El año 2014 marcó el 30 aniversario de Steinberg, pero siempre es un buen momento para recordar la historia de Cubase, uno de los secuenciadores más importantes y el principal producto de la marca alemana…
En ciertos aspectos, la historia de Cubase posee un asombroso parecido con la de Logic. Desde sus raíces en el ordenador CBM Commodore 64 de los años 80, ambas aplicaciones musicales han crecido hasta convertirse en secuenciadores muy sofisticados. Veamos cómo Cubase hizo que Steinberg Media Technologies pasara de un humilde inicio a convertirse en una de las mayores compañías de software musical en el siglo XXI.
Steinberg Research nació en 1984, cuando el micro-ordenador americano Commodore 64 de 8bit dominaba el todavía minúsculo mundo de la música por ordenador. La compañía, formada por Karl ‘Charlie’ Steinberg y Manfred Rürup, sólo tenía un producto en su portafolio: Multitrack Recorder, un secuenciador MIDI básico de 16 pistas.
Rürup, teclista, y Steinberg, músico e ingeniero de estudio, fueron algunos de los primeros desarrolladores en adoptar el relativamente nuevo protocolo MIDI propuesto un año antes por Dave Smith desde Sequential Circuits, al darse cuenta de su enorme potencial para secuenciar música con ordenadores.
¿Qué nombre le ponemos?
Karl Steinberg y Manfred Rürup eligieron ‘Steinberg’ como nombre para la compañía, porque creían que Rürup sería difícil de pronunciar para los usuarios americanos. Su primer secuenciador Multitrack Recorder vendió poco más de 50 copias, pero su concepto evolucionó pronto hacia un producto más avanzado: Pro-16, un secuenciador MIDI de 16 pistas, también para el ordenador CBM C64.
Con su claro panel de una sola página y grabación en tiempo real, Pro-16 era un software muy potente para su época. No había discos duros al alcance de los mortales, así que el programa se cargaba desde una unidad de discos flexibles… y nadie se preocupaba por eso. De hecho, la sensación era que todo iba bastante rápido.
El germen de Cubase fue un secuenciador MIDI de 24 pistas para Atari ST y Commodore AMIGA llamado Pro-24
16 más ocho para sumar 24
En 1986, Pro-24 –sucesor de Pro-16– fue el giro que la compañía hizo hacia una plataforma nueva y excitante: Atari 520ST, de 16bit. De la mano del programador Werner Kracht, Steinberg sacó todo el partido a las capacidades MIDI y a la potencia de rendimiento de ST. La mayor memoria y el procesador más rápido de Atari hacían posible que Pro-24 ofreciese ocho pistas más que su predecesor para secuenciar, pero lo mejor es que era mucho más flexible en términos de grabación de pistas y arreglo de canciones.
Sus opciones de edición incluían notación de partituras –introducida en v2.0– cuantización, y un editor en rejilla de estilo secuenciador por pasos para la batería. Pro-24 también se ofreció en Commodore AMIGA, pero la carencia de soporte MIDI nativo en su hardware hizo que nunca fuese tan exitoso como la versión para Atari.
Llega Cubit… y nace Cubase
El ciclo de vida de Pro-24 llegó a su fin en 1989 con el nuevo secuenciador de Steinberg: Cubit. El cambio de nombre señalaba un enorme cambio del producto, con un claro panel en forma de línea temporal y un juego de opciones mucho más avanzado. Sin embargo, antes de que Cubit llegase a las estanterías, su nombre se cambió al ya familiar Cubase, para evitar líos legales con unos fabricantes que vendían un producto del mismo nombre.
La primera versión de Cubase destacaba por usar el inteligente protocolo MROS («Sistema Operativo MIDI en tiempo Real») –un temprano predecesor espiritual del sistema Steinberg/ Propellerhead ReWire– que permitía a ST llevar a cabo una sencilla multitarea y transferencia de datos musicales entre aplicaciones.
A pesar del éxito de la versión para Atari, Steinberg lanzó la primera versión de Cubase para Mac en 1990. Reconociendo la potencia de Mac en la creación musical, todo el desarrollo de Cubase cambió a esa plataforma más avanzada.
El año 1992 asistió a la llegada de Cubase Audio, la primera versión con soporte para audio además de secuenciación MIDI. Este software, que inicialmente sólo estuvo disponible para los nuevos modelos Power Macintosh –con procesadores a 60MHz, lo cual era muy veloz para aquella época– fue programado por el británico Mark Badger, y se basaba en el hardware y el motor TDM de Digidesign.
Aunque siguiendo su desarrollo para Mac y Atari, Steinberg también se dio cuenta de la importancia de Windows y confió un nuevo proyecto al programador Ralf Kürschner. A finales de 1992, Cubase For Windows se unió al catálogo de la marca. Si bien no alcanzaría las opciones de audio de su homólogo para Mac hasta un par de años más tarde, la versión de Cubase para Windows abrió este producto a un mayor número de usuarios.
La revolución de los plugins VST
Tras derrotar a Emagic Logic al ofrecer soporte para audio, Cubase le infligió otro duro golpe en el verano de 1996 con la introducción de los efectos plugin VST.
