En su momento, allá por 1996, la revolucionaria e innovadora Roland MC-303 inauguró el fenómeno Groovebox. Un par de años después, fue sucedida por su hermana mayor, MC-505, y en 2002 llegó MC-909, la unidad MC más grande desarrollada por Roland.
La popular marca nipona promocionaba MC-909 como «un nuevo tipo de workstation musical profesional», y aunque las secuencias y la síntesis seguían siendo uno de sus puntos fuertes, la unidad también incorporaba un sampler con 16MB ampliables hasta 272MB mediante tarjetas SmartMedia. Y para facilitarte la vida, podía importar samples en formatos WAV y AIFF a través de su puerto USB.
La gran pantalla LCD de formas de onda que preside MC-909 aligeraba y aceleraba la edición de samples, que ofrece funciones de timestretching, pitchshifting y rebanado/mapeado para sincronizar el tempo de los loops muestreados a tus secuencias MIDI. Además, es capaz de utilizar formas de onda muestreadas en su sección de sintetizador.
Su arquitectura de síntesis digital se basa en una revisión actualizada del motor XV con 64 voces de polifonía, mientras que la edición de patches no presenta ningún problema gracias a la abundante cantidad de controles en tiempo real que brindan los knobs, faders y botones del panel frontal. La interacción manual con MC-909 se completa con dos controladores ‘D-Beam’, y la síntesis interna es ampliable con tarjetas SRX opcionales.
La guinda del pastel la ponía un secuenciador interno de 16 pistas que admite resoluciones de hasta 480PPQN y patrones de hasta 998 compases, y que permite exportar las secuencias generadas como archivos SMF (vía USB).
Disponibilidad actual
No llegó a igualar los éxitos de ventas de sus hermanas pequeñas MC-303 y 505, pero MC-909 también supuso para Roland un producto de gran demanda. Así las cosas, el mercado de ocasión abunda en unidades MC-909, cuyos precios en 2014 varían entre 400 y 700€, dependiendo de las opciones de ampliación (memoria RAM y tarjetas de sonidos SRX) y el estado general de la máquina.