Le ocurre a más gente de la que puedes pensar: la sinestesia existe y está científicamente comprobada… ¿Disfunción o una capacidad extraordinaria? Lo analizamos a continuación…
A veces, cuando estamos relajados y el entorno está en calma, cerramos los ojos y nuestra mente es capaz de reproducir visualmente cosas que en ese momento no estamos viendo. En ese instante somos capaces de ver imágenes o colores sin abrir los ojos.
Otras veces, en el silencio más absoluto, también podemos escuchar sonidos o ruidos que no están ahí, sino que es nuestra mente la que consigue traerlos hacia la realidad. El cerebro humano es un sistema muy complejo del cual, a pesar de los inmensos avances científicos, conocemos todavía muy poco. Y lo que es más importante aún, lo infrautilizamos.
Una de las capacidades que tiene el cerebro es la de no limitar un estímulo a un sentido determinado. Por ejemplo, los colores a la visión o los sonidos a la audición. Hay gente que puede oír colores o saborear sonidos. Muchas veces describimos una pieza musical como amarga o dulce. Pues bien, esa suele ser una descripción metafórica de la música, pero hay gente que realmente al oír una música siente un sabor dulce -o amargo- en la boca.
Este proceso es más común de lo que puede parecer y se denomina sinestesia. Se trata de la percepción de varias sensaciones que proceden de diferentes sentidos y, además, actúan en el mismo momento. Se produce cuando un estímulo sensorial provoca dos o más sensaciones distintas. Por ejemplo, se puede visualizar una nota SI bemol de color amarillo o percibir una sensación gustativa al tocar un objeto de una textura determinada.
Algo que resulta aun más curioso es el hecho de que incluso una persona que se ha quedado ciega y tiene esta capacidad de sinestesia, puede seguir viendo colores cuando oye determinadas palabras aun con los órganos de la visión dañados…
Al ser un acto involuntario, que en muchas ocasiones puede causar cierta confusión, algunos investigadores consideran que la sinestesia es un error, una anomalía, algo que está funcionando mal en nuestro cuerpo. Sin embargo, otros lo ven simplemente como una capacidad diferente, distinta, pero no un tipo de disfunción sino más bien todo lo contrario. Según estudios recientes, una de cada 23 personas tiene algún tipo de sinestesia, una de las formas más comunes es la del color y los días, lunes azul, martes amarillo, etc.
Muchos estudios han demostrado que todos los bebés de menos de cuatro meses de edad presentan sinestesia y fusionan los sentidos. Esto es consecuencia de que a esa edad el cerebro aún no ha demarcado las rutas nerviosas específicas de cada sentido. Las conexiones sinápticas entre las áreas permanecen unidas y por este motivo los bebés responden de manera similar a un sonido musical que a un haz de luz brillante.
A lo largo de la historia ha habido grandes músicos con sinestesia, como Michael Torke, Nikolái Kórsakov, Duke Ellington, Jimi Hendrix, Pharrell Williams, entre muchos otros.
«Escucho una nota de alguno de los colegas de la banda y es de un color. Escucho la misma nota tocada por algún otro músico y es casi siempre de un color diferente»… Duke Ellington
Jimi Hendrix comentó en alguna ocasión que veía el acorde de DO7#9 de color púrpura, de hecho lo bautizó como “the purple chord” y es el acorde sobre el que se basa su famosa canción Purple Haze.
La música es comunicación, cultura, ciencia, diversión, introspección, pensamiento y forma parte de nuestra estructura física, espiritual y mental. Es por esto que vale la pena tomarla como lo que es, una parte esencial del ser humano y del universo en el que existimos. Por este motivo, siempre son bienvenidas nuevas formas de acercamiento a la música que nos ayuden a entender un poco más cómo se relaciona con nuestros sentidos y por qué siempre es capaz de conmovernos.
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