Aprende maneras innovadoras y creativas de dar forma a tus sonidos…
El diseño sonoro es una disciplina increíblemente creativa, que incorpora una amplia gama de tecnologías versátiles, métodos de síntesis y técnicas de procesamiento para dar forma y esculpir el sonido de casi cualquier manera concebible. Estas técnicas van desde los procesos más complejos y académicos -basados, por ejemplo en el procesamiento FFT-, hasta lo más maravillosamente simple y fácil de implementar.
La técnica que consideramos en esta guía cae por suerte en la última categoría. El arte de muestrear o reproducir un archivo de audio a diferentes calidades -conocida como conversión de la frecuencia de muestreo o sample rate– proporciona un proceso efectivo y con un aire misterioso que puede transformar radicalmente el sonido.
Simplemente cambiando la frecuencia de muestreo de reproducción de un sonido, un humilde golpecito en la superficie de una mesa puede convertirse en un profundo, resonante e inminente impacto. Un sonido chirriante es capaz de transformarse en un frenético baile de frecuencias altas. La agitación ligera de algunas hojas de papel de aluminio, puede transformarse en un afilado sonido de charles…
Lo mejor de todo es que podemos lograr esto con un par de clics de ratón y con algunos volcados de nuestro audio. En este tutorial utilizaremos Apple Logic Pro, pero obtendrás resultados idénticos en la mayoría de software DAW. Antes de empezar, echemos un vistazo a cierta terminología.
Vuelta al cole con la frecuencia de muestreo
Pero, ¿cómo funciona exactamente la frecuencia de muestreo? Para entenderlo, primero debes saber que un sample -o muestra, en forma de archivo de audio- está en realidad formado por miles de capturas distintas entre sí. La calidad CD arroja 44.100 muestras por cada segundo de datos, y esto se ha convertido en un estándar en las producciones de audio. Esto significa, por ejemplo, que en un sonido digitalizado de bombo de cinco segundos de duración, por ejemplo, hay almacenadas 220.500 muestras del audio original.
La frecuencia de muestreo determinará la rapidez o lentitud a las que tu DAW leerá las muestras individuales que almacena tu archivo de audio. Así que, si reproducimos nuestro bombo digitalizado de cinco segundos a una frecuencia de 44.100 muestras por segundo -44,1kHz-, éste sonará a su velocidad original. La parte interesante viene cuando cambiamos la frecuencia, bien hacia arriba o hacia abajo, para modificar dicha velocidad.
El arte de reproducir un archivo de audio a diferentes calidades, proporciona un proceso efectivo y con un aire misterioso que puede transformar radicalmente el sonido…
Cuando subimos la frecuencia más allá del valor original, ocurren dos cosas: conseguimos un aumento en el tono percibido del sonido, y el archivo se hace más corto. Esto ocurre porque empezamos a reproducir las muestras que contiene el archivo a una velocidad más rápida de la que fue grabado o capturado originalmente. Por tanto, la longitud de onda del sonido resultante se acorta, y afecta directamente a la información que el oído y el cerebro perciben para determinar el tono de un sonido -longitud de onda más corta equivale a una percepción de una tonalidad más alta.
Bien, ahora que esta breve clase de ciencias ha terminado, ¡vayamos a la parte divertida!
Subida de tono
Comenzaremos subiendo la frecuencia de muestreo por encima del valor nominal de nuestro archivo de audio. Si no estás seguro de cuál es su frecuencia de muestreo original, abre el explorador de archivos –[cmd]+[9] es el acceso directo en Logic-, y busca el nombre del archivo en la lista. Una vez localizado, junto a él, se mostrarán la frecuencia de muestreo original y la resolución en bits.
