Ya produzcas temas Funk desde grabaciones o sólo usando tu DAW, estas sugerencias te vendrán al pelo…
Aunque en sus inicios es una rama del jazz, el funk arraigó como género por méritos propios, desarrollando un sonido más rítmico y a menudo más tosco que el de su hermano mayor. Y si bien muchos temas funk hacen un uso intensivo de sintetizadores y samplers, hay un montón de grupos modernos que los interpretan usando sólo instrumentos no electrónicos.
La mezcla de un tema funk con instrumentos de directo no es tan difícil como parece. No tienes por qué tener hardware muy caro ni poderes mágicos para conseguir un sonido de primera –aunque cualquiera de estos elementos ayudaría. Mezclar funk es como mezclar cualquier otro género: todo lo que necesitas es práctica, buen oído y conocimiento de lo que debes escuchar. Ahí es donde entramos nosotros.
Ocho consejos prácticos a la hora de hacer mezclas funk
¡Caliéntalo!
La calidez y saturación analógicas son excelentes para realzar instrumentos pero, en general, es posible aplicar este tipo de procesamiento de forma más agresiva sobre la salida máster. Los viejos temas de jazz y funk se grabaron en cinta, así que si este es el sonido que buscas, encuentra un plugin de saturación de cinta como PSP Audioware VintageWarmer2.
Cuando menos es más
Cuanto menos le hagas a la grabación de un instrumento de directo, mejor sonará (¡siempre y cuando se haya grabado de la forma correcta!). Si ves que te pasas horas y horas con los ajustes de EQ o compresión sin ver el final, vuelve hacia atrás y piensa en lo que necesita realmente el instrumento. Recuerda que intentas presentarlo de la forma más natural posible, así que quizá todo lo que necesita es un poco de reverb y un ligero ajuste del nivel.
Bajos a mansalva
Si tu banda lleva un contrabajo, hay un par de cosas que puedes hacer para que resalte. Los contrabajos responden bien a una distorsión muy leve, así que usa un plugin de distorsión para realzar el carácter del instrumento. Si el tema lleva batería –en particular un bombo que retumba– quizá sea necesario bajarla un poco para dejar sitio al contrabajo. Esto no debería afectar a la mezcla sino más bien al contrario, sacará el sonido completo del bajo sin poner en peligro el ritmo.
No tan alto
El funk es uno de los pocos géneros que ha regresado ileso de las guerras de volumen. Este género no requiere un sonido inmenso y, por supuesto, no necesita llegar hasta las fronteras del clipping. No te preocupes si tienes que subir un poco los altavoces mientras mezclas: esa falta de volumen te ayudará a preservar la dinámica de la mezcla. Si estás realmente preocupado de que suene demasiado tranquilo, despreocúpate: lo podrás arreglar en la fase de masterización sin miedo a estropear la dinámica.
Notas malas
Los músicos de jazz y funk no son siempre perfectos, y puesto que al tocar en directo se usa a menudo una instrumentación variada en lugar de loops repetidos, hay más posibilidades de que tocar notas erróneas o fuera de tiempo –y a veces no las detectarás hasta llegar a la mezcla final. Si dispones de software para corrección de tono como Celemony Melodyne, úsalo con moderación para corregir, alargar o acortar notas erróneas. Enfatizamos la idea «con moderación»: cada instrumento tendrá su propio carácter, y no es difícil pasarse de la raya al corregir una nota y hacer que suene fuera de lugar.
El hombre del piano
Los pianos de cola son a menudo una pesadilla durante la mezcla. Es posible que desbaraten la panoramización a medida que el intérprete se desplaza por el teclado y los micros captan las señales emitidas por las cuerdas golpeadas. Si esto sucede en tu tema, panoramiza el piano al espacio que creas que «le corresponde» en la mezcla, y automatiza siempre que creas que se sale de dicha posición. Usa también la automatización en otros instrumentos si sientes que se descolocan. Por ejemplo, quizá tengas que hacer ajustes de EQ para compensar que un interprete esté tocando su instrumento más fuerte de lo habitual en un compás acentuado.
Máster mono
Aunque solemos exportar nuestras mezclas funk en estéreo, muchos productores defienden que hay que exportar también la mezcla final en mono –una táctica que está imponiéndose en los círculos del jazz. Muchas grabaciones pioneras estaban en mono, lo que le aportaba a la música cierta inmediatez y pegada. De modo que, si tienes un gran tema denso sin mucha panoramización y quieres que pegue fuerte, quizá saques provecho de un tratamiento mono.
¡Extra, extra!
Tal vez tus grabaciones contengan artefactos de los propios instrumentos, como el sutil bombeo de los apagadores de un piano, o el chirrido de una gran tuba. Podrías desembarazarte completamente de estos sonidos, pero dejando algunos o todos tal vez realces la atmósfera y textura del tema -siempre que no sean demasiado evidentes ni entren en conflicto con ninguna nota. Dicho esto, ¡líbrate del sonido de la saliva de tu sección de metales! –nadie querrá escucharlo.