El universo musical de Jarre conjuga tecnología, visión futurista, humanidad y coraje persiguiendo unos ideales -esta es su historia contada por él mismo ante nuestros amigos de Native Instruments…
La visión de Jean-Michel Jarre es privilegiada: son pocos los músicos electrónicos que han tenido oportunidades parecidas para descubrir y tocar instrumentos electrónicos de todos los tiempos, y experimentar haciendo música con ellos, codeándose al mismo tiempo con ingenieros, constructores y visionarios de la tecnología.
Desde los primeros sintes analógicos, a los polisintes americanos y japoneses, atravesando el declive digital de los 90, y desplegándose ante todas las posibilidades del ‘estudio en una caja’ y los plugins, no resulta extraño que Jarre haya acabado usando de una forma masiva la tecnología de sintetizadores de Native Instruments. Contempla el vídeo especial superior, producido por Native Instruments, o sigue leyendo nuestra transcripción completa de las declaraciones de Jean-Michel Jarre.
Los comienzos, a escondidas
«Mi primer sintetizador fue el que había en un centro de investigación de París. Había un gran estudio con osciladores, moduladores y envolventes. Posiblemente lo montaron a finales de los años 40. Este ‘banco de osciladores’, como lo llamaban, venía a ser un sintetizador con todo lo que tenemos hoy en un sintetizador analógico monofónico».
«Mi primera obra con instrumentos totalmente electrónicos fue con aquella herramienta. Tuvimos que robar las llaves del estudio porque no nos dejaban utilizarlo. La primera grabación que hice fue de noche, practicando lo que iba descubriendo. Por aquel entonces, mi primer sintetizador fue VCS3 de EMS, que sigue siendo uno de mis cinco sintetizadores favoritos».
[EMS] VCS3 me provoca una sensación de nostalgia, me trae montones de recuerdos. Es como un amigo de toda la vida…
«Me interesaba mucho porque no había ninguno más en Francia. Había que ir a Londres a ver a Peter Zinovieff, el tipo que lo creó, si querías ver y probar uno. Me acuerdo, y era muy buena señal: vendí mi ampli de guitarra y fui a Londres a comprar mi EMS VCS3. En mi caso, pasé del sonido rock a la música electrónica».
«Es un sintetizador modular pero con pinchos [de patching] en lugar de cables. Todas mis primeras composiciones están hechas con él. Es fácil generar sonidos extraños. Los sonidos de Oxygène, por ejemplo, todos los efectos como de burbujas, menos los colchones, salieron de VCS3. Desde entonces, lo he usado en todos mis proyectos porque me encanta. Me provoca una sensación de nostalgia, me trae montones de recuerdos. Es como un amigo de toda la vida».
Una vida entre máquinas
«Cuando echo la vista atrás, veo que también he dependido toda mi vida de la evolución de la síntesis y los sintetizadores. Desde mi primer sintetizador, EMS VCS3, después ARP2600, y eran instrumentos monofónicos… Cuando llegó el primer sintetizador polifónico, fue prácticamente un milagro. Creo que los primeros que usé fueron Roland Jupiter 8 y MemoryMoog, que para mí es como ‘el Rolls Royce’ de los sintetizadores polifónicos analógicos -Elka Synthex vendría a ser ‘el Bentley’ de los sintes polifónicos».
«Luego a finales de los años 80, principios de los 90, hubo un periodo muy oscuro en términos de síntesis pura. Lo digital estaba en pañales y ya no había instrumentos analógicos -así que fue una fase muy extraña. El concepto estadounidense de sintes como ARP, Moog, Sequential Circuits, pasó al concepto japonés de Yamaha».
«Cambió el modo de trabajar el sonido. Pasamos a usar más los presets, a transformarlos y procesarlos, más que a crear sonidos desde cero. Empecé a usar plugins al pasarme a Pro Tools. Más para procesar sonidos que para crearlos. O sea, usé más plugins de compresión, delays y ecualizadores que otros que generasen sonido. Eso fue después. Si lo pienso, creo que ocurrió con Native Instruments. Los sintetizadores en formato plugin empezaron a parecerme algo creíble».
La victoria del software
«Recuerdo que cuando salío Monark me llamó alguien de Native Instruments y me dijo que sabía que yo tenía varios Minimoog y que querían saber qué opinaba de Monark porque consideraban que se acercaba mucho más al [sonido de] Minimoog que otras versiones. Estaba en Londres en un estudio y me pasé unas horas haciendo pruebas. Quedé muy impresionado porque se le acerca mucho. Creo que Monark me gusta más que el nuevo sintetizador físico de Moog».
