Musicmachine 3, un objeto del deseo, reproduce temas de pelis clásicas… ¡pero a qué precio!
Las cajas de música -que a la postre son una forma de secuenciadores primigenios- encandilan a grandes y pequeños con su forma de generar temas musicales completos -las púas de un peine metálico afinado reproducen las notas que están «impresas» sobre un cilindro, tan sencillo o complejo como eso. En el caso que nos ocupa, Musicmachine 3 es un objeto de boutique, una caja de música cuya producción ha sido limitada a 99 unidades y marida la tecnología musical de antaño con los diseños industriales de la era espacial.
Diseñado por el estudio MB&F y fabricado por los artesanos JMC Lutherie y Reuge, se trata de un auténtico objeto del deseo para coleccionistas, con una etiqueta de precio acorde con esa finalidad -ya te imaginas. Es obvio que su diseño tiene una fuerte inspiración en un caza espacial de ataque Tie Fighter, igual que los conducidos por «los malos» en Star Wars. Pero la caja musical Musicmachine 3 no sólo es capaz de reproducir el archipopular tema central de La Guerra De Las Galaxias, sino que se las apaña para hacer lo propio con Misión Imposible y James Bond Theme, así como otras producciones más tranquilas, como El Padrino, la bella Feliz Navidad Mr. Lawrence de Sakamoto, o la banda de la antigua serie Los Persuasores, protagonizada por Roger Moore y Tony Curtis.
A pesar de su pinta futurista e inalcanzable, sus orígenes se remontan al viejo arte suizo de la construcción de cajas de música -la empresa Reuge tiene a sus espaldas más de 150 años de historia y tradición. Al parecer, las alas laterales del ingenio no sólo hacen una alegoría a George Lucas y sus fantasías, sino que «desempeñan un papel fundamental en la propagación de las vibraciones sonoras, desde las púas metálicas a la base resonante para una amplificación natural» -muy curioso.
Una belleza en su aspecto y funcionamiento, Musicmachine 3 puede ser considerada un icono del diseño y la ingeniería, aunque reservada únicamente para un grupo selecto: por su abismal precio de 18.000€, casi darías la entrada para tu propio Tie Fighter con el fin de escuchar sus motores fotónicos, si es que alguna vez existieron fuera de la pantalla grande.