En Logic Pro, la conversión de frecuencia de muestreo se consigue con tan sólo introducirla en la configuración global del proyecto, en la pestaña ‘Audio’. Ahora tienes total libertad para elegir una nueva frecuencia de muestreo entre las opciones disponibles. Probemos primero algunas de ellas superiores a los 44,1kHz originales. El bombo empieza a sonar como un timbal, subimos y se parece más a un bongo, y a medida que seguimos subiendo, acaba convertido en un pequeño golpecito…
Imaginemos que ese resultado de tipo bongo es lo que andabas buscando. Para utilizar ese sonido con el resto de archivos de tu proyecto a frecuencia normal, necesitaras hacer un solo y después un volcado a la frecuencia nominal del proyecto -probablemente a 44,1kHz. Logic Pro codificará la nueva frecuencia de muestreo en el archivo de audio resultante, de manera que al volverlo a cargar en tu proyecto, sonará según lo procesaste al subir la frecuencia de muestreo.
Este tipo de procesamiento es particularmente efectivo en la creación de platos y pequeños sonidos de percusión. Busca cualquier sonido metálico -chasquidos de tijeras, golpes sobre tapas de cubos, placas variadas y techos de coches- y aumenta la frecuencia de muestreo por encima de su valor nominal… ¡éxito instantáneo!
Oscuras profundidades
Mientras que un aumento de la frecuencia de muestreo es una técnica altamente eficaz, su contrapartida -bajarla por debajo del valor original- es nuestra favorita. En esta situación inversa, al reducir la frecuencia de muestreo obtenemos todo lo contrario a lo antes comentado: una longitud de onda más larga y un tono percibido mucho más bajo. También incrementamos la duración del archivo de audio.
Este tipo de procesamiento es ideal para crear baterías con sonidos inusuales. Un sonido de palmada puede convertirse en un interesante bombo, mientras que bajar la frecuencia al resultado de una lata abriéndose se convierte en una extraña percusión de tipo clap o caja.
La reducción de la frecuencia de muestreo también es un gran recurso para crear sonidos ambientales, atmósferas, colchones y texturas. Las capturas y grabaciones del mundo real son la mejor elección en este caso -motores de coches, el viento entre los árboles, olas del mar chocando contra el lateral de un ferry… todos ellos son buenos candidatos para reducir su frecuencia de muestreo.
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Una advertencia con la reducción de la frecuencia de muestreo: si estás trabajando con sonidos muestreados a 44,1kHz, cuanto más bajes la frecuencia original, más rápido se deteriorará la calidad del audio. Por esta razón, muy a menudo se emplean frecuencias más altas para la captura de sonidos en diseño sonoro -habitualmente, 48 ó 96kHz.
De hecho, Logic Pro no permite trabajar en proyectos por debajo de 44,1kHz, por lo que un modo de sortear esto consiste en convertir o capturar tu archivo de audio a la frecuencia más alta posible -siendo ésa su frecuencia de muestreo original-, para después bajarla. Pongamos que tienes una grabación del mundo real a 44,1kHz. Selecciona dicho archivo y haz un volcado a 192kHz, por ejemplo. Después lleva ese nuevo audio a un proyecto con una frecuencia de muestreo de 44,1kHz… Ahí lo tienes, acabas de rebajar la frecuencia de muestreo de ese audio alrededor de un cuarto de su valor original.
Un buen truco es partir de una grabación repleta de actividad, tal vez un paisaje urbano, lleno de sonidos de coches y el sonido metálico de construcciones de edificios. Reduce la frecuencia de muestreo y escúchalo de nuevo atentamente. A continuación, corta cualquier transitorio nítido o sonido con mucho ataque que se oiga. Elige tu fragmento favorito y colócalo en una nueva pista. Ecualiza o filtra -recorta los graves más retumbantes y aísla el ataque… Felicidades, acabas de diseñar tu propia muestra de percusión a partir de algo que nunca imaginaste.
Esperamos haberte introducido en esta nueva y excitante técnica de procesamiento que puedes empezar a usar enseguida. Y como en muchos aspectos del diseño sonoro, tu imaginación -y una colección de sonidos- serán el único limite para alcanzar resultados sorprendentes. Hasta la próxima y ¡sé creativo!
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Este contenido se publica mediante licencia expresa del autor. El texto original en inglés «Sound Design: Sample Rate Conversion» está disponible en el blog Magazine de Mode Audio.