«Si lo digo es porque no me importa, no me patrocinan. Lo digo como músico: Hoy día prefiero trabajar en Monark a usar Moog Voyager. Los desarrolladores ya entienden que hay que añadir algo aleatorio. La maravilla que NI ha hecho con Monark es crear los detalles aleatorios propios del procesamiento analógico».
A veces uso Massive y Razor de formas muy distintas. Añado pads extraños detrás de algo que ya había grabado. Sólo para añadir una capa…
«Creo que muchos desarrolladores se obsesionan con intentar crear versiones plugin de sintetizadores analógicos existentes, aunque para mí lo interesante es idear nuevos conceptos. Si por ejemplo coges Massive, es algo que nunca existió como objeto físico. Un solo plugin dio lugar a un nuevo género musical como el dubstep. Y no tiene nada que ver con recuperar un instrumento anterior. Es algo nuevo. Es lo que me gusta. Ya es hora de que los desarrolladores imiten a la gente de antes: cuando Moog empezó a crear su Moog Modular, no intentaba reproducir ningún concepto ya existente, e hizo bien, porque no existía nada igual. Hoy ocurre lo mismo. Los sonidos de Massive y Razor no son posibles con ninguna otra cosa».
«A veces uso Massive y Razor de formas muy distintas. Añado pads extraños detrás de algo que ya había grabado. Sólo para añadir una capa. Es muy sutil. Me hace gracia hablar de Massive y decir que puede ser sutil, porque Massive tiene fama de tener un sonido brutal por el dubstep, el sonido de Skrillex, todo ese tipo de cosas. Pero yo a veces lo uso de forma muy sutil, para dar profundidad, como si en una peli hay una luz a 50 metros del actor, sólo para aportar una perspectiva distinta».
Electronica, el álbum retrospectivo de Jean-Michel Jarre
«Mi nuevo álbum ha sido un proyecto muy interesante en muchos aspectos, he colaborado con músicos de cuatro o cinco décadas de música electrónica, y también con distintas generaciones de instrumentos electrónicos. Uno de los mejores ejemplos es el tema Close Your Eyes, que he creado con Air. Se nos ocurrió que estaría bien empezar la canción con instrumentos de los inicios de la música electrónica, y continuarla usando distintas generaciones y familias de instrumentos».
«Después la grabadora de cinta, bucles y sonidos de los años 50 y 60, y luego plugins. Y en medio, Moogs modulares, sintes polifónicos, digitales y demás. Empecé creando la primera intro con unos osciladores que encontré en Berlín y París. Creé el ritmo calculando el tempo con la velocidad de la cinta. Por ejemplo, un tempo de 120BPM son dos segundos… 15 pulgadas/segundo: un compás son 7,5 pulgadas. Si quieres una corchea o semi, divides por centímetros y se edita el bucle de esta forma».
«Luego lo pasé a una caja de ritmos para crear el ritmo del resto de la canción, y terminé con FM8, Massive y Monark. Y en medio, ARP2600 y Moog. Air también usó el vocoder para grabar. Y el emulador de Fairlight. En fin, abarcamos casi toda la historia de los instrumentos electrónicos en una única canción. Para mí ha supuesto un viaje iniciático confrontar mis hábitos musicales con gigantes como Tangerine Dream, Gesaffelstein, Fuck Buttons, Moby, Air, Massive Attack y John Carpenter. Muchos músicos. Por cada uno de ellos hay un motivo, un vínculo».
Hoy día prefiero trabajar en Monark a usar Voyager. Los desarrolladores ya entienden que hay que añadir algo aleatorio…
«Tengo que decir algo aunque lo quitéis del montaje. Lo voy a decir: Empecé este proceso usando ProTools y sintetizadores analógicos, y acabé usando Ableton Live y plugins de Native Instruments. Y cuanto más me adentraba en la producción final del proyecto, más usaba los plugins y el DAW, y menos usaba esta consola SSL. Aunque respeto mucho la herramienta, no encaja en mi forma actual de crear sonidos y música. Es la seña de este proyecto, que cubre distintos géneros de electrónica. Pero además, el proceso cambió mi forma de pensar y mi enfoque sobre la electrónica y el uso de instrumentos, actual y futuro».
«Y en cierto modo, al grabar el álbum, casi cambié radicalmente de costumbres. Hay que buscar cada ocasión que surja para romper tus propios hábitos, para mantener la frescura. La evolución de la tecnología me ayuda a mantenerla».