Beat Machine ya está disponible, pero en una tirada realmente limitada (y reservada, diríamos, por su precio): ¿Se convertirá en un objeto de coleccionismo o será una fútil nube de humo?
La creación musical con tecnología parece que es capaz de albergar cualquier cosa. Y si bien la música electrónica ha estado vinculada históricamente a los videojuegos, lo último que nos quedaba por ver era una estación de producción musical dentro de una máquina arcade a tamaño completo… Dicho y hecho, Beat Machine ha sido ya anunciada desde la plataforma musical social Endlesss.
En el interior de Beat Machine hay una pantalla táctil de 24″ junto a controles de estilo retro arcade, una palanca de juegos, y un controlador XY de panel táctil de 5″. El sistema está basado en un software diseñado a medida que nace a partir de la mencionada aplicación Endlesss, que es a la postre un desarrollo concebido para la creación musical colaborativa que ahora está siendo potenciado por una startup donde el intrépido productor Tim Exile está involucrado.
Tres modos para hacer música con Beat Machine
Con los nombres autoexplicativos de ‘Studio‘, ‘Open Mic‘, y ‘Arcade‘, Beat Machine presenta sus tres modos para crear música. El primero, que podríamos ver desde aquí como el más sugerente y familiar, permite alojar plugins VST3, así como grabar pistas, además de mapear controladores MIDI, e incluso importar y exportar audio a través de aplicaciones relacionadas.
La segunda modalidad, ‘Open Mic‘ podría parecer algo enfocado a una batalla de gallos… Pero nada de eso, porque te deja acceder con tu móvil e interconectar una sesión ya abierta en la plataforma Endlesss; luego es posible usar Beat Machine para seguir haciendo música. Y el modo restante ‘Arcade‘, invita al jugador a superar una serie de desafíos musicales en pura acción de videojuego.
Curioso concepto frente a la explosión del piano en sitios públicos
Cualquiera que merodee por YouTube con intenciones musicales habrá tragado algunos minutos de pianistas públicos por doquier. Y bien, desde Endlesss aseguran que Beat Machine será «la respuesta actual al piano de cola», dado su potencial para ser una herramienta participativa de estudio que también podría ser ubicada en espacios públicos, con la espera de que surjan colaboraciones musicales entre desconocidos o improvisaciones espontáneas.
«El siglo XXI necesita su respuesta al piano en la sala de estar o en el bar local, el instrumento que une a todos, ya sea que pueda tocar Chopin o Chopsticks, o simplemente esté allí para disfrutar de los maestros en el trabajo» –Tim Exile
Para facilitar ese empleo, el engendro Beat Machine integra un sistema de altavoces, aunque es posible sacar audio del mismo, o incluso grabar desde sus entradas combo XLR/jack; no faltan dos puertos de tipo USB-C para la conexión de controladores externos y quizá otro hardware.
Nacida en el fragor social: Beat Machine es una idea de la comunidad
El concepto de Beat Machine surgió en la propia comunidad de Endlesss, cuando el proyecto ‘hazlo-tú-mismo’ capturó la atención de diversas personalidades, incluida la artista multimedia, músico y productora Imogen Heap, bien conocida en Future Music.
«No hay distracciones, estás jugando durante horas, no encorvado sobre una mesa sino moviéndote y bailando erguido. Y los controles físicos integrados llevan Endlesss a un nuevo nivel. Es un medio de juego increíblemente divertido que te lleva a tu flujo creativo…» –Imogen Heap
Como cabe imaginar, Beat Machine es un sistema construido a mano que incluye algunos componentes custom. Su lanzamiento inicial consta de sólo 25 unidades, y la compañía asegura sin cortapisas que persiguen con ellas el deseo de los buscadores de «artículos de colección premium«.
Y el enfoque es justo ese, especialmente por el precio de reserva, a razón de un mínimo de 9.999$ cada unidad. Y es así porque hay algunos diseños anunciados por incluso más dinero, 11.999$. Quizá no haga falta decir en los términos de una nota de actualidad que, dichos precios, a nosotros nos parecen un exceso de surrealismo, por decirlo de alguna forma. Pero vaya, todo sea por un concepto que, por lo menos, pone a la música en primer plano –o eso dicen.