Rangos de frecuencia en audio: Siete zonas cruciales que debes conocer para una producción certera
Escucha los siete rangos de frecuencia vitales que debes conocer para mejorar tus mezclas

Rangos de frecuencia en audio: Siete zonas cruciales que debes conocer para una producción certera

Como productor musical, y especialmente como ingeniero o técnico de mezclas, es absolutamente vital que puedas identificar diferentes rangos de frecuencia con sólo escuchar…

Por supuesto, puedes usar plugins VST de análisis espectral para ayudarte, pero eso requiere mucho tiempo, por lo que no conviene que dependas en demasía de ellos. Tarde o temprano, acabarás descubriendo que puedes escuchar el sonido mucho mejor de lo que lo ves.

Así que, como productor, es para ti vital que seas capaz de escuchar una mezcla, identificar los problemas que presenta, y reaccionar ante ellos. Y esto sólo se consigue cuando eres capaz de identificar las frecuencias «problemáticas»…

¿Suena esta mezcla demasiado retumbante? ¿Es demasiado áspera? ¿Quizá demasiado fina? ¿Y cómo modifico mi ecualización para solucionar estos problemas? Sí, con la práctica surgirán ese tipo de cuestiones y muchas otras.

En este tutorial, destacamos los siete rangos de frecuencia que debes conocer; y explicamos por qué son importantes junto a los expertos de SoundGym.

¿Cuáles son los rangos de frecuencia en la música?

Una región esta referida a un rango específico de frecuencias dentro del rango audible del oído humano –la banda pasante, la cual suele ser en teoría de 20Hz a 20.000Hz. Aunque ya sabes que eso depende de varios factores.

De modo que comprender las regiones de frecuencia resulta ser esencial en la mezcla de audio. SI lo consigues, estarás en condiciones de identificar y aislar rangos de frecuencia específicos que puedan estar causando problemas.

Y a partir de eso, podrás determinar el tipo de mejoras requerido para una mezcla dada, o si en realidad necesita algún tipo de tratamiento especial.

¿Cuáles son los siete rangos de frecuencia que debes tener presentes?

La única forma de identificar con precisión estas zonas a través de la escucha analítica llega después de horas de práctica, tanto mezclando pistas tuyas o de otros productores, como adaptando un hábito diario de entrenamiento auditivo…

Subgraves (de 20 a 60Hz)

1. Esta es la banda de frecuencia más baja, entre 20 y 60Hz. Muchas de estas frecuencias casi son «sentidas» en lugar de escuchadas. Los instrumentos de bombo y bajo deberían estar representados a menudo en este rango, ya que es donde obtendrán su mayor sensación palpable en cuanto a su potencia y energía.

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Sin embargo, es importante que también controles lo que sucede en este rango, ya que un énfasis excesivo aquí hará que tu pista suene turbia. Esta es una consideración especialmente importante al producir música dance, donde utilizarán potentes subwoofers para la reproducción –y obtendrás interesantes beneficios al realizar una conveniente gestión de tus subgraves.

Graves (entre 60 y 250Hz)

2. Consideremos ahora el rango de 60 a 250Hz, con la parte principal de tu sección rítmica ahí alojada; y, si juegas con este área, lograrás que la pista suene con mayor grosor o más delgadez.

El equilibrio en esta zona es muy importante: Asegúrate por tanto de que el bombo y el bajo no ocupen exactamente el mismo rango de frecuencias, o terminarán por enmascarse entre ellos.

Y recuerda, también, que muchos otros instrumentos –como las guitarras y los pianos–, ubican ciertas frecuencias en este área. Y que eso podría saturar tu mezcla si no les prestas atención durante la ecualización. Si tu mezcla tiene demasiada presencia en este área, sonará retumbante.

Medios bajos (de 250 a 500Hz)

3. Este es el rango comprendido entre 250 y 500Hz, donde la mayoría de instrumentos musicales tiene una presencia en mayor o menor medida. Así que, de nuevo, resulta vital que logres un equilibrio perfecto entre ellos.

Cuando demasiadas cosas están sonando en este rango, los instrumentos podrían escucharse apagados. Y muchas canciones suenan turbias debido al exceso de energía en esta región. Ahora bien, si no dispones de suficiente energía en el rango de frecuencias medias bajas, tu música sonará débil.

Rango de medios (entre 500 y 2.000Hz)

4. Este es el rango de 500Hz y 2kHz (2.000Hz). Si aplicas demasiada energía en el rango de 500 a 1.000Hz (1kHz), corres el riesgo de que la mezcla adquiera una naturaleza de «bocinazo«, con los instrumentos adoptando un timbre similar al de una trompeta, literalmente.

Recuerda, además, que si tienes demasiados elementos encontrándose entre uno y 2kHz, la mezcla comenzará a sonar metálica en la mayor parte de situaciones.

Y cuando en tu mezcla enfatizas los medios bajos en demasía, también te arriesgas a ser calificado como cansino por tus oyentes. No les culpes por ello…

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Medios altos (de dos a 4kHz)

5. Los medios altos están comprendidos en la banda de frecuencia que cubre de dos a 4.000Hz (4kHz). Una mezcla que posea demasiados elementos alojados en dicho rango, también resultará agobiante al tiempo de su escucha, ya que estaría sonando áspera y quebradiza.

Las voces son muy prominentes en esta zona, por lo que vale la pena considerar atenuamientos (cortes de ecualización) sobre los instrumentos de acompañamiento dentro de este rango, en particular sobre 3kHz.

Esto permitirá que tus voces pasen al frente de la mezcla sin necesidad de subir su nivel o realzar con EQ. Y los ataques de los instrumentos de percusión también suelen ubicarse en esta zona; ¿necesitas más slap en tu bombo o snap en tu caja? Entonces considera realces en este rango de frecuencia.

Añade presencia centrándote en el rango de cuatro a 6kHz

6. Aquí llega lo bueno, una técnica casi mágica… Y lo decimos así porque este es el rango de frecuencia que brinda claridad y definición a tus sonidos.

Nos estamos centrando ahora en la banda comprendida entre cuatro y 6kHz. Y cuando realzas este rango, casi siempre determinas que los elementos de la mezcla sean percibidos, sentidos, como más cercanos por los oyentes.

Y por el contrario, si cortas aquí (atenúas), harás que las cosas suenen más distantes y transparentes. Por eso ésta suele ser el área donde los ingenieros marcan sus realces cuando buscan más nitidez en un tambor de caja (snare).

En busca de brillantez, entre seis y 16kHz

7. La zona muy alta de frecuencia en audio comprende entre seis y 16kHz. Y gran parte de este rango de frecuencia está compuesto de armónicos, de modo que una potenciación –realce– es capaz de agregar «brillo» a un sonido.

Los realces convenientes sobre las voces pueden añadirles «aire» , y eso hará que suenen más pulidas y definidas, en bastantes ocasiones. Ahora bien, ten mucho cuidado en este sentido, ya que también corres el riesgo de realzar detalles indeseables como la sibilancia cuando haces esto –lo cual suele ser perceptible especialmente en el rango de frecuencia comprendido entre 7,5 y 10kHz.

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Siempre que necesites o busques un poco más de brillantez y «chisporroteo» para tus platos y charles (hi hats), entonces el rango de frecuencia comprendido entre seis y 16kHz será donde tengas que centrarte para tus realces.

Y no obstante, de nuevo, cuando permitas que demasiadas cosas ocurran al unísono en este rango de frecuencia, causarás fatiga en tus oyentes.

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