental, esta producción para nuestro gusto, parece conceder voz a la emoción pura, al dibujar en sonido una imagen compleja de dolor, memoria y reflexión.
Por supuesto, esta es una reacción subjetiva por completo y una que no podemos explicar fácilmente, pero de hecho este es un ejemplo de ello: El poder del bucle, al igual que la música en sí, no es algo que puedas describir o definir a plenitud, ya que tiene mucho que ver con la percepción y el sentimiento.
Quizá esta sea incluso la base de su tremendo poder: El hecho de que nunca podamos racionalizar del todo la cantidad de bucles que pueden causarnos sensaciones especiales, mantiene ese espíritu fresco y emocionante… Siempre que te encuentres con uno que parezca hacerlo por ti, no habrá razón para ningún tipo de preguntas, sólo entregarte a un disfrute pleno y relajante.
El poder del bucle no es algo que puedas describir o definir a plenitud, ya que tiene mucho que ver con la percepción y el sentimiento…
Fin del ciclo
Esperamos que nuestros ejemplos musicales anteriores, y los intentos de diferenciar su atractivo, te hayan ayudado a comprender nuestro punto de vista sobre el poder del bucle en el contexto de la creación musical.
Sobre el papel, la repetición debería ser aburrida y hacernos desear y esperar algo nuevo; pero como hemos visto anteriormente, gran parte de lo que hace que la música popular sea grandiosa tiene sus raíces en el arte y el poder del ciclo.
Ya sea que estés sampleando desde discos, creando tus propios patrones cíclicos, o seleccionando sonidos de una colección profesional libre de royalties, el bucle es una parte esencial del panorama musical y nunca soñaríamos una situación sin ella… Hasta la próxima, ¡mantente siempre creativo!
Este contenido se publica mediante licencia expresa del autor. El texto original en inglés, «The Power Of The Loop«, está disponible en el blog Magazine de Mode Audio. Adaptación al español con aportaciones de FutureMusic España.
¡Descarga 800MB de sonidos para empezar, o sigue atento a sus novedades!