Winamp, aquel popular reproductor de finales del SXX, dispone de la nueva versión 5.9 que ha tomado unos cuatro años de desarrollo a dos equipos –es una «actualización sustancial»…
Mucho trabajo en la facción del desarrollo y la pausa obligada por el COVID, acaban ahora con el ofrecimiento gratuito de Winamp 5.9, la versión más reciente del que es desde 1997 uno de los elementos shareware más populares de todos los tiempos.
Una vista exterior rápida no es suficiente para adivinar todo lo que hay dentro, ya que al parecer, la migración entre los estados VS2008 y VS2019 del proyecto fue muy compleja, e incluso llevó a sus desarrolladores hasta los extremos para obtener una compilación funcional.
La próxima frontera: Nuevos vientos para Winamp
Los tiempos ahora son otros, con nuevas fronteras y funcionalidades como meta. La distribución musical así como la tendencia NFT, figuran ahora entre los planes de los impulsores de Winamp. Pero es su proyecto para una fundación de causas caritativas lo que más llama nuestra atención.
Planean lanzar una subasta de la «piel» (skin) original del reproductor Winamp en una edición NFT de una sola unidad, seguida de 20 obras de arte derivativo a manos de artistas que ofrecerán versiones del panel original del reproductor. Y lo bueno es que cualquiera puede ser elegido entre ese grupo de artistas, ya que es un proceso abierto, que contempla la retribución de comisiones por las ventas así como la generación de fondos benéficos para la fundación altruista que hemos mencionado.
Adquirido por America Online (AOL) en 1999, el servicio de Nullsoft Winamp iniciado por el programador estadounidense Justin Frankel fue clausurado en 2013 tras la irrupción de servicios musicales globales como iTunes. Todo lo que aún quedaba, fue vendido poco después a la compañía belga Radionomy. Durante toda su existencia desde 1997, y a la par de la evolución de Future Music y Computer Music, resultaba bastante habitual la publicación de Winamp en nuestros discos de portada como reproductor de cabecera. Y es así, por tanto, que este reproductor gozaba de una gran popularidad entre nuestros lectores.
Otro de los grandes alicientes de este software, en su dimensión de facilidad para acceder a servicios online, era SHOUTcast: Sin un YouTube tan desarrollado como hoy, sin Spotify o Apple Music, y sin plataformas globales como Soundcloud o Bandcamp, la radio digital de SHOUTcast amenizó horas interminables de disfrute para calmar nuestras ansias de música electrónica.
Será excitante ver cómo Winamp se las arregla hoy para perdurar en una escena muy diferente a la de los primeros años del siglo XXI. La competencia es dura, con fenómenos como VLC Media Player, o las propias aplicaciones de música que todos llevamos en nuestros bolsillos. Una cosa no falta, y es esa combinación de añoranza y romanticismo por bellas piezas como Winamp, que durante tantos años canalizaron de forma divertida y eficiente la música hasta nuestros oídos.