El filtro paso-alto (o HPF de High Pass Filter en inglés) es una herramienta de mucha utilidad en la mezcla pero, tal vez por su sencillez, no es valorada por los técnicos noveles que hoy en día tienen a su disposición una variedad de poderosos ecualizadores paramétricos de ocho o diez bandas. Sin embargo un ajuste adecuado de este filtro puede facilitarnos enormemente la mezcla y creo que es el punto de partida del proceso de una buena ecualización.
Hay tantos métodos para mezclar como ingenieros de sonido, pero en general, hay pasos que son más o menos comunes a todos, sobre todo en la preparación previa, por ejemplo: organizar los canales primero, luego hacer una pre-mezcla usando solo los faders y algún panorámico, y después comenzar a ecualizar las pistas.
Siempre recomiendo a los alumnos que antes de zambullirse de lleno en el ecualizador de una pista en particular, se tomen un momento para ajustar el HPF de todos los canales, luego retocar los niveles y recién entonces comenzar una ecualización más detallada en las pistas que lo necesiten.
El filtro paso-alto
El filtro paso-alto tiene tres controles básicos:
1- Frecuencia de corte (Cut-off frequency) que determina la frecuencia a partir de la cual serán atenuadas las frecuencias inferiores a ella.
2- Pendiente de atenuación (Slope), es la llamada selectividad del filtro y establece cuánto son atenuadas las frecuencias inferiores a la frecuencia de corte. La pendiente se mide en dB/octava o tambien por polos (1 polo = 6 dB), o sea: 6 dB/oct, 12 dB/oct (2 polos), 18 dB/oct, etc.
3- Resonancia (Resonance), aplica una ganancia extra a la frecuencia de corte. Éste ultimo parámetro es muy utilizado en síntesis, pero rara vez es necesario en la mezcla.
Las octavas
Dada una frecuencia fc, la octava superior corresponde al doble de la frecuencia y la octava inferior a la mitad de fc, o sea que si un LA de concierto corresponde a una frecuencia de 440Hz, el LA de la octava aguda es 880Hz y el de la octava grave es 220Hz, Por ejemplo la 3ra. cuerda de un bajo es un LA que tiene una frecuencia de 55Hz.
Entonces podemos ver que las octavas graves ocupan un rango de frecuencias menor que las octavas agudas (55Hz – 110Hz en graves contra 440Hz – 880Hz en medios, o 3520Hz – 7040Hz en agudos). El hecho de que en el espectro grave el rango de las octavas sea menor, hace que las notas dentro de la octava estén más cerca entre sí.
En armonía musical se nos dice que en las octavas graves no conviene tocar simultáneamente notas cercanas entre sí (intervalos menores a una quinta) porque las frecuencias fundamentales de dichas notas intermodulan o “se molestan” (por su cercanía en frecuencia) y se produce un sonido “turbio” donde no se diferencian bien entre ellas.
En una mezcla el concepto es el mismo, las frecuencias graves de los diferentes instrumentos tienden a molestarse entre sí, por eso el HPF me ayuda a atenuar o eliminar las frecuencias que no me interesan para que, por ejemplo el bombo y el bajo puedan ocupar claramente el rango de graves sin ser “ensuciados” por resonancias o armónicos de otros instrumentos en dicho rango.
Usando el filtro paso-alto
Conocer la tesitura de los instrumentos que participan en la mezcla es de gran ayuda, pero no imprescindible. Un método para aplicar el HPF es activar el solo de la pista y ajustar la fc (frecuencia de corte) hacia arriba hasta que noto que el sonido pierde cuerpo, entonces retroceder un poco, esto se puede hacer rápido y en muchos casos es suficiente.
De todos modos debemos tener en cuenta que el rango de frecuencias que ocupa un instrumento en la mezcla depende del arreglo y la instrumentación de la pieza. Por ejemplo la ecualización de una guitarra acústica será diferente si el tema está arreglado para guitarra y voz (en este caso la guitarra debe sonar grande ocupando la zona de medios graves), o si en el arreglo incluye bajo y piano (filtraré la los medios graves para darle más claridad al aporte rítmico del rasguido).
El objetivo no es lograr que un instrumento suene perfecto en solitario sino ecualizarlo para que cumpla su función en la mezcla interactuando con los demás instrumentos, de modo que normalmente haremos un primer ajuste del filtro en solo y luego haremos retoques en el contexto de la mezcla total (éste último concepto es válido para el filtro y para la ecualización en general).
Lo mismo se aplica a las voces: en un contexto de música pop, una voz femenina puede ser filtrada en 150Hz o 200Hz, y de esta manera atravesará mejor el resto de los instrumentos y necesitará menos ganancia del fader.
Resultados
Una vez ajustados los parámetros del filtro paso-alto (o varios de ellos), lo primero que escucharemos es que nuestra pre-mezcla gana en claridad (separación entre los instrumentos) y brillo general ya que las frecuencias agudas estaban siendo enmascaradas por los graves y medios graves.
Ahora sí podemos dedicarnos a ecualizar con más detalle y es probable que algunos instrumentos que antes requerían un refuerzo en agudos, ahora no lo necesiten o que el ajuste sea menor. Y al usar compresión podremos ajustar mejor el umbral (threshold) cuando los graves innecesarios fueron filtrados previamente.
Conclusión
Como siempre digo, los conceptos que expongo en este u otros artículos son el resultado de mi propia experiencia y no pretenden de ningún modo ser verdades absolutas ni métodos infalibles, sino más bien propuestas que para ser experimentadas y después adoptar las que les resulten útiles y descartar las que no os convenzan, de esta manera cada uno realiza su propia experiencia, saca sus conclusiones y genera sus métodos personales con un nuevo aporte creativo.
Texto original de Martín de Aguirre Ramírez, Músico, Ingeniero de Sonido y Profesor en Microfusa Madrid
Material publicado originalmente en en Blog RELOAD de microFusa