La masterización es algo habitual en Future Music: ¡Marchando otra de mastering con DAW!
Cuando se trata de masterización, los enfoques pueden ser muy diferentes. Pero en lo que toca al mastering con DAW, puede ser que estés realizando tú mismo tus propias masterizaciones usando las herramientas que te provee tu software, o quizá prepares mezclas cuyo mastering posterior será solventado por un experto, ya sea un técnico o un ingeniero.
Sea cuál sea tu caso, lo cierto es que las técnicas y recomendaciones que reflejamos en esta pequeña guía contribuyen a obtener acabados de alta calidad. Y dado que son consejos de mastering con DAW más que probados y a tu alcance, harás bien en seguirlos para tu propio beneficio y el de tus producciones musicales. Pues no se hable más y vayamos con lo que nos importa…
Cuando tus oídos son como tu nariz: ¡Dales un respiro!
1 A todos nos ocurre: Cuando hemos dedicado bastante tiempo para trabajar sobre una mezcla –y suele ser siempre así–, acumularemos centenares de escuchas atentas con demasiada concentración sobre el tema musical en cuestión. Y en esas circunstancias, la percepción de tu cerebro a través de un oído fatigado no te dejará tomar las mejores decisiones de masterización.
Si de verdad te dispones a hacer tu mastering con DAW sobre esa producción, mejor deja un tiempo prudencial antes de abordar esa etapa decisiva. La técnica es variopinta, desde un mínimo de 48 horas de descanso entre mezcla y masterización para un solo tema, a casos extremos de productores que conocemos que se toman varios meses para acabar un álbum al completo y luego abordan el mastering en una etapa final. Tú eliges, pero no satures tu oído, y al final notarás que es una de las mejores tácticas.
Prepara versiones accesorias de tus mezclas
2 Cuando decidas recurrir a los servicios de un técnico o ingeniero de masterización, no deberías atosigarle con decenas y decenas de archivos. Pero piensa que en ese caso, dichos profesionales no podrán recurrir a pasajes, pistas y elementos aislados de tu producción, por lo que podría ser una buena idea proporcionarles dos o tres pre-másters alternativos.
Tal vez no te acabe de convencer el nivel de una línea principal de voz, por ejemplo, y en tal caso harías bien en preparar dos variantes de la mezcla: una que presente dicha pista a un nivel ligeramente superior respecto de la otra, ya coges la idea. De una forma similar, podrías concluir algunos experimentos con la compresión dinámica en el bus máster y haber conseguido un «pegamento» interesante sobre la mezcla –pues lo mismo, haz un volcado con dicha compresión activada y otro sin ella, para siempre tener las espaldas cubiertas. Todo esto es genial, pero de nada vale sin no marcas esos detalles en los archivos para ofrecer opciones de trabajo a quienes se encarguen del mastering; incluso tú agradecerás ese método si solventas más tarde el mastering con DAW.
Alterna entre dos o más grupos de parámetros
3 Es una magnífica idea que prepares varias configuraciones de procesamiento en tu DAW o editor, y que tengas la opción de conmutar fácilmente entre agrupaciones de parámetros. Y es que esa facilidad de hacer comparaciones de tipo A/B a golpe de clic entre dos o más configuraciones, te permitirá tomar decisiones basándote en rápidas sensaciones auditivas.
Será como tener la capacidad de cerrar tus ojos para no dejarte influir por lo que veas en pantalla, y ser capaz de guiarte por la única percepción de tu oído –justo a eso nos referimos.
Ganancia de compensación para mastering con DAW
4 Tras cada acción de masterización que definas y hagas, deberías hacer un empleo metódico de la ganancia de compensación (o makeup gain como dicen los guiris). Y es que la intención es retornar la señal procesada al nivel percibido de volumen que la señal precedente. Un consejo adicional para esto es que confíes en tu oído en lugar de los medidores.
Un nivel seguro para facilitar el trabajo de terceros es que mantengas tu nivel maestro principal a -3dBFS (ojo, hablamos de FS, o Fondo de eScala, no VU)…
La forma correcta de empezar y acabar sin sorpresas
5 Puede que esta no sea la fase más emocionante del proceso de producción musical, sin embargo, ten en cuenta los detalles prácticos cuando el técnico o ingeniero de mastering se dispongan a introducir fundidos de entrada y salida sobre los temas que mastericen.
Es una buena táctica general que mantengas un segundo o dos de silencio antes de que comience el primer elemento del tema; y por extensión, que mantengas algo de silencio remanente cuando el sonido haya desaparecido al final. Atendiendo a estas recomendaciones, empieza en tu DAW los temas en el cuarto compás, por ejemplo, y estarás observando sin darte cuenta esta técnica.
Prueba y error con plugins
6 Muchos ingenieros de masterización profesional se dedican a probar varios procesadores de un tipo determinado para encontrar el más idóneo sobre un material fuente dado.
Cuando tú hagas el mastering con DAW, podrías emplear sin problemas una orientación similar: No tengas reparos en hacer esto mismo, y prueba todos los plugins que puedas o tengas a tu alcance si lo que deseas es encontrar el procesamiento más adecuado según tu material. En esta tarea, vienen al pelo los plazos de evaluación gratuita (o trial) que ofrecen casi todos los desarrolladores de plugins antes de que aflojes tu dinero. Y eso hablando de procesadores comerciales, porque de freeware y versiones limitadas no hay excusas para probar y decidir.
