La música habla de la persona, en presente y futuro, sin necesidad de palabras: Vangelis es un gran actor en una escena interminable, con localidades siempre disponibles…
Es el gran logro de los enormes creadores, que su obra les supera en vida y mantiene bien iluminada una llama imposible de apagar, y de olvidar, de hecho. Es el caso de Evángelos Odysséas Papathanassíou –Vangelis en su alter ego más conocido–, el músico griego y universal cuyas composiciones han estado al alcance de casi cualquier persona del mundo civilizado.
La puerta dimensional para tal hazaña que bien usó este astro musical fue la de la ‘pantalla grande’; y así, a través de arte BSO e impacto emocional cinemático, Vangelis cautivó el corazón de millones de seguidores, y no menos productores musicales que recibieron la influencia de sus secuenciadores, sintes, melodías… Música bella después de todo, sin importar lo que emplease para crearla.
Desde Blade Runner hasta Chariots Of Fire; desde su huella en Cosmos que impactó al mismísimo Carl Sagan, hasta su capacidad de escapar con sus sonidos de este mundo, digna de cautivar incluso a la NASA o la ESA… A lo largo de sus 23 álbumes de estudio, 12 bandas sonoras, 29 sencillos, y 26 recopilatorios, la obra de Vangelis es tan abundante, generosa, diversa y arrolladora, que sirve además como un testimonio vivo para sus ideas y palabras: «Si he ganado dinero con la música, nunca fue mi objetivo hacerlo. No lo hice para ser famoso. La respeto absolutamente y creo que sirvo a la música», dijo Evángelos una vez (entre muchas otras expresiones singulares), quizá sintiéndose un humilde servidor del sonido –aunque privilegiado en su concepto y facilidad mágica de modelado del mismo.
Pensaba también el griego que «Nunca puedes repetir ciertas cosas. Ocurren sólo una vez en la vida». Y lo bueno de nuestro tiempo, potenciado por la Internet accesible, es que el registro permanece y sigue disponible, para todos. Es así que hoy sentimos desde muy dentro recordar su obra y figura a través de estos diez temas musicales eternos que sirven como una guía excelente y precisa para viajar en el universo musical de un artista único y eterno.
Escuchemos, una vez más, estas diez joyas creadas por Vangelis
Conquest Of Paradise | 1992
10. El tema principal de la banda sonora creada por Vangelis para 1492: Conquest Of Paradise (la cinta de Ridley Scott en 1992), sigue de forma intencionada el paradigma rítmico de La Folía. Es una inspiración sobre uno de los materiales musicales primigenios más antiguos que son recordados en Europa, que anteriormente fue ya usada por más de 150 compositores célebres, incluido Beethoven en su 5ª Sinfonía, en el segundo movimiento.
El tema en forma de marcha épica presenta una suntuosa combinación de piano, electrónica orquestal, melodía folk, voces corales con el influjo de los cantos gregorianos, y notables influencias renacentistas. Y todo ello dio para una de las piezas BSO más impresionantes y majestuosas en la historia del Cine. A pesar de su contenido musical rico al extremo, el corte ‘2’ de Conquest Of Paradise alcanzó el éxito años después debido a razones dispares –como el uso por parte de protagonistas deportivos, el partido socialista portugués al tiempo de ganar las elecciones, o la película bollywoodense de acción Koyla (1997). Y es que el reconocimiento a veces sigue caminos tan inesperados como alocados.
Hymne | 1979
09. Opera Sauvage, el décimo álbum de estudio de Vangelis, llegaría tras el infravalorado China, en 1979. Fue un encargo del cineasta francés Frédéric Rossif para su documental del mismo nombre, focalizado sobre la naturaleza. Y en su tracklist destaca esta gema Hymne, perteneciente a la época electroacústica del músico griego, en un momento de relación consolidada con Rossif, pues anteriormente ya le había dedicado otras valiosas colecciones de temas, como las de L’Apocalypse Des Animaux o La Fête Sauvage.
Siguiendo un desarrollo calmado, caluroso y evocador con una estructura musical simplificada, Hymne es un clásico de los documentales, comerciales y sintonías. Al parecer, circulan por YouTube hasta cinco versiones (además de numerosas interpretaciones), incluidos el cover de Ed Staring (Synthesizer Greatest), que suelen acreditar directamente a Vangelis por su extraordinaria cercanía con el original; y por supuesto, la versión posterior de mayor duración, regrabada con una mayor densidad musical, coros sobrecogedores, y con un cariz electrónico mucho más tenue, renombrada como Hymn en la compilación Portraits (So Long Ago, So Clear) de 1996. Esta variante ya fue ofrecida en directo, por primera vez, cinco años antes durante el concierto Night Of Poetry en el Odeón de Herodes Ático, a los pies de la Acrópolis en Atenas. Dicho concierto está disponible íntegramente en este enlace, aunque su sonido e imágenes son de una calidad deplorable.
