Son diez buenos consejos para empezar con buen pie en el mundo de la producción musical…
La curva de aprendizaje en la producción musical puede llegar a ser muy dura, especialmente si tienes en cuenta los pasos desde principiante a productor consagrado. Como en todas las disciplinas, tus habilidades, la paciencia y la práctica, son la clave para hacer música. Y cuanta más experiencia tengas en esos puntos, más fácil te resultará el proceso.
Teniendo en cuenta esa premisa, te traemos diez consejos que te ayudarán mucho si estás empezando en la aventura de la producción musical. Esperamos que, como mínimo, te ayuden en este largo viaje, y si ya lo has iniciado, seguro que también pueden servirte de un modo u otro… ¡Empecemos!
1. Invierte en unos monitores de estudio
Esta claro que, en tus primeros pasos, contar como mínimo con unos buenos auriculares para escuchar tus composiciones es esencial. De todos modos, un elemento importantísimo para hacer música y en el que deberías poner la máxima atención, es la adquisición de unos monitores de estudio decentes, sobre todo si piensas mostrar tus creaciones al resto del mundo.
Si llevas tiempo utilizando monitores baratos o no dedicados a la producción musical –como los que están destinados a tareas multimedia o videojuegos–, te llevarás una sorpresa cuando escuches tu música a través de equipos profesionales o fuera de tu estudio.
Esto se debe a la gran diferencia en la respuesta en frecuencia que presentan los distintos tipos de monitores. Así que no dudes en hacerte con unas buenas escuchas, tan claras y equilibradas como sea posible. Ayudará y mejorará el análisis y precisión del sonido que persigas para tus producciones.
Tampoco necesitas arruinarte para conseguir unos monitores más que decentes: la serie Yamaha HS, por ejemplo, te ofrece un par de interesantes monitores en torno a la escala de 300€. Así que hazte un favor enorme, y evita futuros problemas en tu música por culpa de recurrir a una mala escucha.
2. Compra una buena selección de sonidos
Puede parecer obvio, pero es algo relativamente serio y muy importante para la calidad de tus producciones. Quizá hayas acumulado una buena cantidad de samples de paginas de descarga gratuita, pero es inevitable la comparación cuando escuchas tus temas electrónicos favoritos. Empezar con sonidos de calidad te asegura arrancar con buen pie en el largo camino para hacer música.
Como ejemplo, piensa en los samples de batería que cargas en tu DAW. Notarás la diferencia en cuanto cargues en tu caja de ritmos una buena colección de sonidos profesionales –que hayan sido editados y procesados para tener la máxima calidad. Además, el empleo de samples adecuados al estilo sobre el que estés trabajando, te ayudará a comprenderlo mejor y conocer sus características.
Puedes también utilizar fragmentos y piezas sonoras ya creados –como loops o melodías–, igual que si se tratara de un gran puzzle, en lugar de empezar con un lienzo en blanco, lo cual puede ser una experiencia abrumadora para el principiante. Por supuesto, que unos sonidos profesionales no siempre significan una gran canción acabada, pero sí que son un mejor punto de partida que utilizar un librería sonora de dudosa calidad.
3. ¡Mucho equipo pero sin ninguna idea!
Que te quede bien claro: no necesitas un montón de equipos caros para hacer música buena; de hecho, la mayoría de veces disponer de equipo y material en demasía puede ser un inconveniente. La abundancia de opciones y recursos puede ahogar tu creatividad, distrayéndote entre librerías, samples, parámetros, opciones de configuración… todo ello alejándote de tu propósito principal: hacer música.
Tu mejor opción es tener un núcleo de instrumentos y herramientas que conozcas de arriba a abajo, ¡a los que puedas sacar realmente partido y exprimirlos a fondo! A pesar de los avances tecnológicos actuales, a menos que conozcas bien cómo funciona todo y cómo encaja cada elemento en el resultado final, lo que conseguirás es ser el mejor cliente de la tienda, tocando cientos de brillantes botones sin tener mucha idea de lo que realmente consiguen.
4. Destaca tus habilidades… y mejora tus debilidades para hacer música
Puede que, como muchos de nosotros, acabases en la producción de música electrónica tras años de clases de piano u otro instrumento en el que no estabas particularmente interesado. Quizá te hayas interesado por un software DAW en concreto y olvidaste por un tiempo tu habilidad con las teclas, todo para después caer en la cuenta de que, por fin, tus viejas clases de piano, servirán de algo, sin importar mucho el estilo musical al que te dediques.
Este ejemplo también puede aplicarse a guitarristas, cantantes o incluso a los que no son músicos: siempre hay alguna habilidad o ventaja que puedes aportar a tu trabajo para desarrollarte como productor.
De la misma forma, debes ser consciente de tus debilidades y puntos flacos, trabajar en ellos y mejorarlos para convertirte en un mejor productor musical. Quizá eres una persona despistada o desordenada y tus proyectos evolucionan hacia el caos, o tienes el sentido del ritmo un tanto oxidado… ¡Trabaja sobre ello y mejora esos defectos!
Tu mejor opción es tener un núcleo de instrumentos y herramientas que conozcas de arriba a abajo, ¡a los que puedas sacar realmente partido y exprimirlos a fondo!