Virtual Studio Technology o VST fue el primer protocolo de expansión de plug-ins diseñado de forma específica para aplicaciones de audio, permitiendo que los efectos se añadiesen a Cubase. En lugar de usar hardware externo de procesamiento, los plug-ins VST hacían que Cubase aprovechase la potencia de procesamiento del ordenador anfitrión para manipular audio en tiempo real.
VST fue el primer protocolo creado específicamente para aplicaciones de audio
Este protocolo se expandió en 1999 con la versión 2.0, que hacía posible controlar los plugins vía MIDI y abría la posibilidad de emplear instrumentos VST (llamados plugins VSTi). La decisión de Steinberg para lanzar su kit de desarrollo VST y abrir dicha tecnología a otros fabricantes consiguió que el formato VST dominase el mundo de los plugins. La introducción de los plugins VST es una de las mayores contribuciones de Steinberg al desarrollo del software musical.
Caminos divergentes
Los usuarios de Windows disfrutaron de plugins con Cubase VST 3.5 a finales de 1997, pero la mayor actualización le llegó a Mac el año siguiente. VST 4.0 ofrecía pistas carpeta, una pista de marcadores, opciones para personalizar el panel (incluyendo conjuntos de ventanas), creación de plantillas de grooves, y otras mejoras (todo al estilo de Logic). Además, la versión estrella de Cubase se denominó VST/ 24, lo que señalaba la introducción de la grabación con resolución de 24bit.
De vuelta a casa
La generación actual de Cubase nació en verano de 2002, cuando Steinberg lanzó Cubase SX. En lugar de llamarla Cubase VST 6.0 (como hubiese sido lo lógico), Steinberg decidió regresar de nuevo a v1.0 para remarcar que se trataba de un producto del todo nuevo. Se abandonó el código anterior y la nueva versión de Cubase se construyó sobre el motor de Nuendo, que era mucho más avanzado.
Con edición de audio a nivel de muestras en la ventana de arreglos, mezcla en surround 5.1, automatización mejorada, y múltiples niveles de deshacer (UnDo), SX presentaba un Cubase del siglo XXI. El producto fue actualizado de forma regular en los siguientes siete años, pero en 2006 se descartó el sufijo SX y Cubase 4 introdujo ‘MediaBay’ y ‘Sound Frame’ para los ajustes de navegación. También aportaba las opciones de monitorización tomadas de Nuendo, y varios plugins nuevos –incluyendo el softsampler ‘HALion One’. Eso nos lleva hasta Cubase 5 y 6, y mucho tiempo después, a la última versión disponible, Cubase 9, sin duda la más avanzada de todas.
El futuro
Teniendo en cuenta su bien merecida fama de innovadores, es difícil predecir cuál será el próximo paso que dará Steinberg respecto a Cubase. Exitosos y revolucionarios productos como el protocolo VST eran tan anónimos que pocos fabricantes hubieran sabido verlos venir.
Cubase y Logic Pro han caminado juntos tanto tiempo que seguro que Steinberg hará todo lo posible por fortalecer aún más la personalidad exclusiva de su producto estrella. Por último, no dejes de considerar su gama de productos. Cubase 9 es la versión actual, pero dispones de otros productos como Cubase Artist o Cubase Elements que ofrecen menos opciones y que salen más baratos -pero incluso así, son secuenciadores DAW extraordinarios y muy potentes.
Partiendo del precio mínimo de Cubase Elements, el catálogo de Steinberg incluye opciones accesibles para todos los bolsillos.
La importancia de Cubase hace que resulte muy fácil olvidar otros productos que Steinberg ha ido creando. Muchas de sus utilidades y editores menores fueron también innovadores en su tiempo. El editor de muestras Avalon (lanzado en 1989) ofrecía geniales opciones para timestretching, efectos, modulación, y resíntesis mucho antes que otros paquetes. En 1994 se incorporó ReCycle con sus revolucionarias opciones para rebanado de beats, mientras que la colaboración de Steinberg con Propellerhead en ReBirth RB-338 desató la locura de las emulaciones de modelos Roland X0X.
Del trabajo con Gerhard Lengeling (de C-Lab, hoy Apple), Steinberg lanzó varios paquetes de edición para algunos de los mejores sintetizadores y samplers de los años 80. Más recientemente, el editor de audio WaveLab y el DAW Nuendo son otros éxitos a notar. No olvidemos el protocolo ASIO, una especificación para drivers de audio de baja latencia sobre Windows. Y la lista sigue con fabulosos interfaces de audio y controladores MIDI, complementos innovadores para colaboraciones musicales a través de Internet, fabulosos instrumentos software, aplicaciones para iPad e iPhone…
No todo ha sido un éxito, pero Steinberg no se avergüenza de sus productos «menos buenos» y los considera importantes en su proceso de aprendizaje. El malogrado sistema Topaz para grabación/ edición directa a disco y CBX-D5 –un sistema para grabación en disco duro desarrollado con Yamaha– ofrecen una buena idea sobre la política de innovación que sigue esta compañía. El hecho de que ambos productos quedasen arrinconados por secuenciadores software más potentes ilustra que Steinberg no se equivocó al continuar con Cubase.