Blade Runner (End Titles) | Original de 1982, publicada oficialmente en 1994
08. Por si hubiese forma de medirlo, apostaríamos a que las BSO para Blade Runner y Chariots Of Fire, junto a las ubicaciones musicales en Cosmos, dieron a Vangelis su dimensión promocional más internacional. Y precisamente en su protagonismo de celuloide, el corte 11 de los 12 totales que musicaliza los títulos finales de la cinta oscura Sci-Fi de Ridley Scott, ostenta el récord de influencias en la escena de la producción musical electrónica.
Vangelis grabó, mezcló y produjo la partitura al completo en 1982 desde su espacio londinense Nemo Studios. Y siguiendo un método que aún asombra a muchos directores, creó la música mientras contemplaba cintas de vídeo con escenas, improvisando piezas en directo inspiradas directamente por lo que veía. En tiempos recientes, el músico finlandés Kebu ha estado ofreciendo en directo uno de los covers más dinámicos y respetuosos que hemos tenido oportunidad de escuchar en mucho tiempo –y es precisamente este documento el que incluimos a modo de homenaje para la comunidad global de fans de Vangelis.
Pinta, Nina, Santa Maria (Into Eternity) | 1992
07. Cerrando esa amalgama cultural que supone la BSO de 1492: Conquest Of Paradise (Ridley Scott, 1992), figura Pinta, Nina, Santa Maria (Into Eternity), que logra ubicarnos en la proa de cualquiera de las tres carabelas en rumbo hacia el nuevo mundo, dispuesto a ser descubierto. Es una pieza de gran tranquilidad y atmósfera, elegida por muchos seguidores como su predilecta en detrimento del corte número dos, más épico y cinemático, que da nombre al álbum (y que ocupa el décimo puesto en nuestra playlist).
Los tintes étnicos proceden de consultas al especialista Xavier Belanger, mientras que la ingeniería y coordinación sonora fueron obra del músico francés Frédérick Rousseau –quizá en una coincidencia que será alabada por muchos incondicionales de la música electrónica, ambos expertos han colaborado con Jean-Michel Jarre).
I’ll Find My Way Home – Jon & Vangelis | 1981
06. Primero fue la propuesta, infructuosa –de Jon Anderson a Vangelis, para que tomase los teclados en Yes tras la deserción de Rick Wakeman–; y luego la amistad forjada entre ambos al compartir sus respectivas pasiones por la música, que dejaría un rastro de preciosas colaboraciones que, aún como dúo, son mucho más que la suma del talento de ambos. Una de las más solemnes es I’ll Find My Way Home, que contiene una imponente carga expresiva de los mejores campos de los dos músicos.
El único vídeo oficial existente es el que deja ver a ambos creadores en una actuación en playback para Top Of The Pops, quizá muy a disgusto sobre todo de Papathanassíou (aunque eso sólo alcanzamos a imaginarlo): Lo curioso es que aparecen tocando piano y banjo, cuando el sonido de esos instrumentos no forma parte del tema. Pero hemos querido elegir el vídeo publicado en el canal del propio Jon Anderson, ya que nos parece un auténtico homenaje a su compañero artístico, al igual que sus palabras, al poco tiempo de quedar impactado por su muerte.
El tema, lanzado primero como sencillo, forma parte del álbum The Friends Of Mr Cairo, lanzado en 1981. Alcanzó un marcado éxito en Francia, EUA, Nueva Zelanda, Australia, Países Bajos y Bélgica.
«Muy triste al escuchar sobre el fallecimiento del gran Vangelis. Fue mi mentor musical… Y un buen amigo… Creamos una música tan maravillosa juntos… Fue muy divertido estar con él… Amor y ‘luz’ » –Jon Anderson
To The Unknown Man | 1977
05. Incluido en el quinto álbum de Vangelis, Spiral (1977), la enorme marcha que desemboca en fusión de To The Unknown Man reúne una serie de anécdotas muy a tener en cuenta en el bagaje musical del autor. Por un lado, junto al resto del tracklist, son las primeras pistas nacidas desde Yamaha CS-80, el sintetizador polifónico analógico que Vangelis emplea por primera vez en este álbum y que, después, nunca abandonaría.
