Una vez más, Apple ha actualizado su familia de portátiles. La enorme expectación provocada por los múltiples rumores sobre un portátil de pantalla táctil, ha dejado un evidente sabor amargo para muchos usuarios, que ven esta nueva generación como una simple vuelta de tuerca a la idealización del diseño de la firma. Este nuevo diseño está marcado por una carcasa (de precisión) obtenida a partir de una sola plancha de aluminio, pero también queda patente en las nuevas pantallas de retro-iluminación LED, que ahora son aún más delgadas y brillantes, y en un nuevo trackpad de cristal –sin botones– un 40 por ciento mayor que el anterior, que al mismo tiempo es pulsador y admite nuevos gestos de control multi-táctil.
Ahora el modelo MacBook ofrece procesadores a 2GHz y 2.4GHz, 2GB de RAM, dos puertos USB 2.0, y tarjetas gráficas NVIDIA de 256MB (mucho más indicadas para aplicaciones de 3D o juegos). A cambio deja de incorporar el puerto FireWire –lo que nos parece lamentable, y no somos los únicos.
Mientras que el nuevo MacBook Pro sube los ciclos de reloj de sus procesadores hasta los 2.4GHz y 2.53GHz, y mejora su sistema gráfico con tarjetas NVIDIA (GeForce 9600M GT con 512MB, o GeForce 9400M con 256MB). Su conectividad incluye un puerto FW 800, dos puertos USB 2.0 y una ranura ExpressCard 3/4 (que ahora se atoja imprescindible para muchos usuarios profesionales del ámbito audiovisual).
MacBook Air, por su parte, no recibe la estética actualización del trackpad, pero ahora su disco duro es de 320GB –o 120GB en estado sólido–, y también se ha armado con una NVIDIA GeForce 9400M.
La nueva línea de portátiles de Apple ya está disponible a través de Apple Store a excepción del nuevo MacBook Air, que se espera a partir de Noviembre, con unos precios básicos (aquí si notamos un «renovado estilo») de 1.149 euros para el modelo MacBook, 1.449 euros para el modelo MacBook Pro, y 1.649 euros para el modelo MacBook Air.