Te remitimos a nuestro truco de procesamiento de Guitarras en plan The Edge, donde demostramos que el sample más soso se calienta a conciencia con varias cadenas plagadas de efectos, accesibles vía buses…
Pon un delay como primer elemento de las cadenas y notarás que el caos se extiende como una mancha. Si no te conviene que se escuche previamente el sonido seco, no te compliques: desvirtúa la muestra original hasta quedar satisfecho, y aplica los efectos sobre la nueva versión. Para este tipo de “destrucción” previa, usa los slots de inserción en lugar de alterar el audio explícitamente.
En el archivo de apoyo, partimos de un colchón, bajo, ritmos y un gancho interpretado por el sinte solista, que en un principio no era más que un timbre de piano. Sonaba seco y poco interesante, pero evitamos la tentación de bañarlo en reverb, y optamos en su lugar por una distorsión. El resultado atravesó una serie de filtros resonantes en modo paso-bajo. Un LFO los abre y cierra, generando cantidad de interacciones –también va enganchado al filtro para modular la resonancia a lo largo del sample–. Ahora que sabes cómo lo hicimos, te parecerá fácil, pero ojo: si te pones a añadir instancias de plug-ins sin ton ni son, obtendrás un galimatías en lugar de una obra de arte.
Descarga el archivo de apoyo.