Una vista sencilla -dos manos y un teclado. Impactantes baterías por doquier a partir de precisos y perfectamente encajados pulso-golpes que sustituyen las baquetas por hábiles dedos. Esto nada tiene que ver con los simples patrones que nosotros somos capaces de ejecutar a tres dedos. En definitiva, que este hombre a quien casi no se le ve el rostro, puede programarse las improvisaciones que desee sin recurrir a plantillas preprogramadas de groove o a bateristas virtuales en formato plug-in. Claro que, visto lo visto, nos preguntamos si no sería capaz de hacerlo incluso mejor con una batería de verdad…