Los teléfonos y las cajas de ritmos nunca estuvieron tan juntos como en esta unidad clásica…
El aspecto de la curiosa caja de ritmos Alesis HR-16 podría recordarte a una especie de astronave, pero también a un teléfono. Esto no es sorprendente, porque en realidad, la caja gris de HR-16 era de un teléfono: cuenta la leyenda que, con el objetivo de ahorrar costes, Alesis la diseñó a propósito con el fin de aprovechar una partida de carcasas telefónicas que tenía en el almacén.
Sin embargo, dejando a un lado su aspecto, Alesis HR-16 fue una de las primeras unidades que pedían a gritos que les pusieras la mano encima, y para ello ofrecía 16 almohadillas de goma que el usuario podía golpear sin cuidado para facturar sus ritmos, creándolos a partir de unos jugosos sonidos de percusión electrónica muy típicos de su tiempo (1987).
Alesis HR-16, versatilidad con sólo 49 sonidos
Alesis HR-16 sólo ofrecía 49 sonidos (con 16 voces de polifonía), pero un golpe maestro de la ingeniería de Alesis –o quizá hasta puso haber sido un error de diseño– permitía subirlos o bajarlos de tono para crear unos grooves que sonaban tan sucios como deliciosos.
De hecho, nos atrevemos a decir que Portishead habrían inventado el trip hop unos cuantos años antes de haber tenido una HR-16. Tras el éxito del lanzamiento inicial, Alesis presentó HR-16B, que cambió el color gris original por un negro más atractivo e incluye una memoria ROM ampliada con más sonidos de corte electrónico.
El hermano «telefónico» de Alesis HR-16, el secuenciador de patrones Alesis MMT8, alcanzó una cierta notoriedad gracias a los hermanos Hartnoll (aka Orbital), de quienes se dice que compraron unas 100 unidades de dicho modelo.
Mientras tanto, Alesis HR-16 pasó a la historia como la «centralita» de la tecnología musical, y Alesis la sustituyó por la pequeña SR-16, una unidad mucho más sensible y avanzada que incluso se sigue vendiendo hoy (al menos todavía está incluida en el catálogo de Alesis).
Alesis SR-16 ofrece mejores especificaciones, pero no consigue igualar las mágicas afinaciones de la original Alesis HR-16. Descanse en paz.