Tiro la casa por la ventana y me dispongo a comprar la configuración más poderosa de MacBook Pro de 16 pulgadas que ahora está disponible –bueno, ya me gustaría…
Lee todos los detalles del nuevo MacBook Pro con pantalla Retina ampliada de 16 pulgadas
Tras asistir expectante (e informativo por mi trabajo periodístico) a la presentación del renovado MacBook Pro de 16 pulgadas con pantalla Retina, lo primero que se me ocurre es pensar en la configuración tope de gama. Y es que poniéndome en el contexto de aquella remota posibilidad de si me hubiese tocado la lotería o fuese agraciado con una herencia de un tío millonario, yo me lo fundiría ahora en un ordenador todoperoso (mientras que otros comprarían cochazos, o sintetizadores añejos, ¡que también molan!).
Hablando más en serio –sólo un poco– está bien pensar en aquellos productores musicales hardcore de altos vuelos y otros profesionales que decidan invertir DINERO en el último grito de informática portátil de Apple. Y con ellos en mente, además de otros lectores morbosos, voy a pensar que hoy compraré la unidad MacBook Pro de 16 pulgadas más poderosa en la Apple Store.
MacBook Pro de 16 pulgadas a tope de gama… ¡Brutal!
Los detalles y opciones de configuración técnicas de este nuevo MacBook Pro con pantalla ampliada representan un salto tan grande en comparación con los modelos precedentes que su performance se ve aumentado hasta en un 80 por ciento. «Si disparo hacia lo más alto, me encontraré con un exterior estándar, pero con lo bueno por dentro«, puedo pensar por aquello de justificar el estacazo a mi cuenta. Y en esas me encontraría con…
- Procesadores Intel Core i9 de novena generación con ocho núcleos
- Hasta 64GB de memoria RAM
- Un máximo de 8TB de espacio de almacenamiento SSD de alto rendimiento
- Gráficos AMD Radeon 5000M con 8GB de VRAM dedicada
Espera… Todo eso que acabo de mencionar es una suma de funcionalidades (y de costes) que se añaden a la configuración básica de mi MacBook Pro de 16 pulgadas. Pero de partida, yo no evolucionaría desde el modelo más bajo (2.699€), sino del que cuesta 3.199€. El salto del procesador i9 de 2,3GHz (Turbo Boost 4,8GHz) al i9 de 2,4GHz (TB 5GHz), me supone 220€; invertiría otros 960€ por tener 64GB de RAM DDR4, más otros 120€ por el sistema gráfico Radeon Pro 5500M con 8GB VRAM GDDR6; y la adición del SSD de 8TB me supondría la friolera de 2.640€, casi el precio de un MacBook Pro 16 básico por sí solo… En total, serían 3.940€ en extras que, sumados al precio base, me pasarían una factura de 7.139€.
En caso de necesitarlo, aún tendría la posibilidad de adquirir licencias de Logic Pro X o Final Cut Pro X por 229,99 y 329,99€, respectivamente. Y así estarían las cosas si lo que se quisiera fuese aspirar al disfrute operativo de la cúspide tecnológica de Apple en la gama MacBook Pro.
Antes de que los críticos habituales me coman, os diré que, por supuesto, es una suma indecente de dinero en informática; pero también hay que decir que no sería un ordenador para ejecutar cuatro plugins freeware y hacer un tema musical enlatado con un puñado de loops… Esos 7.139€ aseguran una herramienta profesional de productividad, y se me ocurren unos cuantos tipos que no les importará invertir ese presupuesto si a cambio se benefician de un incremento notable en prestaciones, o de una actualización ingente de lo que ya usan.
Por descontado, también supone un bello camino para darse un capricho y asestar un buen mordisco a una cuenta de resultados, o justificarlo como gasto de inmovilizado para tu actividad profesional (quien pueda).