Bertolt Meyer es un profesor alemán apasionado de los sintetizadores, y lo que hizo nos dice mucho acerca de sus destrezas con la propia electrónica…
Cuando no está dando clases de Psicología en la Universidad Técnica de Chemnitz (Alemania), Bertolt Meyer se dedica a crear música e innovar con la base de lo que más le gusta, la propia tecnología electrónica. El problema de Meyer es que nació con una seria malformación en su brazo izquierdo, pero gracias al desarrollo de la biotecnología, pudo disponer de un avanzado antebrazo protésico i-LIMB –que más bien es una mano alargada. Este dispositivo convierte las señales eléctricas de sus músculos en movimientos reales de la muñeca y los dedos artificiales. Y de ese modo, sin más y con todo lo que eso implica en términos de biomecánica y electrónica de vanguardia, esa prótesis le permitió hacer de la música algo más que una simple distracción.
Bertolt llevaba algunos años ofreciendo su trabajo como productor de música electrónica y DJ, pero no era capaz de acceder a los knobs de sus sintes y otros dispositivos musicales de una forma natural y precisa. Su idea pasó entonces por modificar su brazo biónico para que le hiciese capaz de controlar sus equipos empleando sus propios pensamientos… ¿Puedes imaginar una maniobra de technohacking más profunda que esa?
KOMA Elektronik, electrónica modular, y la felicidad creativa de Bertolt Meyer
El vídeo que tenemos en la cúspide de esta noticia nos deja bien claros los pasos que Meyer tomó para lograr su proyecto. En el proceso fue vital la contribución de los ingenieros de la marca KOMA Elektronik, ases de los sintetizadores modulares, porque juntos diseñaron un accesorio capaz de reemplazar la mano. Todo acabó en SynLimb, otra prótesis que lejos de permitir la manipulación física de objetos, convierte las señales neuronales del operador en tensiones de control CV para equipos musicales compatibles con dicho estándar.
El propio Bertolt Meyer asegura que el dispositivo toma el lugar reservado para la mano biónica en la prótesis de su brazo, y entonces SynLimb traduce las señales de los electrodos recogidos por la prótesis en voltajes de control que le permiten controlar un sintetizador modular. De este modo, el dispositivo SynLimb establece un vínculo directo del sintesista con su instrumento, pasando a controlar los parámetros sonoros desde las señales que su cerebro destinaría para mover su mano izquierda. «Y para mí, esto es como controlar el sintetizador con mis propios pensamientos», afirma este intrépido profesor alemán. Visto de este modo, nuestro protagonista siente y controla su música electrónica de una forma mucho más orgánica que cualquiera de nosotros, podríamos decir. Y después de todo, Bertolt Meyer está realmente conectado a sus sintetizadores.