5. Menos es más: no sobrecargues tus pistas
Si eres primerizo en la producción musical, seguramente te sientas desanimado al comparar tus primeros temas con la música de tus artistas favoritos. Quizá caigas en la trampa fácil de pensar que la razón es que tus pistas están faltas de ideas y necesitan más melodías, efectos, pistas de ritmo, armonías adicionales…
Puede incluso que, tras añadir más pistas, sigas con esa sensación de que le falta algo a tu música, y que encima te estás alejando de la idea inicial. Llegados a este punto, debemos decirte que la verdad es que sólo necesitas una buena idea para que un tema funcione, y en nuestra humilde opinión, la mejor música hace uso de un número limitado de ideas musicales.
Si echas la vista atrás –o mejor dicho, tu oído–, seguramente lo que necesiten tus pistas sea más atención en los detalles. Nos referimos a un mejor equilibrio sonoro, poniendo énfasis en la ecualización, el volumen, la estructura del arreglo… La próxima vez que tengas una buena idea pero sigas pensando que a tu música le falta algo, prueba a hacer unos retoques en esos aspectos antes de abrir una nueva pista de sintetizador en tu proyecto.
6. Si no estás seguro de un elemento, ¡elimínalo!
Cada elemento de tus pistas debe estar ahí por algún motivo: si lo eliminas, entonces el conjunto total parece incompleto. Igualmente, como tratamos en el punto anterior, la tentación de añadir más cosas para rellenar huecos en tu música puede ser fuerte, así que es esencial hacer una distinción clara entre lo que tu tema necesita y lo que has añadido por capricho.
Si no estás seguro al cien por cien de que ese elemento es necesario, elimínalo o bien trabaja sobre el mismo hasta que funcione. Si lo dejas tal cual, tan sólo acrecentarás la sensación de sobrecarga en tu música.
7. ¿Para dónde y a quién va dirigida tu música?
Piensa en dónde y en qué contexto tu música será escuchada. Si estás haciendo house, por ejemplo, seguramente imaginarás que ese tema sonará a un volumen alto en un club mientras que toda ese gente lo baile sin parar.
Así que debes tener esa visión en mente mientras produces. ¿Se escuchará lo suficientemente bien tu mezcla en un equipo de club? ¿La parte rítmica es todo lo buena que crees para hacer mover a tu público? ¿La duración del tema es la correcta para que el DJ pueda mezclarlo con otro tema? Estas preguntas y otras parecidas deben determinar tus decisiones mientras estés metido en la producción musical. Esta determinación te llevará a tomar mejores decisiones de producción.
8. Establece objetivos realistas en tu producción
Es posible que ahora mismo, cada vez que abres tu DAW dispuesto a hacer música, tu meta final sea finalizar un tema completo. Y quizá el resultado final no sea satisfactorio y te sientas decepcionado contigo mismo.
Puede ser muy contraproducente dar esta urgencia y prisa a tus producciones –la de terminar un tema al completo de una sentada. Las prisas pueden hacerte descuidado y menos trabajador en los detalles importantes de tus pistas. Incluso puedes agobiarte por la sensación de querer terminar ese tema sin que llegue a sonar como tú esperabas.
Un buen método, que te permitirá trabajar más relajado y dedicar más atención a los elementos de tu música, es dividir tus proyectos en piezas más pequeñas. Céntrate sobre un elemento en concreto en cada sesión y dedícale tu esfuerzo, y así el resultado del conjunto final será mucho más satisfactorio.
Cuando te veas sobrepasado por el trabajo, piensa en volver a lo básico. Trabaja en una sola tarea, en un elemento de tu música. De esta forma, cada parte tendrá un tratamiento detallado y el total brillará con muy poco esfuerzo.
Parece esencial hacer una distinción clara entre lo que tu tema necesita y lo que has añadido por capricho…
9. Conoce tu software DAW a fondo
Algunos tutoriales para hacer música pueden ser aburridos, eso es cierto. ¿Y cuándo fue la última vez que leíste un manual? Dicho esto, te aconsejamos que le dediques tiempo a tus herramientas, en especial a tu DAW.
No hace falta que conozcas todas y cada una de las funciones de tu software DAW antes de empezar a hacer música. Pero tener un buen conocimiento de las operaciones básicas y de los parámetros principales, harán más fácil tu trabajo y acelerarán tu progreso como productor musical.
Incluso puede que alguna vez te hayas sorprendido cuando un amigo te mostrase su proyecto –utilizando ambos el mismo DAW–, y te hayas percatado de una función que desconocías por completo. Conocer en profundidad tu software y herramientas es una enorme ventaja en tu día a día como productor, y tu forma de hacer música será más fluida, te lo aseguramos.
10. Y ten mucha paciencia
Confucio decía… ¡No te asustes! Cuando empiezas y comparas tus temas con los de tus productores favoritos, quizá te desanimes bastante rápido. Posiblemente no estén al mismo nivel y sientas que todavía queda mucho trabajo por hacer hasta conseguir algo que se acerque a un mínimo.
Bien, relájate. Seguro que ellos también tardaron años en llegar al nivel actual, y tuvieron las mismas dudas que tú ahora. Incluso pudiera ser que aún las tuviesen a día de hoy.
Tan sólo céntrate en pasarlo bien e intentar mejorar constantemente: tu meta final al hacer música seguramente sea compartir tu trabajo con todo el mundo de algún modo, pero tanto en la producción musical como en la vida, ¡lo importante es el camino! Así que disfrútalo.
Este contenido se publica mediante licencia expresa del autor. El texto original en inglés, «10 Tips I Wish I Knew When I Started Making Music«, está disponible en el blog Magazine de Mode Audio.
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