Cuando la gente habla de reverb, primeras reflexiones y eco, parece como si fueran términos intercambiables, lo que en absoluto es cierto. Si bien se trata de tres fenómenos causados por la reflexión del sonido en una sala o habitación, todos ellos son diferentes…
Nuestro cerebro interpreta un sonido reflejado en los 35ms posteriores al sonido directo como una parte del mismo. De esto se deduce que no oirás el sonido que se registra en tu mesa de mezclas como una reflexión, sino sólo como una parte del sonido directo.
Aparte de estas primeras reflexiones, las que alcanzan al oído después de 35ms del comienzo del sonido directo se perciben como ecos, siendo un tipo de registro que no forma parte del mismo. Aquellas otras que llegan después de los 100ms, se perciben siempre como ecos distintos.
Por otro lado, la reverberación es la difusión de un sonido en la habitación desde el momento en que la fuente cesa su actividad. Por ejemplo, si pones un sonido de caja a través de tus monitores, primero oirás el sonido directo y más tarde las primeras reflexiones (ambos registros son reconocidos por tu cerebro como un sonido). A continuación escucharás la reverberación del sonido por la habitación, al reflejarse éste una y otra vez en las superficies de la misma.
La razón por la que las reflexiones se desvanecen y no siguen repitiéndose de forma indefinida es porque las superficies en las que el sonido impacta absorben algo de su energía. La parte que queda fuera se vuelve a reflejar, pero después de un tiempo mengua hasta desaparecer.
El tiempo de reverberación de una habitación es lo que tarda en caer el sonido difuso a 60dB respecto del nivel del sonido fuente, lo que en la práctica supone una millonésima parte del nivel original del mismo.