El entorno para mástering
Si pensabas que los estudios de grabación cuidaban la acústica y la calidad de los equipos, los estudios de mástering están a un nivel superior. Como el proceso de mástering comprueba la calidad de los temas creados en los estudios de grabación, es lógico que el equipo de reproducción y el tratamiento acústico en la masterización ofrezca un sonido aún más neutral y revelador –para que así el producto terminado posea la mayor calidad sonora. La acústica de estudio es de vital importancia en una suite de mástering, y no se repara en gastos para comprobar que el entorno ofrezca una respuesta en frecuencia plana, neutral y libre de reverberaciones excesivas, ondas estacionarias y demás problemas acústicos.
Sobra decir que los monitores deben ser de la más alta calidad. Se debate si es preferible tener subwoofers o sistemas de rango completo, pero sea como sea, el sistema de audio debe ofrecer una reproducción neutral y sin colorear en todo el espectro de frecuencias. Es importante la conversión D/ A para que los monitores se alimenten con una señal de alta calidad –y también lo es la conversión A/ D, para imprimir la copia máster terminada de nuevo en formato digital. Algunos ingenieros de mástering aún prefieren imprimir la copia máster acabada en una máquina de cinta de dos pistas y alta calidad, aunque el declive en la popularidad de las cintas también se ha reflejado en el mástering.
Los elementos más importantes y quizá los más olvidados en el proceso de masterización son ¡los oídos! En el proceso de mástering, es esencial que el ingeniero posea una bien desarrollada capacidad para oír música y analizarla con detalle. Por suerte, el oído se entrena –aunque escapa al alcance de este artículo explicar cómo desarrollar las habilidades para escuchar crítica y analíticamente– así que no te deprimas si no posees unos oídos privilegiados. Con algo de trabajo y un entrenamiento cuidadoso que utilice una gran variedad de grabaciones, casi cualquiera aprenderá cómo usar sus oídos a un nivel bastante alto. Como en tantos otros aspectos de la creación y producción musical, la perfección se alcanza con la práctica.