Desde los arcaicos empalmes de cinta hasta la magia de Antares AutoTune o Celemony Melodyne, la corrección de tono ha recorrido un largo camino de técnica y evolución…
En el imperfecto mundo de las interpretaciones artísticas humanas, es imposible que vocalistas y músicos siempre ejecuten las notas correctas. Desde el desarrollo de las técnicas de grabación multipista de los años 50 y principio de los 60, se han ideado varios enfoques y técnicas para ajustar el tono de las grabaciones de forma retrospectiva y, así, corregir notas individuales sin tener que volver a grabar pistas enteras.
Ahora puedes retocar una mala toma y ajustarla hasta que su tono sea perfecto, pero eso sí, los resultados no siempre son ideales. En esta guía, exploramos varios métodos para corrección de tono, analizamos esas técnicas, y vemos cómo se han desarrollado hasta llegar a ser dignas de un manual de producción.
Mano a mano, para los artesanos
En los primeros días de la música grabada, una toma era permanente tan pronto como se pasaba a cinta. Si un músico fallaba una nota, la única opción era grabar otra toma. La llegada de la tecnología multipista de grabación posibilitó regrabar pistas individuales sin afectar al resto de la grabación. En ausencia de herramientas automatizadas para corregir el tono, los ingenieros de grabación idearon técnicas manuales para arreglar tomas erróneas en grabaciones multipista.
Con una buena separación de instrumentos, reemplazaban las partes individuales eligiendo los lugares idóneos en la cinta –reproducían toda la grabación y luego grababan sobre una pequeña sección.
Señalar los puntos problemáticos es aún algo común, pero no es una técnica de corrección de tono pues requiere que el músico o vocalista haga otra toma. Las raíces de los enfoques automatizados proceden de inicios de los 70, cuando los ingenieros experimentaron con técnicas para corregir notas en una grabación existente. Las partes vocales se pasaban de una máquina multipista a una segunda platina, y luego usaban variaciones de velocidad para ajustar el tono de la voz arriba/ abajo. Gracias a un timing preciso, las palabras individuales se devolvían a la grabación multipista original, y las aceleraban/ frenaban para corregir las imprecisiones tonales.
Las raíces de los enfoques automatizados proceden de inicios de los 70, cuando los ingenieros experimentaron con técnicas para corregir notas en una grabación existente…
En los 80, el procesamiento digital hizo que esas técnicas se llevasen a cabo vía samplers o tempranas unidades con pitchshifting como Eventide H910 Harmonizer (1974). La corrección de tono aún no era un proceso directo, pero arreglabas las notas equivocadas con sólo un pequeño detrimento en la calidad del sonido. La revolución de la grabación digital de los años 90 también impactó en la capacidad de los ingenieros de grabación para manipular y editar las grabaciones con mayor facilidad.
La llegada mágica de AutoTune
La corrección de tono alcanzó la madurez en 1997 con el innovador software Antares AutoTune, que ofrecía el primer enfoque automático para procesar el tono de instrumentos solistas y voces. El proceso parecía simple, pero conllevaba una significativa actividad DSP, y por eso este software sólo tuvo éxito cuando la capacidad de procesamiento TDM de Pro Tools alcanzó el nivel suficiente para soportarlo.
AutoTune analiza la señal entrante y determina su tono. Lo que sucede después depende de qué nota es elegida –en el modo automático, se elige una escala y todas las notas se cambian en tiempo real para ajustarse a la nota más cercana de esa escala. Analizar y volver a afinar los ajustes de velocidad determina el grado de incorrección sobre el que se corrige el tono de una nota, y la velocidad con que se corrige una vez se ve la necesidad de ello. En el modo gráfico, primero se analiza la grabación y después se aplican a mano las correcciones de tono con una representación gráfica de la grabación.
La corrección de tono de AutoTune se basa en el vocoding de fase, un proceso similar al timestretching que resintetiza el contenido de frecuencia de una señal de audio sin afectar su timing. Así, el efecto suena más natural que con técnicas similares que conllevan acelerar o frenar secciones de audio. Sin embargo, es cuestionable si el sonido es auténticamente natural.
Dejando de lado la calidad de sonido, un uso excesivo de la corrección de tono elimina el impreciso elemento humano de una grabación y le da un aire robótico y sin alma. Muchos artistas creen que la corrección de tono que hace AutoTune es muy obvia para el oído entrenado, pero la mayoría de los oyentes no lo perciben en una mezcla. Un uso juicioso de la corrección de tono de AutoTune suele pasar desapercibido, y de ahí su increíble éxito.
Hoy se puede considerar que AutoTune ha sido uno de los mayores fenómenos en la producción de la década 2000…
Viendo que Autotune pronto llegaría a ser un estándar de la industria, otras compañías desarrollaron productos similares. Hoy puedes elegir entre aplicaciones como AVID Time Shift, SoundToys PurePitch, o Waves Tune. Incluso el plugin gratuito ‘Pitch Correction’ incluido en Logic Pro es una herramienta muy útil. En el reino hardware, TC Electronic presentó Intonator (hoy descatalogado), que llevó al desarrollo de sus gamas VoicePro y VoiceWorks, y los actuales VoiceLive.
