Hola Ricard! Bienvenido a los foros de FM y CM.
Sobre este antaño polémico tema, pero hoy casi aceptado por todo el mundo, yo me decanto por el razonamiento práctico. Es decir, te puedo contar que cuando toco mis Roland Jupiter 8, Juno 60 o MKS-70/80 (todos analógicos de hace más de 20 años),
me sigue maravillando su cuerpo, pegada y matiz «analógicos». Es el adjetivo tantas veces escuchado, admirado y ansiado por todos.
Sin embargo, en el contexto de una mezcla, con bajo percusión, colchones, FX e incluso voces, el sonido de un auténtico Juno-106, por ejemplo, puede ser sustituido sin mayores problemas por uno de sus emuladores virtuales, pongamos ReFX Juno X2. Y lo mismo ocurre con un Minimoog auténtico y su émulo Minimonsta, un Yamaha CS-80 como el que usa y exhibe Vangelis y su copia cuasiperfecta a manos de Arturia en clave de software. Y si hay diferencias para un oído experimentado, son tan mínimas que no justifican los problemas que puede ocasionar la compra de un «dinosaurio electrónico» de los 80.
Ahora bien, nunca diré adiós a mis analógicos, ni a mis sintes VA de Waldorf, Novation y Access. Por otra parte, los desarrollos de empresas punteras como Native Instruments nos permiten conocer nuevas fronteras, poco prácticas o rentables para los fabricantes de hardware en estos tiempos que corren. Sólo tengo que pensar en ABsynth o Reaktor para reafirmarme en mi parecer.
Por tanto creo que es una buena medida creativa tomar lo mejor de cada mundo, y dejar que la creatividad haga el resto, que es de lo que en realidad se trata.
Hoy, un profesional del vídeo no edita con una mesa de edición analógica y dos magnetoscopios U-matic; un fotógrafo profesional que se gana la vida enfocando, encuadrando y retratando grandes momentos, utiliza cámaras digitales de 15 megapixels y sólo tiene sus cámaras Réflex químicas como un recuerdo del pasado reciente. Con esto significo que, si bien todos esos arcaicos equipos son recordados y guarnecidos con cariño -y una buena dosis de fetichismo-, el valor práctico de la tecnología actual rebasa cualquier intención basada en la añoranza de tiempos gloriosos.
Y no nos engañemos, pues la tecnología actual es puro software en su mayor parte. Claro que, ¡alabados sean los poseedores de un Korg OASYS! ¡Y qué feliz sería yo rodeado en surround por las maniobras neuronales de A.Hartmann!
¡Os deseo a todos un feliz y electrónico 2006!