Profuso en la abundancia de secuenciadores, Spiral nos enseña además a un músico multiinstrumentista que toma el encargo de todo, desde los ya mencionados sintes, al piano eléctrico, la percusión, y las baterías. Y parte de la grandeza de To The Unknown Man (con el permiso de su melodía cautiva-cerebros) es su desarrollo en tres partes y la abundancia plena de influencias estilísticas e instrumentos, superando por una pizca los nueve minutos. Demuestra el auténtico estilo personal de Vangelis en plena ebullición espectral, atemporal y completa.
Alpha | 1976
04. Sutilidad y delicadeza atacan el sentimiento del oyente en el comienzo de Alpha, para un poco después, abrirse al dinamismo épico llegado desde lo alto, o por qué no, propulsando al oyente allá arriba en su segundo movimiento; y con la sorpresa de un tercer desarrollo, o incluso un cuarto que si bien no llega, deja claro que podría haberlo hecho, con suma facilidad. Lanzado en 1976 y como parte de Albedo 0.39, esta maravilla preciosista en forma de música forma parte del cuarto álbum de estudio de Vangelis –como artista en solitario, por descontado.
En el mismo trabajo al completo están contenidas texturas propias de blues y jazz –pero es este Alpha con su arrebatadora fuerza melódica, fuera de toda duda, el plato fuerte (compartido con Pulstar) que el músico griego regaló para la escucha sin fin de quienes deseen valorar en su oído tan delicado y majestuoso presente.
Chariots Of Fire – Titles | 1981
03. Si el carácter póstumo, superdimensional y épico de Heaven And Hell suena casi sobrehumano, tengo que reconocer que la melodía magistral de piano y sintetizadores en Chariots Of Fire (Carros De Fuego en español) lo tuvo fácil para cautivar a toda una generación, proyectándose con energía hacia el futuro. Y es que su dinámica y ligereza logran convertirte en otro de esos corredores por una playa, como haciendo que ese pelotón sea interminable: Es la magia de Vangelis, que te transporta al plano de la acción, y añade un mensaje adicional de enorme fuerza a las imágenes tan bien concebidas.
Esta BSO instrumental sonoriza el drama deportivo del mismo titulo estrenado en 1981 (álbum publicado en Polydor Records): Es una producción millonaria en su alcance, con logros y reconocimientos como el puesto #1 en la lista Billboard Hot 100, o como parte del Óscar a la Mejor Banda Sonora de ese año.
Y es lógico que con tantas escuchas repetidas en el tiempo, forme parte del imaginario popular: El Jueves 19 de Mayo de 2022, impactados por la noticia y cenando en un restaurante cercano a FutureMusic media[LAB], veíamos recuerdos de la muerte de Vangelis en los noticiarios, y desde el subconsciente, un camarero empezaba a silbar esta mágica melodía de los corredores por la playa…
Pulstar | 1976
02. La contracción entre los términos astrofísicos Pulsar (púlsar) y Star (estrella) da nombre al tema más adulado de Albedo 0.39, que juega igualmente con los guiños a la Ciencia y el Espacio. En su propuesta, las capas de electrónica adoptan la forma de una intrincada telaraña de sintetizadores sobre una línea secuenciada pulsátil, con elementos prestados del jazz y el progressive rock, aderezadas también por xilófonos, bajo eléctrico, percusión orquestal, y todo tipo de permisos interpretativos en un torrente de armonía con estructuras maravillosas.
El ambiente escapista y las conexiones espaciales de Pulstar pudieron tener cierto peso en su inclusión puntual como parte de la banda sonora de Cosmos: Un Viaje Personal, la millonaria serie televisiva de PBS con Carl Sagan en 1980 (si bien no figura en el tracklist del álbum relacionado The Music Of The Cosmos).
Heaven And Hell | 1975
01. Considerada como una de las composiciones magistrales más influyentes firmadas por Vangelis, Heaven And Hell consta en realidad de dos partes. El álbum al completo es inseparable, a pesar de la división sugerida en los créditos. Hay que esperar hasta el tiempo 12:50 para escuchar uno de los pasajes más difundidos y bien encajados en toda la historia de la revolución audiovisual: Ciertamente, parece la banda sonora para escapar del planeta Tierra, como bien concibieron los productores de Cosmos al elegirla como el tema central de su legendario documental televisivo de 13 entregas. En cualquier caso, da forma a una intro grabada a fuego en el subconsciente de millones de personas.
Enjuagando lágrimas en mis ojos al escribir estas palabras, veo este fragmento de Heaven And Hell como la propia autoproyección de Vangelis hacia un universo inmenso y desconocido, como si fuese una parte del mismo en la eternidad del vacío cósmico. Y de hecho, es que así es, habiéndose ganado por derecho propio ese lugar tan destacado para su recuerdo y descanso.