¡Bienvenido al siete de nuestra serie de Consejos rápidos! Esta vez, abordamos la ecualización de bajo y cómo puedes usarla para mantener los graves en tu música tan claros como directos…
Junto a la compresión, la ecualización es uno de esos procesamientos de tipo ‘navaja suiza’, que realmente surte dividendos en su manejo, gracias a sus ventajas y alcance. Está muy relacionada con el filtrado, pero a diferencia de éste, no elimina partes del sonido por completo. La ecualización puede realzar o atenuar regiones determinadas del espectro de frecuencia.
La verdad es que podría parecer algo desalentador para aquellos que recién comienzan en la producción musical, pero muchos de nosotros tendremos experiencia en el uso de la ecualización sin ni siquiera darnos cuenta. Y es que muchos equipos estéreo de car audio tienen perillas de control para graves y agudos, y si alguna vez los ajustaste para obtener el sonido que te gusta en tu coche… ¡Felicidades, porque entonces ya hiciste algo con la ecualización!
Del audio del coche al mástering de estudio, ¡menudo salto!
En el caso del equipo estéreo de tipo car audio, claro, es posible ajustar fácilmente los graves si son un poco retumbantes, o realzar los agudos si queremos añadir claridad a las voces –pero aún estaremos bastante limitados en cómo podemos afectar el sonido general. Y es que cada ajuste podría tener un impacto perjudicial en otras partes de la mezcla que no teníamos la intención de tocar.
Digamos que acabamos de terminar de mezclar y producir un tema musical y lo enviamos a una casa de masterización. El ingeniero de mástering determina que tenemos demasiados graves y empieza a intentar hacer sus ajustes. Y sí, esa sería una situación similar a la del automóvil, donde se aplica ecualización a una pista acabada, aunque con las mismas restricciones y problemas que comentábamos.
Ahora bien, la principal diferencia sería que esta vez un ingeniero altamente cualificado estaría entre medias, con excelentes habilidades auditivas y equipos de alta gama, capaz de realizar los ajustes. A pesar de esto, no habría mucho que incluso el mejor ingeniero pudiese hacer. ¡Y nunca olvides el adagio del viejo ingeniero de mástering «no puedes pulir una mierda» (you can’t polish a turd!). Como referencia cruzada, aunque ahora este no sea el objetivo, aquí tienes una serie de recomendaciones de producción que facilitarán cualquier proceso de mástering posterior por encargo.
Tomando decisiones fundamentales de ecualización sobre sonidos concretos
Como productor musical, desearás que el trabajo de masterización sea lo más fácil posible. Y si tu tema tiene demasiados graves cuando alguien trate de masterizarlo, atenuarlos en esa etapa tardía podría dejar muy pocos graves en general. ¡Esta es la razón sencilla por la que los ingenieros de masterización a veces tienen que solicitar cambios en las mezclas que les envían!
Es mucho mejor usar ecualización sobre sonidos individuales para dicho propósito: Esculpirlos para que encajen antes de que los sumes en el tema máster estéreo. Si te tomas el tiempo para descubrir dónde están ocurriendo los problemas, tendrás un control ampliado, y ganarás en velocidad a la hora de identificar dónde enfocar tus esfuerzos de ecualización en muy poco tiempo.
Aprende los fundamentos de la ecualización de bajo
Los sonidos de bajo, como es el caso de un sintetizador de bajo oscilante (de tipo wobble) o una guitarra de bajo, en realidad contienen mucha información de medios y agudos, así como de graves. Podrías filtrar graves en un sonido de bajo (digamos, todo lo que esté por debajo de 150Hz), y aún así saber qué instrumento era; simplemente, sonaría como si estuviese saliendo de un pequeño altavoz.
Entonces, si tomas un ecualizador de rechazo de banda (notch) y lo ubicas justo en las frecuencias más graves de tu sonido de bajo, en realidad podrías eliminar una gran cantidad de nivel antes de que sonase delgado. Este es un truco útil, porque los graves ocupan bastante espacio dinámico (headroom): Si aumentas los graves en tu tema para hacer que los sonidos de bajo sean más fuertes, es posible que tengas que bajar todo lo demás para no alcanzar el clipping o recorte.
En su lugar, es mejor que busques el equilibrio: Atenúa un poco la banda más baja de graves, e intenta realzar un poco más arriba en el espectro. Te ayudará si enfatizas a dos o tres veces la frecuencia de corte, por lo que si recortaste a unos 50Hz, marca a unos 100 ó 150Hz, realzando no más de 3dB.
Esto enfatiza los armónicos segundo o tercero, que normalmente tienen menos energía que la frecuencia fundamental y, por lo tanto, es posible realzar sin necesidad de atenuar todo lo demás.
La razón por la que esto funciona es porque tu cerebro determina que estos son armónicos de una nota de bajo con una tonalidad más abajo, debido a las relaciones de frecuencia entre todos los armónicos. Y debido a la psicoacústica, escuchas la nota real incluso con la frecuencia fundamental de alta energía muy atenuada, ¡y los indicadores de clipping de tu bus maestro no se volverán locos!
Aparte del equilibrio de frecuencia interno del sonido de graves en sí, demasiados graves en una mezcla podrían ser producto de la interacción de todas las fuentes de graves en tu producción. La línea de bajo podría estar ocupando bandas de frecuencia similares (solapadas incluso) respecto a las de la banda inferior del bombo, por ejemplo. Para detectar y corregir el problema, haz esto…
El proceso para una correcta ecualización de bajo
01. Para resolver una interacción embarrada entre bombo y línea de bajo, haz que sólo el bombo y el bajo suenen juntos, para que ninguna otra pista te moleste o induzca a errores.
02. Coloca un ecualizador sobre el bombo y configúralo para lograr un realce de aproximadamente 6dB. Fíjate en su ancho de banda (‘Q’) y márcalo bastante estrecho.
03. Mueve la frecuencia del EQ hacia arriba y abajo hasta que el bombo suene realmente fuerte y sea indistinguible frente a tus notas de la línea de bajo. Es decir, estarás determinando la frecuencia de solapamiento entre ambos sonidos.
04. ¡Atenúa el nivel del EQ de bombo allí mismo! Y de este modo estarás corrigiendo la frecuencia conflictiva en uno de los elementos, hasta lograr que el problema desaparezca…
¡Ya lo tienes! Algunos productores musicales llaman pocketing a esta técnica: Es decir, consiste en abrir espacio para otros sonidos cuando, de otro modo, ocuparían una misma región de frecuencia o dos muy cercanas entre sí. ¡Volveremos a retomar este tipo de ecualización en un futuro consejo rápido!
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Este contenido se publica mediante licencia expresa de su autor. El texto original en inglés, «Quick Tips«, está disponible en el blog Magazine de Mode Audio.
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