Cómo empastar bombo y bajo en tus mezclas aplicando EQ, compresión y distorsión armónica…
La relación entre bombo y bajo es una de las más importantes en toda mezcla que se precie. Una base rítmica sincronizada y mezclada correctamente elevará tus pistas (y tu banda) hasta el siguiente nivel, mientras que unos graves pobres hundirán tu canción en el pozo de las mezclas confusas –al margen de lo bien tocado que esté el tema o lo buenas que hayan sido tus tomas.
El bombo y el bajo deben caminar juntos y crear una sensación de peso y potencia en la base rítmica, sin taparse el uno al otro ni apelotonarse.
Bombo y bajo: juntos pero no revueltos
En el momento de ecualizar bombo y bajo, debes decidir de forma consciente cuál de los dos «ganará» la pelea de los graves. Tal vez el bajo tenga un timbre rico que sirva para redondear el extremo de graves, mientras que el bombo suene más conciso y definido. O quizá el bombo presente un sonido más profundo y sostenido que demande un mayor protagonismo.
Se trata de una elección puramente estilística, y depende de las necesidades de cada mezcla en particular.
Sea cual sea el instrumento que escojas para gobernar el extremo de graves, «envuélvelo»con el otro mediante la ecualización. Por ejemplo, si enfatizas el bombo a 80Hz, no refuerces el bajo a 80Hz pero dale algo de énfasis a 40 y 120Hz.
Ecualiza y distorsiona lo justo
Un buen rango de frecuencias en el que centrarte para trabajar es el que se sitúa entre 2 y 5kHz, ya que te ayudará a destacar al bajo en una mezcla densa. En la banda de 2-5kHz es donde se localizan los armónicos superiores que permiten identificar el sonido y el tono del bajo.
Un poco de distorsión armónica también ayuda a enfatizar frecuencias en esta zona. La distorsión de válvulas engordará los graves del bajo, mientras que la distorsión de cinta añadirá armónicos que se apreciarán sobre todo en las bandas de medios y agudos. Para dar brillo en la zona de 2-5kHz prueba una distorsión de tipo cinta.
A medida que trabajes para encontrar la dosis justa de ecualización y distorsión, acostúmbrate a desactivar y activar los efectos de vez en cuando para asegurarte de que estés escuchando los cambios –y no simplemente «viéndolos». Sería un grave error juzgar tus mezclas según el aspecto que tienen las formas de onda y los cambios de parámetros en pantalla.
Tus ojos pueden engañarte a menudo, haciéndote pensar que escuchas cambios que en realidad no se notan. Es vital que escuches con cuidado y te asegures de tomar tus decisiones en base a la señal verdadera del audio. Apaga de vez en cuando la(s) pantalla(s) de tu ordenador para comprobar que realmente escuchas lo que crees que estás escuchando.
Ajustes de compresión en el bajo
Los ajustes de compresión más adecuados para el bajo serán diferentes dependiendo del instrumento utilizado y de cómo se toque. Si el tema tiene un contrabajo, lo mejor es una compresión de sutil a mediana, con tiempos de ataque y liberación moderados. En caso de que se haya usado un bajo eléctrico con púa o técnicas de slap, los tiempos de ataque y liberación deben ser más rápidos para «domar» a los transitorios.
Para un bajo eléctrico tocado con dedos, los tiempos de ataque y liberación pueden ser de nuevo moderados. La relación de compresión estará normalmente entre 3:1 y 6:1, pero puede llegar hasta 10:1. Fíjate siempre en la reducción de ganancia. Una reducción sutil de ganancia atenuará los picos aproximadamente en unos 2-3dB, mientras que una reducción media andará cerca de los 6dB.
Aplica la ganancia automática de compensación si tu compresor lo permite (auto make-up gain). En caso contrario, sube el volumen del bajo a mano si es necesario. Comprimir el bajo hará que suene más homogéneo, pero también a menor volumen, de modo que podría perderse fácilmente en el fondo de la mezcla.
Compresión sidechain en el bajo
Otra herramienta útil para separar bombo y bajo es la compresión sidechain. Esta técnica de compresión consiste básicamente en que, cuando el nivel de un instrumento supera un determinado umbral establecido, se reduce automáticamente la ganancia de otro (es decir, se comprime).
Por ejemplo, si insertas el compresor en la pista de bajo y activas la entrada sidechain con el bombo, el bajo se comprimirá cada vez que suene el bombo y supere el umbral. Esta técnica suavizará los picos del bajo y lo atenuará en cada golpe de bombo, manteniendo su volumen general en la mezcla.
Apunta y… ¡dispara!
A diferencia de la batería, el bajo es a la vez un instrumento rítmico y armónico. Mientras que todos los golpes de bombo suelen estar afinados en el mismo tono, la nota fundamental del bajo cambia según el patrón que toca el bajista en cada momento –lo cual hace que concentrarse en los graves del bajo sea algo así como disparar a un blanco en movimiento. A veces, cuanto más lo intentas más te alejas de tu objetivo. Si la parte de bajo cambia mucho, quizá tengas que realizar algunos ajustes adicionales recurriendo a la automatización.
No te desanimes si te cuesta conseguir que tu extremo de graves brille con luz propia –el bajo puede ser el instrumento más difícil de tratar en una mezcla. Si te atascas, escucha algunos de tus discos favoritos con auriculares fijándote en el equilibrio entre bombo y bajo.
Con el enfoque adecuado y algo de práctica, seguro que al final consigues el sonido perfecto para tu base rítmica. ¡Pum Tutupán!