Las envolventes modelan el sonido a lo largo del tiempo, con al menos cuatro etapas sucesivas que ayudan en la recreación de los sonidos acústicos por todos conocidos…
Esas cuatro etapas suelen recibir los nombres de ‘Ataque’, ‘Decaimiento’, ‘Sostenido’ y ‘Relajación’ –y el acrónimo ‘ADSR’ responde a las iniciales de estos vocablos en inglés. Si aplicamos la envolvente al volumen de un sonido (que es lo más usual), el ataque mide el tiempo que tarda el sonido en alcanzar su primer “pico”. Si usas un valor en torno a 0, nada más pulsar la tecla alcanzará el máximo volumen, como en un piano. Los valores superiores implican un despliegue más lento, como ocurre con una sección de cuerdas.
Por su parte, la relajación o ‘release’ define el intervalo entre la liberación de una tecla y la desaparición de todo vestigio del sonido. El nivel al que se mantiene el sonido una vez superadas las etapas de ataque y decaimiento se controla con el parámetro ‘sustain’ (sostenido). El decaimiento mide el periodo de bajada inicial del sonido, desde el nivel alcanzando en el ataque hasta el que se deja sostener. Está claro que si colocas ‘sustain’ al máximo, este parámetro no tiene sentido.
En el ejemplo, fijamos tiempos de ataque y relajación bastante prolongados para una envolvente, la cual aplicamos a la frecuencia de corte del filtro. Otra envolvente, también de evolución lenta, controla el volumen. Los cambios de tono se combinan hasta que el timbre se desvanece al final del loop.
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