Algo aceptado de forma general es que los estándares universales son buenos. Por ejemplo, el MIDI: hace ya unos 30 años que facilita a los músicos conectar sus equipos y que se comuniquen entre sí.
Por eso sorprende que existan tan pocos formatos universales estándar. De hecho, en un área concreta de la tecnología musical, las cosas parecen fragmentarse cada vez más. Es el mercado de los plug-ins, el reino de los acrónimos. Primero apareció VST y DX (DirectX); después salieron AU y RTAS. Pero ahí no acaba todo: sólo en el último año, Avid lanzó el nuevo formato AAX para Pro Tools; y justo antes de la feria Musikmesse de 2012, Propellerhead presentó su tecnología Rack Extension (RE) que por fin permite que Reason trabaje con dispositivos externos.
Las compañías que crearon esos diferentes formatos sin duda dirán que son necesarios, pues cada uno trabaja de forma diferente, pero ¿en qué afecta esta proliferación de formatos estándar a desarrolladores y usuarios? Aparte de la confusión que inevitablemente provoca en las cabezas pensantes de la música por ordenador, ¿hay consecuencias más serias de tener un paisaje tan diverso de plug-ins?
Simplicidad
Analicemos el inicio del proceso: la codificación de un plug-in. Casi todos los desarrolladores venden sus productos en diferentes formatos, pero ¿hay un modo ‘universal’ de escribirlos, o los crean para un estándar y luego los convierten a los otros?
«En lo que a Audio Damage se refiere, codificamos en VST3», nos dice Chris Randall (Audio Damage). «El kit VST3 de Steinberg incluye adaptadores para VST2.4 y Audio Units, lo cual simplifica todo. Sí, podemos escribir un plug-in en un formato que luego se use para crear los demás. En general, es el formato VST. Nosotros no creamos los formatos RTAS o AAX, así que no puedo hablar por ellos, pero sirven las mismas reglas».
Desarrollar para múltiples formatos no es un problema para Audio Damage, y cuando hablamos con Urs Heckmann (u-he), nos confirmó que, en su caso, el proceso es relativamente igual de sencillo.
«Nosotros creamos primero en el entorno Mac y ahí sacamos de forma automática los formatos VST, AU, y ahora además VST3, de cada compilación», nos cuenta Urs. «No tenemos el tiempo necesario para cambiar entre formatos».
Una pesadilla potencial para los usuarios de plug-ins es que pagarán un dinero extra por versiones de software que nunca usarán, pero dado lo fácil que parece ser para los desarrolladores crear plug-ins multiplataforma, la noción de que crear un solo estándar redundaría en unos precios más bajos sería una falacia. Así opina Chris Randall…
«No creo que un estándar universal se reflejase en una bajada de precio», nos cuenta. «Tardamos seis meses en crear la versión VST3 (incluido el tiempo de desarrollo), y sólo unos 15 minutos en hacer la versión Audio Units a partir de ese VST3. El proceso de cambio de VST3 a AU es casi automático. El cliente sólo paga esos seis meses, no los últimos 15 minutos».
Se avecina tormenta
En base a lo que hasta ahora hemos explicado en este artículo, lo normal sería pensar que apenas existen problemas con los plug-ins multiformato. Sin embargo, Propellerhead ha sacudido el mercado de forma reciente con la salida del formato Rack Extension.
En cuanto a su concepto, es un formato algo diferente a los otros estándares de los que hemos hablado, pues todos los productos RE se venderán en la tienda de Propellerhead y deben poseer la apariencia y ‘espíritu’ de los demás dispositivos para Reason. ¿Qué opinan Audio Damage y u-he sobre el concepto Rack Extension, y ese enfoque ‘cerrado’ del software en general?
«No podemos decir mucho sobre RE debido a los acuerdos de confidencialidad», dice Urs Heckmann. «Pero sí diré que facilitará a algunos desarrolladores pasarse a otros formatos, aunque para otros será casi imposible –aunque esto puede cambiar cuando Propellerhead vaya añadiendo opciones poco a poco. Por suerte, tenemos productos que pueden cambiar de formato fácilmente, pero tenemos otros que aún no es así».
«Creo que el concepto ‘cerrado’ de Rack Extensions es genial, así que quizá otros querrán copiarlo».
Chris Randall confirma que la facilidad con la que se crea una Rack Extension depende de cómo se construyó en principio el plug-in en cuestión: «Yo creo que es algo más complejo que limitarse a reconstruir, y menos complejo que partir de cero, y todo depende de cómo el desarrollador original creó ese plug-in», nos dice. «Con un enfoque ‘cerrado’ sólo tienes que tener en cuenta las características de un sólo anfitrión, y eso es algo muy cómodo».
La naturaleza ‘cerrada’ de Rack Extensions se parece bastante al modo en el que Apple maneja App Store, y eso ha creado la idea de que el gigante del entorno iOS podría querer crear una tienda parecida para plug-ins de Logic. Soluciones así tienen un problema: todo se compraría en el mismo lugar; ¿sucedería entonces que la gente que ya posea un plug-in concreto tendría que pagar de nuevo para la versión Rack Extension?
«Bueno, eso aún está en el aire», responde Urs Heckmann. «Aún no hemos visto cómo será la tienda y tenemos muchas preguntas para Propellerhead. Nos gustaría que hubiera cupones para los usuarios existentes, pero parece que la tienda Rack Extension no ofrecerá esa opción de inicio. Así que no sabemos cómo tratar ese tema aún. Seguramente, recomendaremos a los usuarios existentes que esperen hasta que Propellerhead decida qué hacer, o les ofreceremos un sistema de devolución de su dinero dentro de nuestra propia tienda. Espero hallar una solución justa porque no quiero cobrar a mis clientes dos veces por lo mismo».
Chris Randall cree que el desarrollo de un Rack Extension entraña una cantidad de trabajo lo suficientemente grande para justificar que vuelvan a cobrar a un cliente. «Debido a la naturaleza bien distinta de los plug-ins RE y el entorno donde se hallan, no pueden compartir código, sino sólo el propio DSP. Así que, en esencia, es como crear un plug-in nuevo. Nosotros no lo haremos a menos que haya un incentivo económico para que sea así. Creemos que haremos que la Rack Extension se trate de una compra por separado, aunque a un precio menor».
¿Mucho ruido, pocas nueces?
En base al éxito que Propellerhead coseche con Rack Extensions, quizá otras compañías adopten sistemas similares –lo cual nos llevaría a un mercado de plug-ins aún más fragmentado que el actual. Por ahora, Chris Randall cree que, comparados con otros usuarios de software creativo, los creadores de música deben alegrarse.
«Míralo de esta forma», nos dice. «Si compras un plug-in para After Effects, no lo puedes usar en otra suite gráfica. Si adquieres un plug-in para 3D Studio Max, no lo puedes usar en Maya o Blender. Pero si compras un plug-in VST para Live, lo puedes usar en otros 80 secuenciadores, anfitriones para softsintes (como Kore o Maschine), y plataformas hardware (Receptor), y además en PC & Mac (y en algunos casos en Linux). Al menos adquirirás un formato, y a veces varios formatos».
«En cuanto a la tecnología de plug-ins, la industria musical lo ha planteado muy bien».