¿No irás a hacerle ascos, verdad? Sabemos que se trata de un efecto típico de los guitarristas, y que combina mejor con órganos Hammond que con las elaboradas texturas de los sintes digitales…
Por fortuna, que los micrófonos no lleven un interruptor que ponga trémolo –como sí ocurre en los amplis de guitarra–, no significa que no sea posible aplicar dicho proceso sobre tu voz. Para una diversión instantánea, dirige la salida de tu previo al ampli y captura la salida del mismo.
La ventaja de este herético enfoque radica en la exploración de sonoridades alternativas, las cuales marcarán la diferencia entre una voz del montón y otra que se resista a abandonar tu mente tras su escucha.
En el caso del trémolo, la característica que más determina el sonido final suele ser la forma de onda que gobierna la modulación –ya sabes: sinusoidal, triangular, cuadrada… Logic incorpora de serie un plug-in que presta atención a dicho parámetro, así como a la profundidad y velocidad de las alteraciones de volumen.
Como siempre, si quieres sacarles todo el jugo, dibuja algunas curvas de automatización para los controles mencionados. Los cambios de velocidad en tiempo real –por ejemplo– aumentarán el atractivo de tus voces y, por extensión, de tus temas.
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