Este movimiento de marcas apunta hacia un margen adicional de protección frente a otras compañías: Los japoneses de Roland TR-808, TR-909 y TB-303 aseguran sus diseños…
Una rápida búsqueda en los listados de la DPMA, la Oficina Alemana de Patentes y Marcas, arroja resultados de dos patentes recientes de Roland en el marco de Alemania. Son en concreto los antiguos diseños de la caja de ritmos Roland TR-808 y la bassline TB-303 (enlaces a dichas patentes, 1 y 2), dos instrumentos icónicos de la música electrónica. ¿Y cómo es que Roland se esfuerza por hacer este movimiento ahora, después de tantos años de historia?
Al parecer, la marca nipona también renovó los registros de sus patentes para Roland TR-808 y TR-909 en 2018 frente al mercado de EUA (con los números 87769864 y 87769891 en la oficina de USPTO). Y bien pudiera ser que todas estas acciones sirvan como un margen actualizado de protección jurídica frente a otras compañías que pretendan aprovecharse de su patrimonio. Su interés por estos asuntos está bien claro en la página que mantienen a tan efecto (enlace al final de la noticia), algo lógico en cualquier caso al tratarse de una empresa multinacional de gran relevancia.
¿Se trata de un movimiento extraño y realizado a toda prisa?
En nuestra Redacción no tenemos a ningún abogado experto en marcas y patentes, pero todos nos preguntamos por qué Roland no tomó antes este camino y sí lo hace ahora. Quizá el inminente lanzamiento de Behringer RD-808, una caja de ritmos descrita por sus creadores como «un homenaje» a la Roland TR-808 original, pueda tener su peso en todo este asunto. Aunque bien es cierto que antes se lanzaron muchos otros instrumentos inspirados en clásicos de Roland, tanto hardware como software. Incluso la propia Roland ofrece en su gama Boutique la caja de ritmos TR-08 y el sintetizador TB-03 (además de TR-09), con diseños fuertemente inspirados en los populares ancestros.
Uli Behringer, fundador y CEO de la compañía que lleva su nombre, argumentaba en 2018 que «la tecnología es gratuita para que cualquiera la use, a menos que esté protegida». Y lo hacía en un análisis en el que se refería al «concepto erróneo que rodea a la propiedad intelectual». Sobre la estrategia de desarrollo de productos en Behringer, afirmaba: «Uno debe ser claro acerca de la distinción entre copiar descaradamente el producto de otra persona y el principio de ingeniería inversa. Copiar un producto 1: 1 es claramente ilegal; sin embargo, la ingeniería inversa es algo que tiene lugar todos los días y se acepta como parte de un proceso de desarrollo del producto conocido como evaluación comparativa».
El mercado de la tecnología musical no es ajeno a este tipo de disputas en torno a la propiedad intelectual. Sin ir más lejos, recordamos el caso que la propia Roland llevó adelante en 2003 frente al creador del popular softsinte Juno X2. al incidir en que éste se basaba en un sintetizador clásico de la marca y se aprovechaba de su nombre. Y aunque otros célebres desarrollos como Propellerhead ReBirth RB-338 sí contaron inicialmente con su aprobación, más tarde también se toparon con problemas por las mismas razones.
E incluso Roland va mucho más lejos en su protección: la patente alemana de la DPMA para TB-303 cubre la clase de Niza 25 para todo tipo de artículos textiles (ropa, gorras, pulseras, etc), además de cualquier calzado. Sin embargo no lo hacen muy bien, porque ateniéndonos a ese registro, podríamos crear y vender camisetas con el diseño de Roland TR-808 en Alemania, por ejemplo, sin infringir ninguna patente, ya que dicho supuesto no está cubierto.
Anécdotas aparte, seguro que veremos más entregas de esta truculenta serie. Y si de algo podemos estar seguros es de que no hemos sido los únicos en realizar estas prospecciones en cuanto a las patentes clásicas de Roland.