Desde finales de los 90, Antares ha seguido desarrollando AutoTune. Al poco tiempo salió una versión hardware (ATR-1, 1998) que se destinó a las actuaciones en directo. La versión software ha mejorado en cuanto a su calidad sonora, incluyendo opciones más avanzadas –como control MIDI, humanización, autocorrección de formantes, un modo de latencia ultrabaja y vibrato– e incluso salieron versiones limitadas a precios más asequibles.
Las potentes tecnologías de AutoTune han derivado hacia numerosos procesadores vocales que se reúnen en el amplio catálogo de Antares. Las variantes Evo ofrecen un juego de opciones más limitado y se especializan en diversos procesamientos, tan naturales como extremados y esotéricos. Por su parte, AutoTune EFX es la versión más económica y directa, basada en presets y dirigida a usuarios noveles. Los productos están disponibles como plugins nativos RTAS, TDM para Pro Tools, AU y VST.
Recuerdos «manuales» con la ventaja digital
Incluso con la corrección de tono automática, aún se siguen usando los clásicos enfoques manuales, pero de una forma más moderna. Aún se señalan trozos donde hacer las correcciones, pero los modernos sistemas de grabación digital permiten ediciones y procesamientos más detallados de las grabaciones que la cinta. Puedes extender secciones individuales de audio, apretarlas, copiarlas y pegarlas más fácilmente que en un sistema basado en cinta.
La recopilación de una pista vocal a partir de varias tomas ya era habitual en los días de las grabaciones analógicas, pero ahora es muchísimo más fácil ya que casi todos usamos secuenciadores. Sólo has de poner la pista de acompañamiento en bucle en tu secuenciador, grabar múltiples tomas y elegir las estrofas, estribillos o incluso las líneas o palabras individuales mejores de cada pasada. Así crearás una toma «perfecta» desde varias tomas.
Melodyne DNA, el serio competidor
Por si AutoTune y los plugins similares que le siguieron no fueran de por sí revolucionarios, la corrección de tono llegó a un gran nivel en 2008 con la llegada del software Celemony Melodyne DNA. La corrección de tono hasta esa fecha se dirigía de forma exclusiva al material monofónico, pero la radical tecnología Direct Note Access de Melodyne corregía notas individuales en una grabación polifónica. Tras analizar la señal entrante, Melodyne crea diagramas polifónicos de tono parecidos al modo gráfico de AutoTune.
En su ventana de estilo piano roll, el usuario arrastra y estira notas –subiendo o bajando el tono– y las alarga o acorta de forma individual. Melodyne sólo es capaz de componer sonidos monotímbricos (es decir, un instrumento a la vez), pero es muy efectivo eligiendo y manipulando notas individuales en una grabación polifónica compleja. Transformas acordes mayores en menores bajando la tercera mayor en un semitono. Además, editas partes complejas de teclado o guitarra con relativa facilidad. Melodyne no ha destronado a AutoTune, pero es un rival muy competitivo.
Los usos comerciales del efecto AutoTune
Por último, ninguna recopilación sobre corrección de tono estaría completa sin explicar el fenómeno de AutoTune como efecto vocal en temas comerciales. Los productores e ingenieros no tardaron en descubrir maneras en las que usar la corrección de tono para propósitos que sus creadores jamás imaginaron.
El salto definitivo llegó en 1998 con el éxito planetario Believe de Cher donde se oía un prominente y peculiar efecto vocal. Los productores de la canción, Mark Taylor y Brian Rawling, tuvieron tanto celo en ocultar el origen de ese sonido que al principio dijeron que lo crearon con el antiguo Digitech Talker de 1998, un procesador con formato pedal que crea efectos de vocoder -quizá ya intuían el río de inspiraciones que luego llegarían.
Lo cierto es que ese sonido salió de un uso abusivo de AutoTune. El empleo de ajustes extremos en la frecuencia y rastreo obliga a que el procesamiento corrija todas las partes de la señal entrante. El sonido oído en Believe (y en innumerables temas desde entonces) lo crea un AutoTune al intentar corregir cada nota.
No exageramos al decir que AutoTune ha sido uno de los mayores fenómenos en la producción musical de la década de 2000. El cantante de R&B T-Pain ha construido su carrera sobre voces falseadas con el susodicho procesador, y Kanye West usó esa técnica con profusión en su álbum 808s And Heartbreak de 2008. El uso de AutoTune como efecto a lo largo de toda una canción (o incluso un álbum) genera controversia, pero si lo usas de forma específica, añade interés a cualquier línea vocal.
Si deseas una versión aún más extrema de un efecto similar, visita el canal de YouTube Auto-Tune The News, donde se destacan producciones que usan este efecto para crear melodías a partir de texto hablado -hemos incluido en la apertura de este reportaje uno de esos vídeos de éxito masivo, junto a una entrega de Symphony Of Science (más abajo).
Quizá parezca ingenuo, pero todos ellos aportan grandes ejemplos de la potencia y flexibilidad que han alcanzado las herramientas para corrección de tono.