Si no llevas mucho en esto de la creación musical con trastos electrónicos, seguro que te has encontrado alguna vez delante de un nuevo armatoste toqueteando todos los botones y potenciómetros y probando a ver qué pasa por el método del ensayo y error.
Lo peor es cuando tocas un par de controles y de repente no suena nada… “¡Oh, Dios mío! ¡qué he hecho! No te preocupes, todos hemos pasado por ese trance. Es uno de los inconvenientes de ser novato. Pero llevar muchos años en esto, como en cualquier profesión, no te exime en ocasiones de meter la pata hasta el fondo…
Así que hasta que llegue ese momento, te recomiendo que te hundas en el fango del primer secuenciador que se ponga a tiro. Si le caes bien y él a ti también, os hacéis amigos y os conoceréis a fondo. No te diluyas buscando a otros. Perderás el tiempo y te quedarás como el pato de la fábula de Tomás de Iriarte, presumiendo de todo sin saber de nada.
Puedes caer en la tentación (más líbranos del mal) de hacerte con un montón de aparatos y aplicaciones que llenen tu estudio y te nublen la visión. Te lo advierto, te arrepentirás, pecador. Es más recomendable ir poco a poco añadiendo lo necesario para mejorar el flujo de trabajo y no empeorarlo. La creatividad surge de la escasez (¡que se lo digan a los cubanos!) pero, afortunadamente, no sólo de ella. El marketing te hará creer todo lo contrario. Son especialistas. Y la especialización es la clave: conoce bien tu equipo y tu espacio de trabajo y no te dejes influir por hadas y cantos de sirena.
Y si te sobra tiempo, esa dimensión ultra-sobrevalorada, date el lujazo de devorar Sonido y Grabación. Introducción a las técnicas sonoras de Francis Rumsey y Tim McCormick.
También puedes echarle un vistazo a estos tutoriales super útiles sobre secuenciadores analógicos, mezcla, EQ y dinámica, monitores, mástering para distintos estilos y secuenciadores.
Hasta el próximo Nivel.