Mezclar música implica afrontar muchas adversidades pero, afortunadamente, hay maneras de solventar estos obstáculos. ¿Quieres pautas para mantener la perspectiva al mezclar música?
La acción de mezclar música es un arte y una ciencia y, por ello, requiere de grandes dosis de trabajo y talento. Dicho esfuerzo, tanto físico (pocas horas de sueño, comida rápida, sedentarismo, etc) como mental (desgaste intelectual, falta de enfoque, preocupaciones, etc), puede llegar a consumirte mucha energía.
Todo esto perjudica no sólo nuestra salud, sino también nuestro trabajo, llegando a veces a hacernos perder objetividad y frescura tras largas horas de dedicación. Lo que, generalmente, redunda en una peor productividad y en resultados de menor calidad. Además de esto, cuando por fin llegas al punto en el que debes redondear el trabajo y definir los detalles, normalmente coincide con el momento en que ya has perdido toda perspectiva y eres incapaz de detectar las sutilezas, las pequeñas diferencias que existen en la mezcla. ¿Y qué puede ocurrir en esta situación? Pues, lo más probable es que tomes algunas decisiones difíciles en la dirección equivocada y, potencialmente, estropees el trabajo que tanto esfuerzo te ha costado.
Mezclar música implica enfrentarse a esta adversidades pero, afortunadamente, hay algunas maneras de solventar estas complicadas situaciones. Antes de nada, hay que tener claro que es muy importante mantener la perspectiva, ser metódicos en nuestro trabajo, saber cuándo debemos parar, cuándo hay que tomar distancia y cuándo y dónde debemos retomar la mezcla de audio. Siguiendo algunas de estas pautas, tienes muchas posibilidades, al final, de que tu trabajo suene bien, coherente y profesional, sin dejarte tu salud física y mental en el camino.
¿Cuáles son esas pautas para mantener la perspectiva al mezclar música?
Aquí te ofrecemos no menos de siete consejos para ayudarte a mantener las cosas en su sano juicio mientras te dedicas a mezclar música…
1 Tus principales herramientas, a la hora de mezclar música, son tus oídos. Si por un uso excesivo o por otros factores de los que hemos mencionado antes, tus oídos están fatigados, debes parar. Esa es la primera norma y tal vez la más importante de todas. Tómate el tiempo necesario para que tus oídos estén descansados. Asegúrate de tomar descansos frecuentes, por ejemplo, un descanso de diez minutos cada hora o también puedes seguir la regla 90/20, esto quiere decir, parar 20 minutos cada 90 minutos.
A veces es tan importante pasar un tiempo sin escuchar la mezcla como escuchándola. De esta manera, tus oídos se actualizarán cuando retomes tu trabajo…
2 Mezclar música es como desenvolverte entre una serie de acertijos de lógica. Por este motivo, el enfoque debe ser metódico. En muchos casos, una determinada acción afectará a algo más en la mezcla. Es importante, por tanto, prestar una cuidadosa atención a los cambios sutiles para comprender cómo influyen en las otras pistas. Intenta moverte entre la mezcla objetiva y la mezcla subjetiva, esto te ayudará a resolver de una forma exitosa este rompecabezas en el que muchas veces se convierte una mezcla de audio.
3 La función ‘Solo’ es una herramienta peligrosa. Si bien, en muchas ocasiones, esta función resulta esencial para aislar una pista con el fin de pulirla al margen del resto, al escuchar una señal aislada pierdes la referencia de cómo interactúa con el resto de la mezcla. Está bien para un instrumento solista cuando deseas comprobar si hay algún problema en el rendimiento o en la forma en la que se ha procesado una señal de audio, pero debes intentar salir rápidamente de esta situación y trabajar con la señal en el contexto de la mezcla completa.
Una opción mas adecuada es destacar, subiendo el nivel, la pista sobre la que quieres trabajar o sobre la que necesitas saber si hay algún problema. De esta manera, aunque no tienes una referencia perfecta del contexto, tendrás una base de comparación más adecuada para analizar la pista de audio.
4 Mezcla tu trabajo con diferentes altavoces y en diferentes ambientes acústicos, en particular en los entornos donde normalmente escuchas música. Si tienes alguna duda sobre cómo puede estar sonando un determinado instrumento en la mezcla, tendrás una información más clara si conoces tus altavoces.
Es muy recomendable escuchar la mezcla de audio en el mayor número posible de entornos. Todas esas situaciones de escucha del mundo real están bastante alejadas de una sala acústicamente tratada. También existen en el mercado herramientas que te pueden ser muy útiles para esta tarea como, por ejemplo, Audified MixChecker: un plugin capaz de convertir tus monitores de estudio en una multitud de dispositivos de escucha totalmente diferentes.
5 Ten a mano un conjunto de canciones con las que estés familiarizado, para que te sirvan de referencia a la hora de mezclar música. Crea una lista de reproducción con canciones que conozcas perfectamente, de esta manera tendrás una base segura sobre la que apoyarte para comparar tus mezclas. Si el cliente participa de esta etapa de la producción, puedes pedirle que te sugiera también sus referencias musicales.
6 Recuerda lo que hemos mencionado antes: tu herramienta principal son tus oídos. En muchas ocasiones, tendemos a mezclar con la vista y no con el oído. Entonces, una buena recomendación es que, en diferentes puntos de la mezcla, apagues la pantalla del ordenador y sólo escuches la música. Te sorprenderás de lo que puedes escuchar cuando no estás mirando la pantalla.
7 Cuando termines la mezcla de audio, déjala a un lado y vuelve a escucharla de nuevo al día siguiente. Este descanso físico y psicológico te ofrecerá una perspectiva mucho más fresca antes de enviar la mezcla al cliente final.
Si sigues estos consejos durante el proceso, mezclar música te resultará un trabajo agradecido, motivador e ilusionante. Aprenderás y crecerás a través de la experiencia, te sentirás seguro con tu trabajo y, sin duda, disfrutarás mucho más de tu profesión.
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