Enfoque práctico de mastering con DAW: Agrupa, aísla y gana
7 El proceso de la masterización con stems de pistas es un trabajo que implica tanto la mezcla como el mastering. Y esto es radicalmente diferente de las tareas de masterización clásica, que ponen a ingenieros trabajando frente a los archivos estéreo de premáster para cada tema. Cuando se vuelcan múltiples fuentes de audio desde un proyecto de mezcla, el ingeniero puede ocuparse del mastering sobre la mezcla general como de costumbre; pero yendo más lejos, tiene asimismo la posibilidad de modificar y procesar cada fuente por separado. Y por descontado, este enfoque avanzado de mastering con DAW ofrece un control muy ampliado sobre lo que se obtiene al final.
Ten en cuenta esa metodología si te encargas de tu propio mastering con DAW u otro editor. Pero si decides entregar tus temas separados por stems para su masterización a cargo de terceros, establece categorías sonoras dentro de cada proyecto, generando grupos de frecuencias relacionadas. Los retornos auxiliares de efectos deberían estar en el lugar adecuado, es decir dentro del stem que incluya su señal original sin procesar, y nunca como elementos adicionales por separado. Después de todo el enfoque sigue siendo el de una tarea de mastering, no el de alargar la mezcla multipista hasta la eternidad.
Ten presente la ganancia, global y contrastada
8 Cuando se trata de fijar niveles dentro de una mezcla y lidiar con los problemas asociados a una estructura de ganancia, leerás muchos consejos enfrentados. Algunos expertos te dirán que fijes el máximo nivel de tu bus maestro a -6dB, y mientras tanto habrá gente que te invite a no preocuparte de esos topes…
La cuestión práctica es si de verdad hay que bajar los niveles de todos los canales de mezcla en tu proyecto antes de obtener un archivo de premáster. Atendiendo a las razones técnicas actuales, todos los DAW operan a 32 ó 64bit en coma flotante, y no deberías preocuparte demasiado de si algunas pistas o buses individuales pican ocasionalmente en el rojo. Bien es cierto que el bus maestro recortará y distorsionará ante una sobrecarga, pero de ser así, simplemente baja todos los faders individuales, o echa mano de un plugin de utilidad como primer elemento en tu cadena de mastering con DAW o un editor externo de audio. Después podrás atenuar el nivel general en una cantidad precisa para arreglar el problema.
No se trata de una regla escrita en la industria, pero tras haber trabajado con muchos técnicos e ingenieros de masterización profesional a lo largo de los años, podemos decirte que un nivel seguro para facilitar el trabajo de terceros es que mantengas tu nivel maestro principal a -3dBFS (ojo, hablamos de FS, o Fondo de eScala, no VU). Eso aún dejaría libre un techo dinámico extra o headroom para las operaciones posteriores.
Antes del mastering con DAW está el dithering –¿qué hacer?
9 El trabajo a elevadas profundidades de bit (resolución) y frecuencias de muestreo, suele implicar reducciones de dichas calidades cuando se tienen en cuenta los formatos de distribución (bien físicos como CD-Audio, o de streaming como MP3 o AAC). Y en esos términos, el dithering se convierte en una herramienta indispensable para labores de mezcla y mastering con DAW.
Como regla general, deberías echar mano del dithering sólo cuando renderices o vuelques tu audio a una profundidad de bit más baja –aunque con ciertas salvedades. Y no hagas dithering en el proceso de volcar audio a los formatos MP3, AAC, o CÓDECs similares que incluyan pérdidas de datos.
Si estás preparando archivos de 24 ó 32bit para un servicio de mástering, huye del dithering. Y mejor deja que sea el ingeniero quien se ocupe de ello desde su experiencia. Toda vez que este es un asunto complejo, hemos preparado un completo tutorial junto a Waves sobre dithering…
Sé crítico con el trabajo de los técnicos e ingenieros de mastering
10 Suele ser habitual que los técnicos e ingenieros profesionales de mastering acepten cambios o matizaciones una vez que entregan sus archivos máster acabados. Después de todo es un trabajo con cierto componente de subjetividad que acepta ajustes y opiniones, aunque eso sí, dicha subjetividad suele estar basada en años de trabajo y escucha.
También ellos pueden cometer errores, y deberías aprovechar esa apertura ante tu opinión para asegurarte de que tu tema, EP o álbum acaben sonando lo más cercanos a como te proponías. Es por esto también que hoy muchos ingenieros se especializan en la masterización de géneros musicales determinados.
En cualquier caso puede ser una buena recomendación que cargues tus archivos máster acabados en pistas estéreo de tu DAW, y los alinees junto a temas de referencia que conozcas bien de géneros musicales similares. Haz ‘solo’ en cada archivo y escucha con juicio, y si se trata de todos los temas de un álbum o EP, evalúa los niveles para que el conjunto suene dentro de un promedio. Busca cualquier discrepancia de niveles, escucha el balance tonal general, la amplitud estéreo, picos de distorsión, y cualquier cosa que te parezca inadecuada. Y si deseas que se tengan en cuenta tus opiniones y posibles cambios, toma buena nota razonada de todos ellos y haz tu petición de mejora según tus gustos y preferencias.
Lo bueno de estas recomendaciones es que resultarán aplicables a tu método personal si acabas haciendo tu propio mastering con DAW. Ponte en la situación figurada de los papeles respectivos de productor e ingeniero, y sé responsable con ambas facetas como si tú las ofrecieses como servicios comerciales y tuvieses a un cliente exigente esperando por un trabajo bien hecho.
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